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Los trabajadores de Metro se manifiestan “preocupados” por la crisis del amianto

Paros parciales en el metro con motivo del arranque del juicio por una de las víctimas mortales

Pablo León

Los trabajadores de Metro están “preocupados, enfadados y desilusionados” por el modo en el que la empresa pública ha gestionado la crisis del amianto. Por eso ayer convocaron paros de cuatro horas por turno y se manifestaron en la plaza de los Cubos. Ahí, en el juzgado de lo Social, arrancaba el juicio contra Metro, denunciado por la familia de uno de los trabajadores del suburbano que falleció a causa de la asbestosis, enfermedad laboral asociada a la exposición al amianto.

Hoy es un día muy importante porque hablamos del caso de otro compañero fallecido”, clamaba Juan Carlos de la Cruz, secretario de Comisiones Obreras en Metro. “Queremos que se haga justicia porque lo único que hemos recibido por parte de la empresa —y de los políticos— son trabas”, incidía De la Cruz ante más de un centenar de personas.

Metro, empresa pública gestionada por la Comunidad de Madrid, sabe al menos desde 1991 que en su red hay amianto, un material tóxico y mortífero (manipularlo sin la protección adecuada puede provocar la aparición de enfermedades como asbestosis, mesotelioma o cáncer de pulmón). En 1984 se aprobó el reglamento sobre trabajos con riesgo de amianto, que ya recogía los riesgos relacionados con el material. A pesar de ello, Metro se lo ocultó a los trabajadores hasta 2017, un año después de que se diagnosticara asbestosis al primer afectado de la empresa pública.

Actualmente, a cuatro de ellos se les ha reconocido la asbestosis; dos ya han fallecido. Julián fue el primer trabajador con la enfermedad reconocida por la Seguridad Social. Falleció el pasado octubre por un cáncer de pulmón desarrollado por la exposición a este material.

La Seguridad Social y la Inspección de Trabajo reconocieron la enfermedad laboral y obligaron a Metro a realizar un recargo de prestaciones. Es decir, a abonar entre un 30% y un 50% extra sobre la indemnización ya reconocida al trabajador en casos de incumplientos de las medidas de seguridad en el trabajo que puedan poner en riesgo la salud de los trabajadores. “Metro ha recurrido el recargo de prestaciones que ya se le reconoció al afectado”, remarcan desde CC OO. La empresa pública ha contratado al bufete Sagardoy, que asesoró al Gobierno del PP en la reforma laboral de 2012 y que diseñó el ERE de Cola-Cola. “Después de su terrible gestión del asunto, Metro no quiere reconocer la indemnización; la están retrasando”, añaden desde el sindicato.

La mayor parte de los trabajadores ve mala fe en la actitud de la empresa pública y en las reacciones políticas desde el Gobierno de la Comunidad de Madrid, que lleva en manos del Partido Popular desde 1995. “Doy por finalizada [la crisis del amianto]“, dijo el viernes Rosalía Gonzalo, consejera de Transportes, Vivienda e Infraestructuras del gobierno regional. "Hemos actuado y vamos muy por delante al plan de trabajo previsto", añadió la consejera en referencia al plan de desamiantado de Metro, con una dotación de 140 millones de euros.

Los trabajadores no están de acuerdo. Por eso —y por otros problemas graves que tiene la compañía —, los trabajadores pidieron en la concentración la dimisión de Borja Carabante, actual consejero delegado de la compañía, así como su encarcelamiento. También reclamaron responsabilidades políticas al PP de Madrid. “Actualmente, hay una multa a Metro por no velar por la salud de los trabajadores; y otra, por reconocer tarde la enfermedad laboral. Además, hay cuatro actas de infracción de la Inspección de Trabajo contra la compañía que están en un cajón de la dirección de empleo de la Comunidad”, remarca el representante de los trabajadores De la Cruz.

Esas actas son importantes para los trabajadores porque, como marca la ley, la compañía debería haber elaborado un listado de trabajadores que han estado expuestos al material. La Comunidad estima que son unos 800, pero los sindicatos creen que son más. Por otro lado —y además de exponer a sus trabajadores al tóxico material— en 2011, Metro vendió 36 trenes al suburbano de Buenos Aires: “Todos contenían amianto” y Metro lo sabía, según las conclusiones de la comisión de investigación sobre el amianto de la Asamblea de Madrid, que ha estado más de un año investigando el asunto.

Los trabajadores esperan que el contundente dictamen de la comisión se eleva a la Fiscalía para que sirva de base para que se emprendan más acciones legales. “Queremos que los responsables, los que nos han tenido en esta situación, paguen por ello”, resalta De la Cruz. Y apostilla: “Ahora vienen elecciones. Esperamos que se vayan los que están y que se nos reconozca a los trabajadores que hemos estado expuestos a graves afecciones para nuestra salud”.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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