Condenados por un incidente con policías tras la manifestación por ‘los Jordis’

Adrià Corbella y Aina Altimir aceptaron, el domingo por la mañana, una condena de cuatro meses de cárcel por un delito “leve” de atentado a la autoridad y desobediencia. Los jóvenes, de 24 años, se dejaron guiar por consejo de sus abogados, ambos de oficio: mejor acogerse al pacto ofrecido por la Fiscalía que arriesgarse a una pena mayor. “Nos dijeron que podían ser tres años, y que quizá no salíamos en libertad”. La sentencia ya es firme, y la verdad judicial del caso dice que Adrià y Aina insultaron, escupieron y agredieron a policías frente a la Delegación del Gobierno de Barcelona al final de la manifestación del sábado por la libertad de Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, presidentes de la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural.

“Llevábamos muchas horas en manos de la policía, solo queríamos que todo acabase”, explica por teléfono Adrià, vecino de Tàrrega. Tanto él como Aina se arrepienten de haber asumido su culpa y afirman, ahora más calmados, que los hechos que les atribuye la sentencia no son ciertos. Admiten que gritaron a agentes del Cuerpo Nacional de Policía y que les exigieron que se marchasen. Pero niegan haberles escupido. Y mucho menos, haberse resistido violentamente —con patadas— mientras eran reducidos en el suelo. “Yo estaba que me ahogaba con los policías encima. Aunque hubiera querido, no habría podido hacer nada”, sostiene.

Trabajos en riesgo

Sus trabajos como monitores de ocio peligran. “Los dos trabajamos con menores de edad, y no podemos hacerlo si tenemos antecedentes penales”, lamenta el joven. Adrià es consciente de que poco puede hacerse ya en el terreno judicial, pero quiere explicar su versión de lo ocurrido la tarde del sábado. Tras ser detenidos, él y Aina fueron trasladados a la comisaría de La Verneda. Según su versión, los policías se metieron con ellos y les amenazaron con cortarles a trozos y echarles “al mar”. Adrià asegura que no pudo contarle lo ocurrido a su abogado de oficio, con el que se encontró en la comisaría de madrugada y, al día siguiente, en el juzgado. Allí aceptaron los cuatro meses de cárcel y el pago de multas por 600 euros.