Donde vibra el flamenco
A la cantante Rosalía le encanta perderse por El Rastro, el cruce de culturas de Lavapiés y los tablaos donde se bregan cantaores y bailaores
1. Tablao Villa Rosa. Admiro mucho a los artistas que cada día se suben a un tablao a ofrecer un espectáculo, ya que es un trabajo muy duro, por la expresión y por las ganas que le ponen al oficio. Este es el primero al que fui de pequeña, acompañada por mis padres, la primera vez que vine a la capital. (Plaza Santa Ana, 15).
2. Kabuki. Me apasiona la cultura japonesa y la pureza de su gastronomía. Me gustan los rituales que tienen y soy muy fan de su comida, que es un reflejo de su manera de vivir. Podría comerla cada día y no me aburriría. Me encanta la que prepara Ricardo Sanz en su restaurante (Velázquez, 6).
3. Casa Patas. Este local flamenco ha sido un espacio clave en mi carrera. Fue aquí donde ofrecí una de mis primeras actuaciones en Madrid con mi propio proyecto. Es un espacio que significa mucho para mí por la historia y la solera que tiene, por las grandes figuras del flamenco que han pisado su escenario. Actuando recuerdo sentir que todo fluía y todo era emoción, algo nunca me ha vuelto a ocurrir. Tengo muchas ganas de volver. (Cañizares, 10).
4. Teen. En esta tienda de ropa tienen marcas muy especiales para los amantes de la moda. Soy aficionada al diseño de vanguardia desde siempre y me gusta cuidar mucho la parte visual de mis propuestas. Para esta gira el diseñador Palomo Spain se está encargando del vestuario. (Conde Duque, 28).
5. Amor de Dios. Me encanta que haya un centro de arte flamenco y danza española encima de un mercado, en este caso, el de Antón Martín. Esta escuela me gusta porque mantiene la esencia del flamenco de manera austera y viva. El estudio y la figura del maestro ha sido siempre muy importante en mi trayectoria, y desde adolescente me he formado en baile y cante. (Santa Isabel, 5).
6. Plaza de Cascorro. Entre las calles de Lavapiés y La Latina siento la comunión de la gente en cada plaza y en cada rincón. Se crea esa mezcla de culturas que está tan presente en el flamenco. Hace poco, paseando llegué a Cascorro y me encontré con el cantaor Kiki Morente y estaban todos los gitanos que rondan la zona. Me recibieron con mucho cariño y nos pusimos a cantar.
7. Gallardo Dance. Es una tienda de calzado flamenco de toda la vida. Cuando me hice mis primeros zapatos de baile me encontré al bailaor Israel Galván y me dio mucha impresión; es un artista al que admiro mucho. Me di cuenta de la importancia de la artesanía de este oficio y lo presente que está en el flamenco. (Cabestreros, 10).
8. El Rastro. Me gusta perderme por sus calles y ojear entre objetos que tienen una historia detrás. Casi siempre acabo comprando discos de segunda mano de flamenco, que solo los encuentras si Dios quiere que los encuentres, como un vinilo de Caracol que me llevé hace un año. Además, los vendedores siempre tienen alguna anécdota que contarte.
9. La Casa Encendida. Este centro cultural y social es un espacio de creación y exposición muy importante entre la comunidad de artistas. Y es muy valioso para la capital. Deberían existir mil casas encendidas más. Lo descubrí por Estefanía, una amiga que forma una parte importante de mi equipo. (Ronda de Valencia, 2).
10. El Flamenco Vive. Para mí una de las mejores tiendas de flamenco del mundo. Disponen de una gran discografía, con grabaciones del siglo XX hasta las últimas novedades, ediciones limitadas, guitarras españolas del lutier Ricardo Sanchis Carpio, libros, vestidos, cajones, etcétera. Mucho material que es muy difícil de encontrar en otros sitios. Aquí compré un cancionero de letras que me ha servido para inspirarme. (Conde de Lemos, 7).
El mal querer
Rosalía Vila (Barcelona, 1992) es una cantante y artista que fusiona diferentes estilos musicales en torno al flamenco. Tras triunfar con su primer disco, Los Ángeles, publicará El mal querer después de verano. El adelanto de uno de los temas, Malamente, ha sido un éxito. El próximo jueves 5 de julio actúa en el festival Cultura Inquieta de Getafe.
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