El presunto asesino del pantano de Susqueda sale en libertad por falta de indicios
La Audiencia de Girona cree, a partir de las muestras de ADN, que hay dudas razonables para atribuir el doble crimen a Jordi Magentí
Jordi Magentí, el presunto autor del doble crimen del pantano de Susqueda, abandonó este viernes por la tarde, después de nueve meses, la prisión de Puig de les Basses. La Audiencia de Girona decretó su puesta en libertad sin fianza tras concluir que los indicios contra él “se han visto seriamente debilitados” durante la investigación. Magentí es el único encausado, hasta ahora, por la muerte de Marc Hernández y Paula Mas, dos jóvenes que acudieron a practicar kayak al pantano de Susqueda y fueron asesinados el 24 de agosto de 2017.
“Los principales indicios que apuntan a Magentí se han visto seriamente debilitados sin que pudieran excluirse en este momento otras líneas de investigación”, señala la Audiencia de Girona. El auto, que da la razón a la defensa y carga contra algunas actuaciones de Mossos y fiscalía, supone un vuelco al caso porque, más allá de dejar libre a Magentí, abre la puerta a buscar nuevos autores. No se puede descartar, señalan los jueces, que “otras personas” hubiesen accedido al pantano de Susqueda “sin vehículo ni teléfono móvil” y, por tanto, hayan sido pasadas por alto en la investigación policial.
Para el fiscal, alguien que acude “sin haber sido visto por nadie” es más “un fantasma que no un asesino”. Pero la Audiencia no compra esa tesis y apunta, a modo de ejemplo, que un tal V. P. V. está pendiente de ser citado mediante una comisión rogatoria dirigida a Francia.
Como en otros crímenes de sangre, el ADN ha sido la prueba clave. Durante el registro al domicilio de Magentí, los Mossos hallaron restos biológicos en una pieza de ropa impermeable y en dos pares de zapatos. Esa prueba habría podido "resultar definitiva para determinar la autoría”, pero “ha resultado negativa”, subraya la audiencia: resulta que los restos hallados en la ropa del acusado “no se corresponden con los restos de ADN de las víctimas”.
Otras dudas que plasman los jueces aluden al lugar exacto donde ocurrió el doble crimen. Según los investigadores, fue en una zona del pantano conocida como La Rierica, junto a una vieja masía derruida. Ese es el lugar donde los testigos sitúan el Land Rover que conducía Magentí, quien en su declaración admitió que se encontraba allí pescando. Pero la Audiencia de Girona pone en cuestión que esa sea la escena del crimen y, en todo caso, afirma que hay otros lugares posibles.
Para empezar, “se ignora el lugar al cual se dirigen y donde aparcan el vehículo” las víctimas, Marc y Paula, para practicar kayak. La fiscalía dice que tuvo que ser en La Rierica porque es el lugar al que una búsqueda en Google lleva con mayor facilidad. El tribunal replica que no se puede “descartar” esa opción, pero que puede haber otras, como la llamada Platja dels Xinesos; y critica, sobre todo, que la afirmación se base en una prueba que aún no se ha practicado.
Los investigadores también asentaron la imputación a Magentí a partir de las declaraciones de algunos testigos sobre el lugar en el que escucharon los disparos. La Audiencia replica que no han interpretado bien esas declaraciones. “Ninguno de los testigos”, subraya el auto, “se pone de acuerdo ya no en el lugar de origen de los disparos”, sino ni siquiera en si se trata de “un sonido de revólver, escopeta o rifle”. La prueba, que se llama de sonometría, “carece de fiabilidad”.
El auto cita igualmente la piedra que se encontró en la mochila de Marc y con la que el asesino logró “lastrar” su cadáver hasta el fondo del pantano. El fiscal dice que tuvo que cogerla el homicida del lugar que tenía “más a mano”, y que las características de esa piedra coinciden con las de la casa derruida de La Rierica. Pero la Audiencia rebate una vez más este argumento, señalando que se han hallado piedras de ese tipo “hasta en tres lugares diferentes” del pantano.
La Audiencia de Girona recuerda que para acordar el ingreso en prisión provisional debe haber “motivos bastantes” para creer que el acusado es el autor del delito. Esos indicios, por ahora y tras las pruebas de ADN, “no parecen de la suficiente entidad”. El juez que investiga el caso ordenó el ingreso en prisión de Magentí por riesgo de fuga. El fiscal argumentó que su mujer es colombiana y que eso podría facilitar al acusado huir a ese país.
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