¿Tormenta perfecta o una oportunidad?

Barcelona ha pasado en pocos meses de vivir un encendido debate sobre cómo resolver las consecuencias negativas de su (envidiado) éxito como destino turístico a mirar con angustia como la bajada de la demanda impacta de lleno en nuestra actividad económica. Desde el pasado mes de agosto, una muy lamentable sucesión de acontecimientos ha creado las condiciones para un “shock de demanda” imprevisto que ha sorprendido a todos los actores implicados y es percibido por la ciudadanía como el inicio de un declive, quien sabe si irreversible, de lo que fue uno de los pilares sobre los que Barcelona ha cimentado su bienestar en las últimas décadas.

Algunos de los que antes se apuntaban a la “turismofobia” celebran que de manera sorprendente casi han logrado sus propósitos sin ser conscientes de que nunca augura nada bueno el celebrar los fracasos cuando son la consecuencia negativa de hechos imprevisibles y no fruto de una corrección gestionada y organizada en positivo. Como “a perro flaco todo son pulgas”, como dice el refrán, la gobernanza del turismo en la ciudad pasa además por uno de sus momentos más delicados en muchos años, lo que impide un impulso decidido para revertir la situación actual.

Hace unos meses desde Barcelona Global, asociación que quiere impulsar que Barcelona sea una de las mejores ciudades del mundo para el talento y la actividad económica, nos comprometimos a contribuir en el debate turístico que vivía la ciudad aportando ideas y soluciones. Es nuestra manera de hacer; identificando retos y mirando a otras ciudades del mundo que los han resuelto con éxito y cómo podemos aplicar aquí las mejores prácticas. Nuestro punto de partida es que el modelo de éxito turístico de Barcelona ha generado un enorme bienestar a la ciudad, pero también alguna consecuencia negativa que hay que corregir. Por lo tanto, la ciudad debe hacer un esfuerzo por gestionar la actividad turística y hacerlo implicando al máximo de actores posibles en las soluciones a los problemas. Valga como ejemplo la reciente presentación del Barcelona Obertura Spring Festival que Barcelona Global ha impulsado para ayudar a colocar a Barcelona entre las capitales mundiales de la música clásica, reforzando la colaboración entre los principales equipamientos musicales de la ciudad y con el respaldo del Ayuntamiento.

Por ello, tras meses de trabajo de varios grupos de expertos de muchos sectores de la ciudad, hemos convocado para el próximo 21 de marzo el primer Summit sobre Innovación en Turismo Urbano para conocer las mejores experiencias internacionales en la solución de retos que hoy tiene planteados Barcelona y dar a conocer nuestra agenda de recomendaciones sobre cómo afrontar estos retos y convertirlos en éxitos futuros. El trabajo que iniciamos fue en un contexto distinto al actual, pero, no nos equivoquemos, si era útil entonces, lo es todavía más en las actuales circunstancias de “tormenta perfecta”: como ciudadanos comprometidos tenemos la obligación de convertir los problemas en oportunidades. A veces hace falta un susto para reaccionar y de esa experiencia siempre se sale más fuerte.

Pau Guardans es vicepresidente de Barcelona Global