La fiscalía acusa de contrabando a un exalcalde del PP 16 años después de su detención
También le imputa a Nené Barral delitos de cohecho y organización criminal y le pide más de 10 años de prisión y multa de 15 millones de euros
José Ramón Barral Martínez, Nené, el que fuera alcalde por el PP en Ribadumia (Pontevedra) casi tres décadas, será juzgado por dirigir una organización dedicada al contrabando de tabaco por el que había sido detenido en mayo de 2001, precipitando su cese en la alcaldía. La fiscalía ha pedido la apertura de juicio contra el veterano expolítico y solicita para él 10 años y medio de prisión y multa de 15 millones de euros al imputarle también los delitos de cohecho y asociación ilícita.
La instrucción judicial ha tardado más de 16 años en cerrarse, sobre todo por las trabas de las autoridades suizas que impidieron que Hacienda pudiera intervenir supuestos depósitos de la familia Barral. En el camino han quedado atrás aspectos de la investigación que no han podido acreditarse, como el blanqueo de dinero, mientras el número de imputados se fue reduciendo de 17 a 11, alguno ya fallecido.
La fiscalía también pretende sentar en el banquillo al hermano de Nené, Feliciano Barral, expresidente local del PP hasta su detención, como supuesto número dos de la organización para el que pide tres años por delito de contrabando, otros tantos por asociación ilícita y una multa idéntica al que fuera su presunto jefe en los negocios tabaqueros.
En la causa también están procesados dos funcionarios que entonces tenían puestos de responsabilidad en el Servicio de Vigilancia Aduanera, para los que el fiscal solicita hasta cuatro años y medio de prisión por revelación de secretos y pertenencia a una organización criminal, así como un guardia civil para el que la condena solicitada es de tres años y nueve meses.
Dice el fiscal que Barral contaba con una potente infraestructura para introducir la mercancía ilegal. Uno de los métodos eran los contenedores, otro se realizaba por vía marítima, con barcos como el North See, que utilizaban los puertos de Cork (Irlanda) y el de Rotterdam (Holanda) y también empleaba una flota de camiones para el transporte terrestre.
Los cargamentos de cajetillas que procedían de EEUU, luego se embarcaban en el sultanato de Omán, donde si se simulaba su origen en país africano de Senegal, y después llegaba a la Península para ser enviados a Gran Bretaña. Uno de estos cargamentos de medio millón de cajetillas fue intervenido en el puerto de Vigo y cuyo destino era el mercado británico.
Barral siempre ha negado su implicación en el contrabando y se ha defendido alegando que él era un simple intermediario legal y que el cargamento estaba en tránsito en un puerto franco cuando fue incautado. El que fuera un influyente alcalde desde finales de los años setenta y considerado uno de los históricos en el contrabando de tabaco afrontó su primer proceso judicial el pasado año por defraudar a Hacienda a través de negocios eólicos y acuícolas en China y Chile, pero esquivó la cárcel con un juicio de conformidad, evitando además que sus tres hijas fueran también enjuiciadas, pese a los intentos del fiscal por acusarlo de blanqueo de dinero.
Meses después del juicio, la juez de Lugo Pilar de Lara abrió otra investigación derivada de estos hechos y ordenó al Servicio de Vigilancia Aduanera el registro del despacho de su abogado en A Coruña. Barral y una de sus hijas están imputados por contrabando, delito fiscal y blanqueo de capitales.
Ni José Ramón Barral ni su hermano Feliciano abandonaron la política. Pasada la tormenta mediática que desencadenó la salida de ambos del PP, impulsaron a la sombra la fundación del partido Independientes por Ribadumia, que en las pasadas elecciones logró hacerse con el gobierno de este pueblo de apenas 5.000 habitantes con el apoyo del PSOE y Somos Ribadumia.
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