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El defraudador busca ampararse en una supuesta depresión

La segunda sesión del juicio a Agapito García finalizó con la declaración de su psiquiatra

Agapito García Sánchez entra a la Audiencia Provincial de Madrid este jueves.
Agapito García Sánchez entra a la Audiencia Provincial de Madrid este jueves. KIKE PARA

La segunda jornada del juicio contra Agapito García Sánchez, acusado de defraudar un millón y medio de euros y para el que la Fiscalía pide cuatro años de prisión, permitió escuchar a la mejor arma defensiva del acusado: su antiguo psiquiatra. El testigo reforzó el argumento de la defensa de que el acusado no estaba en condiciones mentales para tomar decisiones en el momento de los hechos. El año en el que presuntamente omitió beneficios en su declaración de la renta, 2009, llegó a la consulta médica después de dos ingresos en clínicas psiquiátricas. García sufría un “pesimismo invalidante para cualquier actividad”, declaró el testigo, propuesta por el abogado de García.

La depresión que sufría el procesado fue el argumento al que se han aferrado tanto él como su letrado desde el jueves en la primera sesión de la vista. El trastorno que padecía, según el especialista, procedía principalmente de su “mala situación económica”. “Nunca entré en temas empresariales, pero yo le aconsejé que no tomara decisiones por la angustia que vivía”, continuó el psiquiatra. La fiscal, que además de los cuatro años de cárcel, solicita una multa de seis millones de euros para el procesado, ha rechazado la supuesta incapacidad debido a que no existe registro explícito de su invalidez.

“No queda demostrada [la incapacidad] porque él entendía y sabía lo que hacía”, recalcó la fiscal. García casi no acudía a las oficinas de sus empresas, pero, según el relato de los testigos de la primera jornada del juicio, era él quien tenía la última palabra sobre los movimientos de las empresas. La fiscal le acusa de tres operaciones de fraude a las arcas públicas: un préstamo de dos millones de una de sus sociedades a su cuenta personal que no declaró; un incremento de patrimonio por la venta de acciones que tampoco incluyó en su IRPF; y el perdón del pago de deuda a través de movimientos entre las numerosas empresas de García.

La inspectora de la Agencia Tributaria encargada del informe que la fiscal recoge como prueba explicó la responsabilidad de García sobre los hechos: “Crearon esa oscuridad [en las cuentas] aposta”. Igualmente, declaró que ella, durante su inspección, percibió “actitud dolosa” en las tres operaciones mencionadas en las que se sostiene la Fiscalía. La testigo, según su relato, advirtió que en los balances del acusado había cantidades que desaparecían. “Si alguien se ha beneficiado, es lógico que sea el socio único”, en este caso Agapito García. “La presunción cae sobre el socio único como una losa”, declaró.

En sus conclusiones, la fiscal se refirió al presunto fraude cometido por el procesado como un “diseño sofisticado y elaborado en la omisión”. La fiscal solicitó la sentencia condenatoria, suscrita por la Abogacía del Estado. La defensa, en su alegato final, sostuvo que la inspección de Hacienda fue “precipitada”, ya que no se concedió la ampliación del plazo para la investigación y se realizó en tan solo un mes. Igualmente, hizo hincapié en el trastorno mental de García en los años en que tuvieron lugar los hechos. “¿Qué juicio tenía don Agapito para hacer su declaración de 2009?”, dijo a los jueces.

El acusado, en sus últimas palabras, rechazó la prescripción e hizo una petición al tribunal: “Les pido que digan públicamente que no soy un defraudador”. García explicó que en 2009 planificó su suicidio. “Fui a ver los sitios por los que me iba a tirar con el coche”, dijo mirando a la fiscal. “Estoy roto y arruinado”, finalizó. El juez dejó el caso visto para sentencia.

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