Temporada Alta busca la internacionalización de la escena catalana

Temporada Alta toma la iniciativa de internacionalizar la escena actual catalana. El festival presentó ayer 10 espectáculos de creación contemporánea que se representarán en Girona, desde hoy hasta el próximo domingo, durante la Semana de Programadores. Bajo el nombre de Sacseja’t llega un ciclo que acoge representaciones coproducidas con artistas locales y extranjeros, que fomentan el intercambio y la circulación de distintas perspectivas y disciplinas. Àlex Rigola, Angélica Liddell, Cabosanroque, El Conde de Torrefiel y Christiane Jatahy son algunos de los creadores y dramaturgos que participan en este proyecto.

El director de Temporada Alta, Salvador Sunyer, explicó este miércoles en una conferencia de prensa, en el Ateneu Barcelonès, que todas las obras seleccionadas “tienen una mirada propia” y que abordan temas que pueden ser de interés social o político, pero con una mirada artística. “El trabajo del arte es cambiar a las personas y dar perspectivas diferentes”, comentó Sunyer, que espera que este sea el fin de semana "más internacional" del festival, con 96 profesionales de 14 países diferentes.

El ciclo ofrece propuestas en un viaje por distintas partes del mundo: desde Francia hasta Sudamérica, con Cataluña de por medio. O agora que demora, de la artista brasileña Christiane Jatahy, que es una odisea teatral y cinematográfica que mezcla realidad con ficción basada en los textos épicos de Homero, o La melancolía del turista, de los mexicanos Shaday Larios y Jomi Oligor, que explora el ascenso y la caída de un paraíso, son algunas de las puestas en escena de este festival.

Este espectáculo, junto con la performance Kultur de El Conde de Torrefiel, pertenecen al proyecto Pyrenart, en el que participa Temporada Alta para coproducir proyectos transfronterizos. La iniciativa, que tiene el apoyo de un programa de la Unión Europea, está integrado por cinco socios franceses (Occitanie en Scène de Montpellier, Oara de Burdeos, Circa de Auch, Le Parvis Scène Nationale de Tarbes y L’Estive Scène Nationale de Foix), y tres por el lado español, (el Ayuntamiento de Zaragoza, la Escuela de Teatro de Navarra de Pamplona y Bad Festival de artes escénicas contemporáneas de Bilbao).

La muerte es un tema recurrente en algunas de las representaciones del la programación. Àlex Rigola presentó su obra Aquest país no descobert que no deixa tornar de les seves fronteres cap dels seus viatgers, que parte de la muerte pero habla de la vida. Rigola señaló que es una propuesta que muestra unas conversaciones entre la actriz Alba Pujol y su padre, Josep Puyol, que reflexionó en sus últimos días sobre la existencia humana, entre las sesiones de quimioterapia que tomó. “El final es un retorno a la vida que evoca el amor, la amistad y la humanidad", aseguró el dramaturgo.

Angélica Liddell vuelve a Temporada Alta con su nuevo montaje Una costilla sobre la mesa, una creación personal inspirada en la muerte de su madre, fallecida en 2018. La puesta en escena, que se presenta por primera vez en España, está acompañada de una banda sonora creada e interpretada por el cantaor ilicitano Niño de Elche. El espectáculo propone una “explosión de culpa y expiación” donde Liddell transforma el dolor en poesía, según se explica en la página web del festival.

Otro proyecto que destacaron los organizadores es la instalación sonora del duó Cabosanroque, compuesto por Roger Aixut y Laia Torrents, que ofrece una instalación sonora que parte de los textos del poeta y sacerdote Jacint Verdaguer, sobre los exorcismos en los que participó entre 1890 y 1993. El cartel lo completan Retrospective del bailarín y coreógrafo francés Jérome Bel, Incurables de Pere Faura, Desilence y Albert Salinas, Tierras del sud de los creadores Txalo Toloza y Laida Azkona, y el trabajo coreográfico de Roser López Espinosa en Trama.