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Al menos 90 tortugas nacen en una playa de Cambrils

Los expertos prevén un aumento de puestas en playas mediterráneas durante los próximos años

En algún momento de este verano, una tortuga boba (Caretta caretta) que surcaba el Mediterráneo escogió la costa de Cambrils para desovar. Salió a la playa de Cap de Sant Pere de Vilafortuny, reptó por una terreno normalmente repleto de toallas y sombrillas y puso 112 huevos, de los que al menos 90 han salido adelante. En todo el periodo de la incubación, generalmente unos 80 días, nadie se percató del nido. Y no fue hasta este domingo cuando una mujer vio interrumpido su paseo por una fila de nueve pequeñas tortugas que aleteaban tratando de alcanzar el mar.

Siguiendo el rastro dejado por las tortugas los vecinos encontraron el nido, un agujero excavado en la arena, que los Agentes rurales y la Red de rescate de fauna marina se apresuraron a acordonar. El mismo domingo por la tarde, los agentes avistaron nuevos nacimientos, dos de ellos muy débiles con dificultades por salir a la superficie. Estos ejemplares mostraban signos en el abdomen de haber estado escarbando durante horas, en una arena muy compacta por el peinado diario del tractor de mantenimiento. Por lo que se decidió desenterrar el nido a primera hora de este lunes, consiguiendo recuperar otros cinco ejemplares. En total, los técnicos han contabilizado 112 huevos, 85 de ellos abiertos, lo que indica que el 80% de la puesta podrían haber llegado al mar, mientras que otros 20 no salieron adelante.

El de Cambrils ha sido el tercer nido de tortuga boba encontrado durante este verano en la costa catalana. El primero fue hallado en la madrugada del 15 de junio en la playa de San Simón de Mataró (Barcelona), cuando los clientes de un chiringuito se vieron sorprendidos ante la aparición de una gran tortuga que decidió desovar a escasos metros de un establecimiento. De aquella puesta nacieron 98 tortugas de un total de 173 huevos, uno de los desoves más abundantes del Mediterráneo occidental.

El segundo caso tuvo lugar el 1 de agosto, también en la provincia de Barcelona, en la playa de la Descàrrega en Premià del Mar, donde a primera hora de la mañana, los bañistas pudieron ver y grabar a una tortuga que alcanzaba la arena y escarbaba el refugio para sus huevos. En esta ocasión, los técnicos decidieron trasladar los huevos, todavía en periodo de incubación, a otra playa del municipio para aumentar las posibilidades de eclosión.

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Según informa el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, los expertos creen que estos casos se encuadran en un “fenómeno de colonización” que aumentará durante los próximos años. Un estudio publicado en enero en la revista Scientific Reports, en el que participaron investigadores de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de Barcelona, exponía que la protección de estos lugares de nidificación esporádica en el Mediterráneo resulta crucial para la conservación de esta especie de tortuga, al aumentar “la capacidad de la dispersión de la especie y la adaptabilidad a entornos cambiantes”.

La Caretta caretta vuelve a las playas en las que nació para poner sus huevos (comportamiento filopátrico), pero algunos ejemplares deciden nidificar en nuevas playas. Práctica que durante los últimos años ha aumentado en playas del Mediterráneo occidental. Actualmente, la tortuga boba se encuentra en peligro de extinción por lo que la supervivencia de estas puestas resulta fundamental para su conservación.

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