El busto de Adriano requisado en Sevilla es una rareza arqueológica en España
La escultura del emperador solo tiene otra pieza similar en Murcia y otras tres más en el mundo
Los amantes del mundo clásico están acostumbrados a contemplar al emperador Adriano en su madurez, como comandante supremo, poderoso, marcial. De las 130 esculturas repartidas por el mundo que representan al regidor del Imperio en su momento de máxima expansión, apenas cuatro lo retratan en sus primeros años de reinado. Todas ellas están conservadas en Europa, y, concretamente, custodiadas en los Museos Capitolinos de Roma, la Galería de los Uffizi en Florencia, el Arqueológico de Nápoles y el Museo de Yecla, en Murcia. A esta selecta colección de un Adriano joven e impetuoso se suma a partir de hoy una nueva pieza: el busto del siglo II recuperado por el equipo de patrimonio de la Guardia Civil en una finca privada del municipio sevillano de Écija hace una semana, cuando se disponía a ser vendido en el mercado negro.
Un primer informe pericial realizado por el equipo de arqueólogos del Museo Arqueológico de Sevilla, donde permanece en depósito la pieza desde el pasado 8 de julio, ha determinado que se trata de una escultura “absolutamente excepcional” de Adriano al comienzo de su reinado, hallada en un excelente estado de conservación. “Es un retrato de Adriano que, por su fisonomía, pertenece a una etapa temprana en el poder, aparece con los atributos imperiales, con traje militar, coraza de parada y manto interior, y con el aspecto habitual con el que gustaba ser representado, aunque ha perdido el escudo, una gorgona que aún puede intuirse en el pecho”, ha asegurado la directora del museo, María Soledad Gil de los Reyes, encargada de mostrar este miércoles a los medios el imponente busto recuperado.
Un detalle anecdótico pero de constatada veracidad histórica completa la teoría inequívoca de que se trata de Adriano, el gran emperador de la Bética: un pliegue o doblez en el lóbulo de la oreja con el que suele ser representado y que lleva a los historiadores a concluir que las esculturas de Adriano no fueron solamente un instrumento de propaganda, sino que tuvieron una base retratística real. En concreto, este busto responde a un tipo bien conocido que “presenta similitudes con el busto del Museo Capitolino y con el de Serrata Martini —hoy en el Museo de Grosseto (Italia)—, y con los de la Galleria degli Uffizi (Florencia), el del Museo de Nápoles y el de Yecla”, ha insistido la directora del museo.
Con unas dimensiones exactas de 75 cm de altura por 70 de ancho, este Adriano joven está esculpido en un mármol “de altísima calidad”, ha asegurado Gil de los Reyes, que opina que se trata de una piedra de procedencia no hispana, “probablemente helénica”. El busto fue en su origen un objeto de importación que circuló por el imperio durante el mandato de Adriano y que estuvo destinado a decorar, “bien la villa romana de una persona importante o un edificio público capaz de importar una pieza de estas características”, ha detallado la conservadora.
Desde su llegada al Arqueológico de Sevilla, donde permanece en depósito desde el pasado 8 de julio a espera de que se resuelva la situación judicial, se ha procedido a la limpieza manual de barro y tierras adheridas, a la espera de realizar una intervención más exhaustiva, que consistirá en la limpieza mecánica superficial, la eliminación de las concreciones mediante limpieza química en medio húmedo, destinada a su completa restauración y consolidación.
“Se trata de una joya arqueológica de fuertes lazos con nuestra tierra”, ha manifestado exultante la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, en relación a la procedencia andaluza del emperador Adriano, que se crió junto a su mentor Trajano en la urbe romana de Itálica, a escasos kilómetros de la actual ciudad de Sevilla. Asimismo, Del Pozo ha manifestado la intención del Gobierno andaluz de exponer la pieza en diálogo con “la soberbia representación del gobernante en edad avanzada” que ya custodiaba el museo arqueológico de la ciudad.
No obstante, los visitantes tendrán que esperar para poder visitar el nuevo busto puesto que, a los tiempos marcados por la intervención judicial, se suma la particular situación del museo sevillano, pendiente del inicio de una reforma integral que lo mantendrá tres años cerrado al público y cuyas obras de licitación se espera que estén aprobadas a inicios de 2020. La propia consejera de Cultura ha asegurado que el museo se encuentra inmerso ya “en el complejo proceso de mudanza, con toda la logística que implica, para dejar el edificio libre” a final de este año. La intención de la Junta es realizar una selección de las piezas más significativas del centro, para que puedan ser expuestas en otro edificio con titularidad de la Junta de Andalucía en Sevilla. El resto quedará custodiado en un almacén mientras duren las obras.
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