Uno de los desaparecidos en el edificio de Madrid no trabajaba en las obras

Una de las dos personas sepultadas por los escombros tras el derrumbe de la estructura de un edificio del centro de Madrid es hermano del encargado de obra y no estaba trabajando en la reforma del edificio. Según confirman fuentes de la investigación del siniestro, el hombre, residente en Parla y de 42 años, se encontraba de visita para ver cómo evolucionaban los trabajos y entró al inmueble en rehabilitación. En ese momento surgió un problema y el encargado acudió a ver qué ocurría, mientras el familiar daba una vuelta por el tajo. Fue entonces cuando se produjo el colapso y la posterior desaparición. La mayoría de los trabajadores salieron a la carrera y algunos fueron empujados por la onda expansiva del derrumbe. El otro desparecido, natural de Malpartida de Plasencia (Cáceres) y de 56 años, sí se encontraba trabajando. Su cuerpo ha sido recuperado este jueves por los equipos de rescate..

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En las últimas horas, los bomberos del Ayuntamiento de Madrid habían desmontado la cubierta del edificio siniestrado en el distrito de Chamberí para acelerar los trabajos de búsqueda de los desaparecidos. Los funcionarios municipales han retirado decenas de toneladas de escombros durante la noche, pero han optado por un nuevo método ante el riesgo de que colapse el tejado. Según ha explicado el jefe del cuerpo, Eugenio Amores, esta opción permitirá limpiar la zona y proseguir la búsqueda por dos métodos (desde arriba y en la propia planta siniestrada) en lugar de hacerlo solo con pala y a mano, como ocurría hasta ahora.

Unos 70 efectivos siguen trabajando dos días después del desplome de la estructura para intentar desescombrar el edificio siniestrado, situado en el número 19 del paseo del General Martínez Campos. El inmueble estaba en fase de rehabilitación desde hacía un par de años para construir apartamentos y dúplex de lujo cuyo coste mínimo era de 1,5 millones de euros. Poco antes de las cinco de la tarde de este martes se produjo un colapso en toda la estructura interna del inmueble, en el que estaban trabajando 23 operarios de dos contratas distintas.

Los bomberos han incorporado un robot para desescombrar el inmueble. Estos han visto que el nivel de avance era más lento y peligroso de lo deseado, según explicó el jefe de los bomberos del Ayuntamiento. Los funcionarios corrían un gran riesgo en el interior, ya que se producían pequeños desprendimientos de las plantas superiores. En los trabajos ha participado el grupo de salvamento y desescombro, que han acudido de manera voluntaria a sus puestos. Cuando se les ha ofrecido ser relevados, lo han declinado y han continuado con la tarea.

El máximo responsable de bomberos ha explicado que la principal dificultad en la retirada de los cascotes es que la estructura era metálica y las vigas han quedado incrustadas dentro de los escombros. Eso obliga a cortarlas con lanza térmica y plasma para poder sacarlas en pequeños trozos, según Eugenio Amores.

Ante esos riesgos de nuevas caídas, los responsables de bomberos han decidido desmontar la parte superior del edificio para trabajar “a cielo abierto”. “Se lo hemos dicho a los familiares, que están informados en todo momento de lo que estamos haciendo. Con esto ganaremos tiempo para poder avanzar luego más rápido”, ha añadido Amores.

Con un brazo articulado

El desmontaje de la cubierta ha supuesto la instalación de una grúa de enormes dimensiones, de cuya plataforma sale un brazo articulado. “Estamos limpiando toda la zona para que se pueda aproximar todo lo más posible al edificio y poder actuar con plena libertad de movimientos y ganar así rapidez en los trabajos”, relataba ayer por la tarde el jefe de bomberos. La primera tarea de esta maquinaria fue reconocer la zona y ver cómo afrontar el trabajo. “Tenemos que retirar parte de un muro, por lo que puede haber ruidos muy fuertes de caídas, pero son controladas. Al tirar ese muro, tenemos mucha más capacidad de acción”, añadía el jefe de bomberos. “Es una carrera contrarreloj y, cuanto más medios tengamos, habrá más posibilidades de encontrarles con vida”, resumía.

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena (Ahora Madrid), acudía ayer a mediodía a la zona del siniestro, donde ha estado hablando con los responsables del rescate y con las familias de las víctimas. Estas se encontraban en el convento de San Vicente de Paul, situado enfrente del inmueble siniestrado. También ha entrado en la zona siniestrada del inmueble. “Había visto fotos de cómo estaba el interior pero nunca es lo mismo verlo en persona. Esto es un enorme drama producido tras el derrumbe de todo el forjado”, ha afirmado la regidora.

“Los familiares están muy afectados, muy angustiados y muy derrotados y nos han pedido que los medios de comunicación no les hagan fotografías ni les saquen imágenes en estos momentos”, ha pedido Carmena. La alcaldesa ha suspendido un viaje a Estrasburgo que tenía previsto para ayer por la tarde para participar en una cumbre de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU).