Una banda se dedica a robar los equipos profesionales de fotógrafos y cámaras
El grupo actúa en actos públicos con gran afluencia de informadores gráficos y en los estadios Santiago Bernabéu y Wanda Metropolitano
Los fotógrafos y cámaras de televisión de Madrid están sobre alerta por una banda dedicada a robarles los equipos profesionales. Los ladrones se camuflan en los actos multitudinarios a los que acuden varios reporteros y aprovechan cualquier descuido para sustraerlos. Estos delincuentes han ido incrementando su nivel de violencia y en alguna ocasión se han enfrentado a los informadores gráficos. La asociación que engloba a este colectivo ha contabilizado hasta el momento al menos 35 robos desde el pasado septiembre.
El equipo profesional de un fotógrafo ronda de media los 12.000 euros. El precio se incrementa si el reportero acude a un partido de fútbol, ya que en los estadios utilizan teleobjetivos valorados en 15.000 y 20.000 euros. Las cámaras de televisión superan los 30.000 euros, a los que hay que añadir el precio de los micrófonos, las mochilas y las baterías de repuesto.
El primer robo que se imputa a esta banda se produjo en septiembre, cuando se organizó la presentación de la Madrid Fashion Week en la sede del Gobierno regional, en la Puerta del Sol. Ese mismo día, hubo otros dos robos en el Círculo de Bellas Artes y en un concierto organizado también con motivo de la semana de la moda. En todos ellos, los ladrones aprovecharon el descuido de los reporteros para sustraerles los equipos. Estos ladrones se han acreditado incluso como periodistas para poder acceder a los actos y pasar así inadvertidos.
Otros puntos predilectos de esta banda, formada por unos 15 hombres y mujeres, son los estadios de fútbol, en especial el Santiago Bernabéu y el Wanda Metropolitano. Varios fotógrafos consultados por este periódico confirman que los robos se producen a la salida de los partidos y solo se dedican a sustraer los equipos más modernos y que están recién estrenados. De hecho, estos profesionales creen que los ladrones tienen algún tipo de información previa, ya que han seguido en más de una ocasión a los profesionales hasta sus vehículos. De hecho, varios reporteros detectaron en el partido que enfrentó al Atlético con la Juventus a un hombre que estaba grabando los equipos. Tras retenerle, lo entregaron a la policía para que lo investigara.
Una vez que el fotógrafo está junto a su coche, actúan de cuatro formas distintas. Unas veces esperan a que guarde el equipo en el maletero y, cuando se sube al vehículo, se lo abren y se lo llevan corriendo. Otras veces tiran unos papeles delante del profesional, como si se le hubieran caído, y aprovechan el despite para robarlo. También les han lanzado pintura en la ropa. En alguna ocasión, se valen del tumulto de gente para rodear al reportero y sustraerle el teleobjetivo más caro.
El grupo ha ido creciendo en violencia, según reconocen fuentes de la Asociación Nacional de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión (ANIGP), ya que han llegado a pinchar las ruedas y seguir en coche a los cámaras. En estos casos han esperado que se detuvieran en un semáforo o en un stop para abordarlos. En más de una ocasión, los fotógrafos se han enfrentado a ellos y les han obligado a huir. Algunos no descartan en llevar algún arma legal (como pulverizadores) para defenderse.
Responsables de la ANIGP se han reunido con mandos de la Policía Nacional y de la Policía Municipal para que refuercen la vigilancia en estos actos y, sobre todo, a la salida de los estadios. “El problema es que podemos tardar en transmitir todas las fotos hasta una hora. Cuando salimos de los estadios, ya no hay gente y somos una presa fácil”, reconocen algunos profesionales. Por ello, los mandos policiales se han comprometido a que los agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP, los antidisturbios) y algunos coches patrulla de la Policía Municipal se queden en los alrededores de los campos de fútbol. Estos también controlan los vehículos de los reporteros gráficos.
Agentes de Policía Judicial han iniciado una investigación para detener a los autores. Hasta el momento, ya tienen identificados a parte de los integrantes, también en parte gracias a los vídeos de seguridad y a las descripciones aportadas por los afectados. Eso sí, quieren llegar a todo el grupo y aplicarles el delito de organización criminal y no un simple hurto o un robo con violencia. Fuentes policiales creen que los equipos fotográficos se destinan a países del este de Europa como Estonia, Ucrania y Bielorrusia, mientras que las cámaras de televisión se venden en el norte de África.
Detectores de baterías de litio en Azca
La Policía Nacional también está detrás de una banda que actúa sobre todo en la zona comercial y empresarial de Azca (Tetuán) y que posee un detector de baterías de litio. Este grupo se pasa al lado de los vehículos estacionados y chequea todo lo que hay en su interior.
Cuando el detector les avisa de la presencia de este metal alcalino, los ladrones se detienen y fuerzan el turismo o la furgoneta. De esta forma, se apropian de ordenadores portátiles y de teléfonos móviles que dejan en los maleteros y en los habitáculos. Ya son varias las denuncias que acumula este grupo.
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