Ferran López, el comisario del consenso
El nuevo comisario jefe de los Mossos d'Esquadra ha sido el interlocutor en las reuniones técnicas del 1-O con el Ministerio del Interior
El comisario Ferran López ha sido nombrado el nuevo jefe de los Mossos d'Esquadra. Eso ha hecho respirar con tranquilidad a parte de la cúpula del cuerpo, que lo ve como la solución menos traumática para la intervención de la policía catalana. López, de 50 años, es visto como un hombre de consenso, tanto dentro como fuera de los Mossos, y una opción continuista de la actual cúpula.
López fue la persona elegida como interlocutor en las reuniones para el dipositivo del 1 de octubre con el Ministerio del Interior. El Gobierno se alegró de tener que tratar con un perfil "más técnico" en lugar de con el mayor Trapero, con quien habían tenido más encontronazos.
Hasta ahora, ocupaba el número dos en la jefatura de los Mossos, que era una pirámide, con Trapero en el vértice. En concreto, era el jefe de la Comisaría Superior Territorial de Mossos. El comisario ha acompañado al mayor a las comparecencias en la Audiencia Nacional y fue uno de los que le recibió con aplausos en la comisaría central del cuerpo policial autonómico, cuando regresó del tribunal, ya imputado por sedición y con medidas cautelares.
Ferran López lleva 27 años en los Mossos, donde tuvo uno de sus primeros destinos en el recién fundado grupo de élite de los GEI, donde fue jefe de escuadrón. Posteriormente estuvo en diversas comisarías, hasta que en 2006 le nombran jefe de la Región Metropolitana Sud. En 2010, el tripartito, con José Montilla como presidente, le ascendió a comisario en la misma promoción que a Trapero y pasó a estar por debajo del comisario jefe de ese momento, Josep Milán, como coordinador operativo.
Diplomado en Ciencias de la Educación y con un posgrado en Dirección y gestión de la seguridad pública, López es una persona deportista, y un ávido lector, según fuentes de su entorno. Entre sus experiencias ya como mando estuvo la gestión del complicado movimiento de los indignados, con las traumáticas cargas en la plaza de Cataluña, que llevaron al cambio de la estrategia de los antidisturbios.
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