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Viaje a Complutum

El nuevo tren turístico de Alcalá une el casco histórico de la ciudad con el antiguo yacimiento romano

El tren turístico de Alcalá ante la catedral magistral, en la Plaza de los Santos Niños.
El tren turístico de Alcalá ante la catedral magistral, en la Plaza de los Santos Niños. Ricardo Espinosa

Viajar en el tiempo ha sido siempre un sueño imposible para el hombre. Pero el nuevo tren turístico de Alcalá permite hacerse una idea. Conecta su casco histórico con Complutum, la antigua ciudad romana, a la que los viajeros pueden acceder con el billete del convoy. Cuesta cinco euros, ofrece un sistema de audioguía en 14 idiomas y dos canales para niños en inglés y castellano. El tren solo circula de jueves a domingo, además de los días festivos, como los de esta Semana Santa. Las procesiones no alteran el recorrido, que dura una hora y cuenta con tres paradas: la plaza de Cervantes, la plaza de los Santos Niños y Complutum.

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La colombiana Daniela Monroy está acostumbrada a las turbulencias. Es piloto de avión, así que el vaivén del tren le parece hasta divertido. “Estaba caminando y vi el tren. Parecía una buena forma para conocer la ciudad. He subido, me he colocado los auriculares que te dan y he ido escuchando las explicaciones. He aprendido mucho”, asegura Monroy. Le acompaña Fernando Borrero: “Es muy cómodo y, a los que no disponemos de tiempo, nos permite ver Alcalá de una forma rápida”. Se extrañan de que el tren sea el centro de las miradas de los viandantes, que saludan a su paso. Les explican que este 15 de marzo era el primer día que funcionaba.

“Han subido más de 20 personas, no está nada mal para ser el principio”, explica Benjamín Pinto, su conductor. En lo que va de mes, medio centenar de personas han disfrutado ya del paseo. El proyecto es municipal: se han invertido 150.000 euros para que funcione durante los próximos cuatro años. La gestión dependerá de Alsa y del Grupo Juliá, las empresas que se encargan del autobús turístico de dos plantas en Madrid. “Nuestro objetivo era unir la ciudad con el yacimiento romano, introduciendo así una nueva oferta turística”, explica Javier Rodríguez Palacios, alcalde de Alcalá.

Aniversario ciudad patrimonio

Pinto, conductor del vehículo, también invita a subir a los alcalaínos: “Siempre hay monumentos que no conoces y que te pueden llegar a sorprender”, explica. Para circular no ha sido necesario instalar vías porque, aunque el vehículo tenga apariencia de tren, marcha sobre ruedas. Está dividido en tres partes: una locomotora y dos vagones con siete filas de asientos cada uno. Tiene capacidad para 54 personas y existe un espacio para sillas de ruedas. En la Plaza de Cervantes sube la japonesa Yuka Sakamoto. Nació hace 20 años muy cerca de Kioto, el lugar donde ese mismo 1998 Alcalá fue declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Viaja por España para medir su nivel de castellano.

Antes de su excursión esta joven solo conocía Alcalá por ser la cuna del autor de El Quijote. Ahora, y gracias a “la buena traducción” del audio, se ha sorprendido con su historia. El traqueteo del tren la ha llevado por la Alcalá medieval de calles irregulares que cercan a la catedral magistral; por la ciudad renacentista que giró en torno a la Universidad y por la calle Libreros, que ahora es una vía comercial flanqueada por almendros en flor pero que, en 1585, albergó el taller en el que se imprimió La Galatea, otra novela de Cervantes. Sakamoto ha prometido volver a la ciudad, de la que se ha enamorado sin discusión.

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