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El puente llena el Pirineo y Barcelona sufre la resaca del ‘procés’

La previsión de ocupación hotelera en la capital catalana es del 45%, mientras que mismo puente el año pasado se cerró con un 60%

Turistas y ciudadanos en una calle de Barcelona.
Turistas y ciudadanos en una calle de Barcelona.Massimiliano Minocri

La previsión de buen tiempo y las últimas nevadas hacen que el puente de la Constitución se presente como una buena oportunidad para el turismo catalán, especialmente para el de nieve: con la mayor parte de las pistas de esquí abiertas, los hoteleros del Pirineo auguran una ocupación superior al 80%. No obstante, la resaca de la crisis política por el proceso independentista todavía tiene efectos sobre el turismo en Barcelona: la previsión de ocupación hotelera es del 45%, mientras que mismo puente el año pasado se cerró con un 60%.

Los hoteleros barceloneses han alertado de que, desde el pasado 1 de octubre y a raíz de las constantes movilizaciones en el centro de la capital catalana, el volumen de reservas ha caído por la inestabilidad política, que aleja a los turistas extranjeros. De hecho, en algunos hoteles del centro de la ciudad la facturación bajó hasta un 30% en octubre, aunque la media se situó por encima del 10%. La llegada de turistas a Cataluña en conjunto cayó un 4,7% en ese mes.

Por esa razón, un periodo de días libres tan largo como el puente de la Constitución se veía como la oportunidad para remontar esos datos. Sin embargo, la última Encuesta de Ocupación Turística realizada por Turespaña muestra que la ocupación hotelera crecerá este puente en toda España, excepto en Cataluña, donde se espera un descenso del 13%. Esto se explica por la previsión de ocupación hotelera en Barcelona, 15 puntos por debajo de la del año pasado. El Gremio de Hoteles achaca estos datos a la inestabilidad política, que ha hecho perder posiciones a Barcelona como destino turístico.

No obstante, donde sí hay optimismo en el arranque de este puente es en el Pirineo, con el inicio de la temporada de esquí. La bajada de las temperaturas en los primeros días de diciembre ha dado paso a un ambiente invernal con nieve en las montañas que ha permitido que la temporada de esquí haya empezado en la mayoría de estaciones.

La crisis política afectará al turismo en 2018

El Barómetro de Rentabilidad de los Destinos Turísticos Españoles, difundido esta semana por la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), asegura que la inestabilidad política tendrá consecuencias para la actividad hotelera a lo largo de 2018. El informe afirma que los ingresos de los establecimientos continuarán cayendo en el primer trimestre hasta llegar a pérdidas del 15,2%. La principal causa es la caída de reservas para organizar congresos, convenciones y reuniones de empresarios en Barcelona. Exceltur también alerta de que la menor demanda tendrá efectos sobre el empleo, y estima que, de media, se reducirá el personal un 8,2%. En previsión de este escenario, hoteleros y comerciantes de Barcelona ya han pedido a la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, que destine más fondos a la promoción de la ciudad.

El director de la Asociación Catalana de Estaciones de Esquí y Actividades de Montaña (ACEM), Joaquim Alsina, apunta que el sector tiene muy buenas perspectivas para este puente, fundamental para el balance de la temporada de esquí, ya que representa, dependiendo de la temporada, entre el 10% y el 13% del total de esquiadores y de la facturación. La temporada pasada se llegó casi a los 2,1 millones de esquiadores, “una cifra que no es la mejor de la historia pero que no es mala”, apunta Alsina, que espera que aumente. La mayoría de los esquiadores proceden del área de Barcelona.

Las estaciones de la provincia de Girona como la Molina, Masella y Vall de Núria están abiertas este puente. La apertura de todas las estaciones y las buenas previsiones meteorológicas hacen que las estimaciones de ocupación del miércoles 6 al domingo 10 sean de más un 80% en el Pirineo gerundense.

También en el Pirineo de Lleida las expectativas son altas. La estación más preparada es la de Baqueira-Beret, con 120 kilómetros de pistas. En Vall de Boí y en la comarca del Pallars las reservas sitúan el volumen de ocupación en el 80%. “El año pasado tuvimos un 60% de ocupación por estas fechas y ahora estamos diciendo que habrá, de media, un 80%, aunque se podrá llegar al 100%”, explica Juli Alegre, presidente del Patronato de Turismo, quien quita hierro a las consecuencias de la inestabilidad política: “Aquí arriba el conflicto político no ha llegado, al menos no sus efectos hacia el turismo”.

Más allá del turismo de nieve, este puente es tradicionalmente un periodo flojo en las costas catalanas, aunque las grandes ciudades y las comarcas de interior suelen recibir visitantes. La comarca más favorecida se prevé que sea la Garrotxa con un 83% de ocupación, seguida de la Cerdanya con el 80% y el Ripollès el 75%. En el interior de la comarca de la Selva, la previsión se concreta entorno a un 55%. En Girona ciudad y sus alrededores se espera una ocupación del 60%.

Pocos turistas en la costa

En la Costa Brava solo está abierto el 10% de las plazas hoteleras, es decir, 80 de los 725 establecimientos en todo el litoral de Girona. Así, en la zona del centro de la Costa Brava se concentrará la mayor demanda, y la previsión es que se ocupe el 75% de las habitaciones. En el Alt Empordà, básicamente en la ciudad de Figueres, se espera un 45% de ocupación. En la Costa Daurada, en Tarragona, abrirá el 20% de los hoteles del litoral, y se espera una ocupación del 85%, según la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo de la provincia de Tarragona.

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