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Gernika e Hiroshima se unen como “radicales” aliados de la paz

El lehendakari Urkullu y alcalde de la ciudad japonesa, Kazumi Matsui, plantan en Gernika un retono de Ginko Biloba

El País
El lehendakari, Iñigo Urkullu junto al alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, y otras autoridades plantando un retoño del 'Ginka Biloba', el árbol que sobrevivió a la bomba atómica en esta ciudad japonesa
El lehendakari, Iñigo Urkullu junto al alcalde de Hiroshima, Kazumi Matsui, y otras autoridades plantando un retoño del 'Ginka Biloba', el árbol que sobrevivió a la bomba atómica en esta ciudad japonesaLUIS TEJIDO (EFE)
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Dos de las ciudades que han tenido a lo largo de su historia el triste honor de que su población civil fuera atacada, aunque de manera diferente, Gernika e Hiroshima, se han confabulado este domingo para que su sacrificio, pero sobre todo su lucha por la paz, sean recordados en el futuro con un símbolo de vida. Si el árbol de Gernika sobrevivió al terrible ataque de la aviación fascista contra la población desarmada de la villa vizcaína, el Ginkgo Biloba volvió a brotar en Hiroshima tras la devastación que provocó la bomba atómica.

Reproducción sobre baldosas del Guernica.
Reproducción sobre baldosas del Guernica.

El lehendakari, Íñigo Urkullu y el alcalde de la ciudad japonesa, Kazumi Matsui, han plantado junto al de Gernika, un retoño del superviviente árbol japonés, con la ayuda del regidor de Gernika, José María Gorroño, así como la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui, y el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, el secretario general de Mayors for Peace, Yasuyoshi Komizo y el alcalde de Granollers y vicepresidente de Mayors for Peace, Josep Mayoral.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha trasladado hoy un "mensaje radical contra la guerra y en favor de la paz en el mundo", durante la plantación en Gernika (Bizkaia) de un retoño del árbol "ginkgo biloba" de la ciudad japonesa de Hiroshima, un símbolo de esperanza en Japón. En su intervención ha señalado que "hermanar" el roble de Gernika y el "ginkgo biloba" de Hiroshima "tiene un profundo significado" y ha señalado que, a partir de hoy, "el símbolo de la paz y la libertad y el de la esperanza se encuentran y crecen juntos" en la localidad vizcaína.

Tras recordar que el árbol de Gernika es "sagrado para los vascos" por ser "símbolo de paz, democracia y libertad con proyección universal", el lehendakari ha afirmado que "nunca debiera utilizarse para justificar la violencia de ningún tipo, porque representa un grito que sale del corazón contra la violencia y la guerra".

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El lehendakari ha recalcado que hoy Euskadi e Hiroshima trasladan "juntos un mensaje de compromiso y esperanza", porque "es posible vivir y convivir en paz" y puede lograrse "un mundo sin violencia, sin guerras y sin terrorismo".

"Una esperanza que sitúa la dignidad humana y la convivencia como los valores que debemos sembrar, abonar, cuidar y hacer crecer cada día", ha apuntado.

El valor de la esperanza

El alcalde de Hiroshima, por su parte, ha recordado que el árbol padre del retoño plantado en Gernika fue devastado el 6 de agosto de 1945 por la bomba atómica que arrasó su ciudad, si bien "brotó de nuevo" y trajo el "valor y la esperanza" al pueblo japonés.

Tras agradecer a la ciudad de Granollers que haya colaborado en el cultivo de este retoño, el también presidente del grupo de alcaldes por la paz Mayors for Peace ha expresado su deseo de que el árbol "enraíce" en tierra vasca y sea "un símbolo de la paz como su hermano de Gernika".

En agradecimiento por el retoño de Japón, el diputado general de Bizkaia ha obsequiado al alcalde de Hiroshima con una de las hojas del roble del árbol de Gernika.

Por su parte, el primer edil de esta ciudad nipona ha entregado a Unai Rementeria el símbolo de las mil grullas, que recuerda a una niña víctima de la bomba atómica, que confeccionó estas aves de papel con el deseo de curarse.

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