Barcelona rememora los años de lucha contra el VIH
El Centro LGTBI explora su archivo para divulgar la historia local del colectivo en un ciclo cultural
Joaquim Roqueta contrajo el VIH en 1990, nueve años después de la aparición del virus en Barcelona. El estigma contra esta infección de transmisión sexual no había disminuido con la nueva década, pese a los tímidos intentos de la farándula local —con figuras como el director Ángel Pavlovsky o la actriz Carmen Conesa— de darle visibilidad. Ante la ausencia de medicación efectiva y el vacío informativo sobre cómo combatir al virus, varios miembros de la Coordinadora Gai-lesbiana -una entidad social de la época- optaron por crear lo que, a efectos prácticos, fue un grupo de duelo. A altas horas de la noche y de forma clandestina, los afectados se juntaban para comprobar quién había sobrevivido una semana más. “Nos reuníamos cuando no quedaba nadie de la coordinadora. Me desvinculé un poco de aquel grupo. Era demasiado duro”, reconoce Roqueta, actual presidente de la asociación Gais Positius.
El Centro LGTBI de Barcelona, el equipamiento municipal de referencia para el colectivo en la ciudad, otorga hoy un espacio de reconocimiento y memoria a todas las personas del colectivo que lucharon —y luchan— contra el estigma que aún arrastra el VIH. Estas instalaciones, que aún no han cumplido su primer año, exponen hasta el 31 de enero un ciclo dedicado al virus con ocho conferencias, cinco películas, dos talleres de escritura creativa y un recorrido histórico, entre otras actividades.Todas ellas coexisten con una exposición de folletos informativos y carteles artísticos de la época, provenientes en su mayoría del Centro de Documentación Armand de Fluvià.
El objetivo principal de las comisarias de la exhibición, Linda Valdés y Nancy Garín, es reflejar la realidad local de Barcelona. “Deseamos que la gente del barrio asuma que este es un espacio donde pueden adquirir otros conocimientos”, expresa Valdés. “La idea es persuadirles de que vengan y reflexionen sobre cómo reaccionamos como sociedad ante crisis humanitarias”, añade. Garín reivindica el valor de la historia: “Tenemos la necesidad de saber cómo hemos llegado hasta aquí. Mucha gente joven viene y no tiene ni idea. Esto se nota en su actitud, por ejemplo, al perderle el miedo al VIH”. El director del Centro LGTBI, Andreu Agustín, espera que ciclos como este ayuden a poner en valor el triángulo histórico del ambiente LGTBI barcelonés, antiguamente delimitado por los barrios de Sant Antoni, Poble Sec y el Raval. “Así como el centro LGTBI de Nueva York puso en el mapa al Village, aquí podría suceder lo mismo”, expresa Agustín.
La exposición coincide con el vigésimo quinto aniversario de Gais Positius, una coincidencia clave para determinar la temática de esta exposición trimestral. “Este aniversario es fundamental para el proyecto”, afirma el director del espacio. Cada vez más, añade, “los ciclos van a contar con la colaboración de las entidades”. Una idea con la que las comisarias se muestran de acuerdo: “Es mucho más potente entender el trabajo desde la colectividad”, apunta Valdés. “Estas luchas deben ser una experiencia para juntarnos. Al bailar nos hacemos visibles”, reivindica esta investigadora. “Es el buen vivir”, añade Garín, “que no es lo mismo que vivir bien”.
La PrEP en España
El reto de la época actual respecto al VIH, opina Roqueta, es alcanzar ese "buen vivir": una calidad de vida digna para todos los supervivientes del VIH. "Muchas de las personas que sobrevivieron arrastran secuelas neurocognitivas por la medicación, además del sufrimiento psicológico causado por el estigma", explica.
La lucha contra nuevas infecciones, no obstante, continúa. También con recientes estrategias, como la profilaxis pre-exposición (PrEP). Roqueta se muestra conforme con la aprobación en España de esta terapia antirretroviral. La PrEP evita la transmisión del VIH a personas sin el virus que mantienen relaciones sexuales de riesgo. “No es simplemente una pastilla. Es una estrategia de control mediante asistencia médica”, concluye.
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