Eva Alcón, rectora de la UJI: “Me gustaría contribuir a la construcción de un liderazgo femenino”
La anfitriona de la cumbre de rectoras que arranca este lunes en Castellón urge trazar junto a sus seis homólogas una hoja de ruta hacia campus más igualitarios
La Universitat Jaume I (UJI) de Castellón reúne este lunes, en la primera Cumbre de Rectoras de las Universidades Públicas Españolas, a las siete mujeres que visualizan el aún tímido, pero presente, equilibrio de fuerzas al que tienden y aspiran los campus del país. Son siete, de un total de 50 universidades públicas. Quieren reflexionar sobre los retos del sistema universitario para alcanzar la igualdad real entre mujeres y hombres. Esta debería ser “una prioridad en la agenda política”, indica la catedrática de Filología Inglesa Eva Alcón, rectora de la universidad anfitriona, la Jaume I. Ella, y las otras seis rectoras que la acompañan en este encuentro han dado un paso adelante en este reto.
Son Mavi Mestre, de la Universitat de València (UV); Pilar Aranda, de la Universidad de Granada; Margarita Arboix, de la Autònoma de Barcelona; Nekane Baslluerka, de la Universidad del País Vasco; María José Figueras, de la Rovira i Virgili, y Antonia Peña, de la Universidad de Huelva. “Que una universidad tenga una rectora es el triunfo de lo colectivo, aunque no es suficiente. Me gustaría contribuir a la construcción de un liderazgo femenino”, ha señalado a EL PAÍS, Eva Alcón, horas antes del arranque de la cumbre, la primera de estas características que se celebra en España.
Analizar los éxitos y debilidades de las políticas llevadas a cabo en las universidades en materia de igualdad de género es uno de los ejes de esta cumbre. También abordar las brechas que aún laten en el sistema universitario público y que plasman los últimos datos del ministerio. El número de universitarias representa el 54% del total del alumnado, pero la presencia femenina no llega al 40% del profesorado y solo el 20% está en la categoría máxima, la de catedráticas. De las 50 universidades públicas españolas, siete (el 14%) están lideradas por mujeres.
Pregunta. ¿Por qué en la UJI?
Respuesta. Bueno, fue una iniciativa que me propuso mi universidad al ser elegida rectora. La Jaume I ha tenido presente siempre fomentar las políticas de igualdad, algo que ya queda recogido en sus estatutos. De hecho, se redactaron en lenguaje inclusivo. También el Seminario de Investigación Feminista, hoy Instituto de Investigación Feminista Purificación Escribano, y la Fundación Isonomía, llevan años trabajando en formación, sensibilización y transferencia de la investigación en el área de la igualdad de género. Así que me pareció una buena iniciativa, la compartí con las otras rectoras de las universidades públicas y…
P. Este lunes materializan la idea.
R. Así es. Nos vamos a reunir para analizar dónde estamos en estos momentos y trazar conjuntamente una hoja de ruta que marque hacia dónde deberíamos ir y cómo podemos hacerlo. Será una primera reunión y las conclusiones las compartiremos con las unidades de igualdad primero, con la CRUE, y con las y los responsables políticos en materia de igualdad, tanto a nivel autonómico como nacional e internacional.
P. Un 54% de universitarias. Un 40% de mujeres entre el personal docente. Solo el 20% de catedráticas y el 14% de rectoras. ¿Qué le inspiran estas cifras?
R. Hablan por sí solas. Hay más mujeres en la universidad pero muchas menos en los puestos de mayor responsabilidad. Por ejemplo en la Jaume I, tenemos un 80% de catedráticos y un 20% de catedráticas, y dentro del personal de administración y servicios se repite esta desigualdad, un 79% de jefes de servicio son hombres y un 21% mujeres. Las universidades públicas, que trabajamos en beneficio del bien común y defendemos la igualdad de oportunidades para todas las personas, no nos podemos permitir que la igualdad de género no sea una de las prioridades en nuestra agenda política.
P. La cumbre abordará los éxitos y las debilidades de las políticas universitarias en materia de género. Tomando la experiencia de la Jaume I: ¿cuáles son estos éxitos, y cuáles los fracasos?
R. Se ha hecho bastante. Después de la aprobación de la Ley de Igualdad se crearon las unidades de igualdad, y todas las universidades cuentan con planes en esta materia. Hoy podemos decir que las acciones de formación y sensibilización se han ido consolidando en las universidades. En mi opinión, una de las medidas a destacar es el diseño y la activación de un protocolo de actuación ante cualquier acoso laboral, sexual, ciberacoso o por diversidad sexual. Que cualquier persona de la comunidad universitaria pueda denunciar conductas inaceptables es un gran paso. En la Universitat Jaume I acabamos de crear el punto violeta rainbow, que ofrece asesoramiento en caso de duda o necesidad y visualiza la tolerancia cero ante cualquier tipo de acoso. También se han ido introduciendo algunas medidas como la flexibilidad horaria para favorecer la conciliación, la posibilidad de que el estudiantado pueda cambiar de nombre para reflejar su identidad sexual, o que la opción de tener un hijo o hija no penalice la carrera de las investigadoras.
P. Pero quedan asignaturas pendientes.
R. Sí. Hemos ido construyendo, pero hay que continuar avanzando. Por eso, más que hablar de éxitos o fracasos, diría que hemos avanzado y ahora tenemos que abordar otros retos. Buscar mecanismos para mitigar la masculinización o feminización de algunos estudios, donde la colaboración con otros niveles educativos es un elemento clave. También hay que romper resistencias institucionales. Por ejemplo, las asignaturas en materia de igualdad de género se ofrecen en algunos casos como optativas, pero no forman parte de los planes de estudios por la dificultad de modificarlos. Otro reto es visibilizar a las mujeres, principalmente su liderazgo en la investigación y en la gestión. También debemos animarnos a presentar nuestras candidaturas a directoras de departamento, decanas o directoras de centro y rectoras. Para eso, tendremos que ampliar las medidas de conciliación y corresponsabilidad, entendiendo que el cuidado de hijas e hijos va más allá de los primeros años de vida.
P. En la Comunidad Valenciana usted y Mavi Mestre, rectora de la UV, han roto un techo de cristal que hasta la fecha parecía imposible derribar...
R. Tanto la UV como la UJI expresaron su deseo de convertimos en las primeras rectoras del sistema universitario público valenciano. En mi caso, puedo decir que los hombres me animaron tanto o más que las mujeres a que me presentara a rectora. Siempre dije que no lo haría si no sentía el apoyo de la comunidad universitaria y ellos fueros en cierta medida cómplices de mi decisión. Creo, sinceramente, que la complicidad de los hombres es clave en la lucha por la igualdad, así es en la Universitat Jaume I, e imagino que también en las otras universidades valencianas, y en la Generalitat, que nos premió a Mavi Mestre y a mí el pasado 9 d’Octubre.
P. ¿Cómo afronta el sistema universitario público valenciano esta etapa de liderazgo femenino?
R. Con responsabilidad e ilusión. Mire, que una universidad tenga una rectora es el triunfo de lo colectivo, del trabajo de mucha gente que lleva tiempo reivindicando que la universidad deje de visualizarse en masculino. Pero ser rectora no es suficiente. Me gustaría contribuir a la construcción de un liderazgo femenino. Hasta el momento los modelos de liderazgo que hemos tenido han sido masculinos, pero creo que sería un error imitarlos. Simplemente porque los hombres y las mujeres podemos ver el mundo desde perspectivas diferentes y complementarias y sería una pena no tener la valentía para proyectar un liderazgo femenino orientado a la proximidad y al cambio.
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