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El Tanatorio Sur estrena reforma

El inmueble de Carabanchel recibe una inversión de 3,5 millones y se actualiza en seguridad antiincendios

F. Javier Barroso
Uno de los pasillos exteriores del Tanatorio Sur tras la reforma.
Uno de los pasillos exteriores del Tanatorio Sur tras la reforma. álvaro garcía

El Tanatorio Sur, situado junto al cementerio de Carabanchel y la autovía de Toledo, ha recibido una profunda reforma del interior. Desde fuera, el inmueble permanece idéntico con el ladrillo visto en las fachadas. Dentro se ha sustituido el mármol blanco por una madera más cálida, por luces led indirectas y por espacios más acogedores. También se ha puesto al día en los sistemas de seguridad y antiincendios.

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El tanatorio sur se inauguró el 18 de julio de 1991 por parte del entonces alcalde José María Álvarez del Manzano. Levantado en una parcela de 24.000 metros cuadrados, su construcción costó 3.600 millones de pesetas (21,6 millones de euros). Se abrió con 60 salas, que se sumaban a las 26 de la existentes en el tanatorio de la M-30. La intención era eliminar los velatorios en los hospitales, como ocurría hasta entonces.

La realidad funeraria ha cambiado en estos 27 años y se han abierto más tanatorios en la ciudad por parte de empresas privadas. Eso ha hecho que el paso del tiempo y la llegada de la competencia hace 21 años no hagan necesarias tener abiertas las 60 salas de este edificio. “Cuando no teníamos competencia, sí era frecuente que estuviera el tanatorio al completo. Ahora hace años que no ocurre”, reconoce el responsable de Servicios de la Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios, José Antonio Gómez.

La reforma del tanatorio se adjudicó en septiembre de 2017 y las obras comenzaron en noviembre. Con un coste de 3,5 millones, han tardado seis meses en finalizarse. Las originarias 60 salas han quedado reducidas a 42. De estas, solo se han reformado 22 con la nueva decoración. Esta se caracteriza por utilizar tarima de madera en el suelo, tener techos con listones de madera y plantas, usar muebles y sofás de diseño y por crear un ambiente más acogedor. Se ha eliminado las baldosas y el suelo de mármol, que añadían frialdad a las estancias.

Interior de una sala reformada del Tanatorio Sur.
Interior de una sala reformada del Tanatorio Sur.álvaro garcía
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Las salas estaban distribuidas a lo largo de dos pasillos laterales muy alargados, en tres bloques con 11, 10 y 9 velatorios, respectivamente. La reforma solo ha llegado a los primeros bloques, los más cercanos a la entrada principal, en la avenida de los Poblados. Las 20 restantes (10 a cada lado) se mantienen como reserva. Solo se utilizarán si puntualmente crece la demanda, según Gómez. Cada dos salas se han colocado celosías en el exterior para dar mayor intimidad a las familias.

La mayor reforma se ha efectuado al final de cada pasillo. A la derecha, se han eliminado las nueve salas y se ha construido la nueva cafetería del centro. Antes era mucho más grande y estaba situada en el sótano del inmueble. En el ala izquierda se ha abierto una sala de ceremonias aconfesional para dar el último adiós a los difuntos. Tiene una capacidad para unas 200 personas. Un gran lucernario ilumina de forma natural la estancia. “Tenemos elementos de quita y pon en función de la religión que profese cada persona”, explica Gómez. Detrás, en la zona que correspondería a unos seis velatorios, se ha creado una sala sin un uso definido por el momento.

Los largos pasillos laterales se han compartimentado con puerta de seguridad para adaptarlo a la normativa antiincendios. Igual se han hecho con el resto del edificio, en especial las puertas de las estancias refrigeradas en las que se velan los fallecidos.

La nueva cafetería del Tanatorio Sur tras la reforma.
La nueva cafetería del Tanatorio Sur tras la reforma.álvaro garcía

La parte que más sorprende al visitante es la recepción, toda en madera y luces led, en la que se ha instalado un quiosco para la venta de flores. Se ha eliminado el antiguo local sobrio y frío que ocupaba un lateral de la entrada. También se ha cambiado todo el cableado del edificio y se está ultimando la instalación de wifi y de pantallas en todas las salas. La señalización se ha modernizado. “Somos la empresa más puntera del sector y tenemos que marcar la diferencia con innovaciones continuas en el mercado”, concluye José Antonio Gómez.

Próxima obra, el crematorio de la Almudena

El entorno del crematorio del cementerio de la Almudena será el próximo en recibir la visita de los albañiles y los decoradores. Este camposanto fue el primero de toda España en tener un horno para incinerar a los fallecidos. Se instaló en los años setenta del siglo pasado, cuando era una práctica poco común y no bien vista por algunas instituciones.

La Empresa Municipal de Servicios Funerarios y Cementerios incinera de media a unas 10.000 cuerpos al año en los crematorios de la Almudena y Carabanchel. Tres de cada cuatro féretros eligen el primer camposanto. En principio, se utilizará la misma decoración en madera para las zonas interiores, en especial la sala de ceremonias y se reformarán la zona de vestuarios y duchas del personal. En el de Carabanchel se instalará una pérgola y bancos para que los familiares puedan esperar hasta que se celebre la incineración.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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