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El voto de los fugados y encarcelados puede ser decisivo para la investidura

Los independentistas necesitan todos sus votos para sacar adelante un candidato a presidente

En pantalla, Carles Puigdemont y los consellers cesados, Clara Ponsatí y LLuís Puig en el acto de final de campaña.Foto: atlas | Vídeo: Toni Albir

La victoria de Ciudadanos en número de votos pero la imposibilidad de lograr una mayoría parlamentaria, que quedaría en manos del independentismo, convierte probablemente a los ocho diputados huidos o presos de Esquerra Republicana y de Junts per Catalunya en decisivos para la investidura de un nuevo presidente para Cataluña.

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Tanto los cinco huidos (Carles Puigdemont, Clara Ponsatí, Toni Comín, Lluís Puig y Meritxell Serret) como los tres encarcelados (Junqueras, Sànchez y el exconsejero de Interior Joaquim Forn) podrían tomar posesión de su acta como diputados pero, en principio, no pueden delegar el voto, ya que la delegación está prevista en el reglamento del Parlament (artículo 93) solo en casos de baja por maternidad o paternidad, “hospitalización, enfermedad grave o incapacidad prolongada debidamente acreditadas”. De esta manera, tendrían acta los 70 independentistas, con el 95% escrutado (la suma de los obtenidos por JxCAT, ERC y la CUP), pero solo podrían votar la investidura 62, lejos de la mayoría absoluta fijada en 68. De esta manera, las votaciones se podrían ver alteradas en perjuicio del independentismo, al que también le bastaría una abstención de los 8 diputados de CatComú-Podem, pues sus 62 diputados seguirían superando a los 57 que suman Ciudadanos, PSC y PP.

En el caso de Junqueras, Forn y Sánchez, es posible que todos reclamen al Tribunal Supremo que les excarcele para acudir al Parlament si el juez Pablo Llarena los mantiene en prisión tras tomarles declaración a estos dos últimos el 11 de enero. Los huidos deberían renunciar al acta para mantener esa mayoría en el Parlament y dejar así espacio a los siguientes de la lista ya que, si regresaran a España serían detenidos y seguramente encarcelados.

El reglamento del parlamento catalán prevé también que la Mesa pueda modificar los criterios para delegar el voto, pero requeriría una mayoría que, de ausentarse los huidos y presos previsiblemente no tendrían.

También se podría dar el caso de que seis de estos ocho renunciaran a sus actas y solo las mantuvieran Carles Puigdemont y Oriol Junqueras. Con estos dos votos menos, los independentistas tendrían 68 votos, suficientes para investir presidente. Sin embargo, en principio, para ser elegido president hay que ser diputado y realizar un discurso en la cámara, por lo que en ese escenario posiblemente ninguno de los dos pudiera acceder a ese cargo. Pero con la renuncia de todos los huidos o presos menos Puigdemont y Junqueras, los independentistas aún tendrían la posibilidad de modificar el reglamento con los otros 68 diputados, aunque el proceso de modificación es complejo y no está claro que pueda abordarse antes de la investidura.

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