Rehabilitación de las Torres Colón: Madrid se queda sin enchufe
Las Torres Colón, un icono arquitectónico de la capital proyectadas por Antonio Lamela, se renuevan con cuatro plantas más y una nueva piel
Las Torres Colón van a mudar su piel. De nuevo. La construcción, formada por dos edificios gemelos —un proyecto del arquitecto Antonio Lamela (1927-2017) erigido a finales de los setenta— va a sufrir una profunda remodelación: desaparecerá el enchufe que las corona; la escalera de incendios que unía ambas torres y el revestimiento naranja que las ha definido durante casi tres décadas. Intervenciones, todas ellas, realizadas en los noventa. “Queremos devolverle el espíritu innovador con el que nació”, explicó ayer Luis Vidal, arquitecto responsable de la intervención, que fue presentada en la sede de Mutua Madrileña, empresa propietaria del edificio.
Las obras de reforma del icónico inmueble —que empezó a construirse en 1967, pero que no fue inaugurado hasta 1976 debido a un largo parón, pleitos incluidos, ordenado por el Ayuntamiento— arrancarán el año que viene y se espera que terminen en 2022. “Van a representar una inversión de 65 millones de euros y va a generar cientos de puestos de trabajo”, se felicitaba el alcalde José Luis Martínez-Almeida, que acudió al acto en el número 33 de paseo de la Castellana.
“No vamos a tocar la edificabilidad”, aclaró el responsable inmobiliario de Mutua, Emilio Colomina. La aseguradora es propietaria del inmueble desde 1995 —era de Rumasa que tras hundirse se lo vendió a Herón y estos a Mutua—, así como de varios más en el paseo de la Castellana. El proyecto recoge la demolición de algunas plantas de la zona inferior. A la vez, se van a añadir cuatro pisos en lo más alto de ambos edificios, que sustituirán al enchufe. “Pero no se gana ni un solo metro cuadrado”, aclararon desde Mutua Madrileña, “y se mantiene la altura existente”: 116 metros.
En realidad sí que se ganan metros, pero por otro lado: la escalera de incendios, que unió las dos estructuras independientes en los noventa, va a pasar a formar parte de las plantas del edificio. “Las torres están unidas desde el año 92. Hemos optimizado que esas plantas se unan —pasando de una superficie de 300 metros cuadrados a 800— para que tengan una mayor salida en el mercado”, explicó Colomina, que declaró a Mutua Madrileña “expertos en arquitectura suspendida” por poseer dos edificios —Torres Colón y Castellana, 50— construidos de esta manera: de arriba a abajo.
Así fue como lo ideó Antonio Lamela en 1967, con la ayuda del estudio de ingeniería de Carlos Fernández Casado, del que también formaba parte Javier Manterola. Torres Colón fue el primer edificio de España construido con esta tecnología: un eje central de hormigón por el que deslizaba una estructura a medida que se iban construyendo las plantas. Una serie tirantes laterales de hormigón reforzaban la estructura y transmitían gran parte de la carga hacia arriba: cada piso quedaba comprimido hacia arriba. Hasta entonces, esta técnica solo se había aplicado en otros 17 edificios en todo el mundo. Tamaña innovación hizo que el Congreso Mundial de Arquitectura y Obra Pública de Nueva York, de 1975, reconociera las Torres Colón como “el edificio de más avanzada tecnología en construcción”.
Los arreglos realizados a comienzos de los noventa también despertaron aclamaciones, pero en forma de críticas. Una serie de exigencias legales obligó a instalar la escalera de incendios así como a intervenir en el edificio. El cubrimiento y el enchufe también son de esa época. El trabajo lo realizó el propio estudio de Lamela.
La estructura con la que se coronó —y unió— ambas torres robó el alma de las mismas. Al propio Lamela, que falleció en 2017 con 90 años, no le gustaba el enchufe. “Es una pena...”, lamentaba en 2009 en una entrevista en EL PAÍS, “son la quinta fachada de los edificios”. “Eran más rotundas, más honradas, se entendían mejor; las nuevas quedaron un poco barrocas”, decía Lamela, que fue socio de Richard Rogers en la intervención de la T4 de Barajas.
Con su proyecto, Vidal quiere “recuperar la lectura del edifico suspendido”. A la vez, marcar un hito en la capital: uno de los principales objetivos de la remodelación “es que las Torres sean el primer edificio de oficinas de consumo casi nulo de España”. Según explicaron, consumirán “un 60% menos energía que un edificio convencional”.
“Vamos a adaptar el edificio a la actualidad. La finalidad de la arquitectura es ser útil al ser humano”, incidió el arquitecto Vidal durante la presentación del proyecto. Según explica, la sostenibilidad y el ahorro energético han sido valores clave a la hora de diseñar el proyecto. “Estas torres van a ser las primeras grandes torres de la próxima década”, añadió Vidal. Además de mutar su piel externa, también se va a actuar en su estructura (reforzar la cimentación, los núcleos y los tirantes).
Por su parte, el alcalde Almeida —que durante la cita declaró su cariño por la Mutua al declararse “mutualista”— destacó la innovación que supuso el proyecto en su origen por su apuesta por la arquitectura suspendida: “Lo que llamamos empezar la casa por el tejado”. Almeida trazó una línea temporal con lo que puede representar las nuevas Torres Colón para la capital: serán “uno de los edificios emblemáticos que va a definir el Madrid el siglo XXI”. “A los madrileños, el enchufe no nos gustaba”, agregó.
Las Torres Colón son genuinas. La Asociación para la Protección de las Torres Colón nació para protegerlas por lo que acudió al Consejo Regional de Patrimonio Histórico. En abril de 2018, este organismo, dependiente de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, instó al Ayuntamiento a incluir las Torres en el catálogo de bienes y espacios protegidos. El grado de protección que se pedía era blindar la estructura interna del inmueble.
La Asociación para la Protección de las Torres Colón ahora denuncia que la remodelación planteada “desfigura y pervierte” el edificio. Unas críticas a las que se ha sumado Carlos Lamela, hijo del ideólogo de las torres. “El proyecto presentado es compatible con la protección”, defienden desde Mutua Madrileña. “Torres Colon debe revitalizarse y renovarse como lo hace la capital”, añaden.
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