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Okupas en la casa de ‘Ciudadano Kane’ en Madrid

Un edificio histórico lleva dos años celebrando eventos sin permisos. Vecinos y PSOE se oponen a la reforma que proponen los nuevos propietarios

Miguel Ángel Medina
Edificio situado en el número 7 de la calle de Cedaceros.
Edificio situado en el número 7 de la calle de Cedaceros.KIKE PARA

En el número 7 de la calle de Cedaceros, a un paso de la Puerta del Sol, un inmueble sorprende por su fachada amarilla y sus eclécticos adornos, que entrelazan arcos árabes y capiteles clásicos. La construcción surgió en 1907 como salón de variedades y se reformó en 1920 para convertirlo en el Teatro Rey Alfonso. Al parecer, el rey Alfonso XIII se veía entre sus muros con su amante, la actriz Carmen Ruiz Moragas. Años después se convirtió en los Cines Bogart, que terminaron cerrando.

“Es un edificio magnífico, para mí es la casa de Ciudadano Kane en Madrid, porque coge un estilo de cada sitio, igual que hace el magnate protagonista de la película de Orson Welles”, explica Pedro Gómez Blázquez. Este empresario adquirió a través de su empresa STU hace dos años los derechos para reformar y alquilar el bloque durante 35 años. Sin embargo, lo que denomina “una auténtica mafia” ha mantenido okupado el inmueble en este tiempo, rodando anuncios de publicidad, organizando eventos de todo tipo —incluso de grandes marcas, como ¡Hola!, El Corte Inglés o Mahou— y hasta celebrando grandes fiestas sin contar con permiso para ello.

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De hecho, entre 2016 y 2017 se celebró aquí una fiesta mensual que adquirió cierto renombre. Cha Chá, el club secreto en el que se reúnen los famosos, tituló El Español un reportaje que mencionaba a los actores Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez como asiduos al plan. “En esa sala no podíamos tener continuidad, vimos que los que la gestionan tenían algún problema de licencias, así que decidimos cambiar de sede”, señala un portavoz de Cha Cha Club. Aunque esta iniciativa ya no se celebra, el edificio sigue acogiendo otros eventos.

La concejal del PSOE Mercedes González denuncia la pasividad del Gobierno municipal ante los gestores okupas: “Todas las semanas tienen solicitudes de desalojo en la Agencia de Actividades y sanciones, pero el Ayuntamiento no hace cumplir la ley. Ha funcionado siempre de manera ilegal”. Una portavoz del área de Urbanismo del Ayuntamiento confirma la falta de permisos: “Lo que hoy existe es una discoteca sin autorización de tipo alguno y con precintos decretados y vigentes por la Agencia de Actividades desde el año pasado. Pero los actuales explotadores de la actividad se lo saltan a la torera, a pesar de las reiteradas comunicaciones, órdenes y visitas de la Policía Municipal”.

Según Pedro Gómez —impulsor también del Mercado de San Miguel—, su empresa ha realizado entre 70 y 80 denuncias contra los usurpadores, y el local ha sido precintado dos veces por las autoridades, pero siempre vuelven a entrar. En una de estas denuncias se explica: “El local carece de las autorizaciones administrativas necesarias para la realización de ninguna actividad de carácter público [...] El 27 de mayo de 2016 la autoridad municipal precintó la actividad de la sala de fiestas [...] El 3 de junio de 2016 se pudo comprobar que el precinto había sido retirado”, por lo que se exige que se restituya. El empresario señala que a principios de marzo hay previsto un juicio donde, espera, se confirmará el desahucio definitivo.

Interior del inmueble, de principios de siglo.
Interior del inmueble, de principios de siglo.

Cuando consigan desalojar a estos inquilinos, los arrendatarios pretenden convertir este edificio de seis plantas y terraza en un teatro con espectáculos en sus plantas inferiores con una zona de restauración en la parte superior, con un aforo total de cerca de mil personas. “Invertiremos unos cuatro millones de euros y nos gustaría comenzar las obras antes de finales de año”, dice Gómez Blázquez.

Antes de eso, el plan especial tiene que subsanar los errores que llevaron a la comisión de urbanismo municipal a paralizarlo a finales del año pasado. “El proyecto deberá pasar de nuevo por las comisiones de patrimonio de Comunidad y Ayuntamiento”, señala la socialista Mercedes González. Su grupo planteó alegaciones al proyecto. “En nuestra opinión, aprobarlo significa continuar terciarizando el centro, hacer más locales de ocio en una zona ya congestionada, lo contrario de lo que propugna Ahora Madrid, así que volveremos a votar en contra”, añade.

Los vecinos del barrio, que también han efectuado alegaciones al plan especial, tampoco parecen convencidos de la futura reforma. Según Jordi Gordon, presidente de la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Centro, “dada la saturación de bares y discotecas en el distrito de Centro, que se abra una macrolocal para fiestas para casi mil personas es una locura. Estamos rodeados de locales de ocio, afters ilegales... El proyecto es una barbaridad”.

Coincide Juan Carlos Mora, presidente de la asociación de vecinos Las Letras: “Estamos en contra del proyecto porque la zona está sobresaturada de locales de ocio y, aunque dicen que quieren convertirlo en un espacio cultural, nos tememos que lo que pretenden hacer es una macrodiscoteca”. El empresario lo niega: “Los vecinos tienen derecho a protestar, pero no va a ser una macrodiscoteca, será un espacio escénico, aunque alguna vez pueda albergar alguna fiesta”. Mora, el vecino, responde: “Estamos a favor de cualquier uso cultural, pero no de más salas de fiestas”. En cualquier caso, habrá que esperar a los próximos meses para conocer el futuro de uno de los edificios más curiosos de Madrid.

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Sobre la firma

Miguel Ángel Medina
Escribe sobre medio ambiente, movilidad —es un apasionado de la bicicleta—, consumo y urbanismo, entre otros temas. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense, ha publicado el libro ‘Madrid, preguntas y respuestas. 75 historias para descubrir la capital’. 

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