Los trabajadores del Metro de Barcelona denuncian un muerto por amianto y exigen transparencia
El comité de empresa asegura que un trabajador jubilado murió de un cáncer relacionado con esta sustancia, presente en la pintura de los convoyes
Los trabajadores de Metro de Barcelona han insistido este jueves en que no desconvocarán la huelga que tienen prevista durante el Mobile World Congress (del 25 al 28 de febrero) hasta que la dirección y la Administración no sean completamente transparentes en las afectaciones que tiene para los empleados el amianto, una sustancia presente en la pintura de los trenes. Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) reconoció ayer que 20 trabajadores sufren alteraciones pleurales que no requieren atención médica pero que pueden provenir del amianto. El comité asegura que son muchos más, y acusa a la Administración de ocultar los datos. Además, recuerda que el tiempo de latencia entre que se detecta la enfermedad y esta se desarrolla puede ser muy largo. En este sentido, los trabajadores han denunciado que al menos un empleado, ya jubilado, murió de un cáncer de pulmón después de que una biopsia detectara amianto.
La problemática con el amianto ha motivado movilizaciones tanto en Madrid como en Barcelona. En Madrid, los trabajadores han convocado un paro parcial este sábado, después de que se supiera que la empresa pública madrileña conoce el problema desde hace, al menos, 28 años. En la capital catalana la situación es parecida. Según denuncian los trabajadores, TMB es consciente de los problemas de salud que puede causar el amianto desde hace tiempo, y, según su versión, ocultan los datos de las personas, tanto trabajadores en activo como jubilados y empleados ya fallecidos, que hayan sufrido sus efectos.
En este sentido, el comité ha revelado que al menos un trabajador jubilado murió como consecuencia de esta sustancia. "Hace unos meses", ha explicado Óscar Sánchez, delegado del comité de empresa, "un trabajador jubilado murió después de que una biopsia confirmara que tenía fibras de amianto en su tejido pulmonar".
"Que se tomen en serio este problema y que no mientan", han dicho los representantes de los trabajadores, que piden "transparencia" y que la empresa pública difunda todos los datos que tiene sobre las personas afectadas. Por ahora, 620 personas se han sometido voluntariamente al programa de vigilancia específica. De ellos, 20 sufren alteraciones en la pleura, aunque no son graves. Pero el comité ha asegurado que son 150 los trabajadores que están afectados, y ha afirmado que, "indirectamente", los 3.600 empleados de la plantilla pueden estar afectados. "Saldrán más casos y habrá más muertes", ha dicho Sánchez.
El comité de empresa, liderado por UGT, convocó un paro parcial de dos horas por turno durante los días que dura el congreso de móviles. Los trabajadores reclaman a la empresa todos los recursos necesarios para la retirada de todo el material con amianto "de manera inmediata y a la descontaminación de todos los centros de trabajo". También que ofrezca la realización de un TAC de alta resolución y otras pruebas a los jubilados o empleados en excedencia, y que se responsabilice del lavado y descontaminación de la ropa de todos los expuestos, entre otras medidas.
El comité de empresa ha informado de que hace año y medio presentó una denuncia ante Inspección de Trabajo por la falta de información por parte de TMB sobre este tema y que no se descarta una querella penal.
Ya en la década de los años 90 se retiraron varios elementos con amianto del metro de Barcelona. Sin embargo, y a pesar de la retirada de estos elementos, la dirección de TMB "no ha hecho absolutamente nada hasta abril de 2018", después de que se conociera la situación en el metro de Madrid, donde se ha comprobado que 45 trenes contienen amianto y que dos trabajadores han muerto por exposición a fibras procedentes de amianto. El consejo de administración de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) aprobó en su última reunión la renovación de 42 trenes de metro afectados por amianto en las líneas L1 y L3, con una inversión de 555 millones de euros a 20 años.
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