Colau no da por muerto el tranvía pese al ‘no’ de la oposición

En el Ayuntamiento de Barcelona, el calibre de la tensión política se mide por la cantidad de gente que hay en la sala Lluís Companys cuando hay votaciones importantes. Ayer las sillas estaban llenas y había una treintena de personas de pie. El PDeCAT, Ciutadans, ERC y el PP tumbaron en la comisión de Urbanismo la prolongación del tranvía entre Glòries y Verdaguer. Solo el PSC apoyó uno de los proyectos estrella de la alcaldesa Ada Colau. Pese al revés, la votación definitiva será en el pleno del próximo viernes 23 y el ejecutivo mantiene que todavía hay tiempo para conseguir el sí de ERC.

En la comisión estaba todo el pescado vendido después de que, el martes, el líder de los republicanos en el consistorio, Alfred Bosch, anunciara que votaría no. La concejal de Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, cuestionó a Bosch desde media mañana. La reprochó su decisión y afirmó que su voto negativo respondía a “electoralismo” y a una voluntad “de ganar visibilidad” como candidato.

Parte del debate se centró ayer en una rocambolesca discusión sobre la necesidad de tener un protocolo o un convenio con la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM) que detalle la gestión de la futura unión del tranvía. El gobierno de Colau defiende que a partir de 2032, cuando acaba la concesión con la empresa Tram, modificará aspectos para que la administración tenga más peso. Y que vencida la concesión, el tranvía será 100% público. Pero la falta de cifras sobre estas intenciones mantiene a ERC en el no. Sanz ofreció a los republicanos sentarse, antes del día 23, con la ATM.