El Govern ha pagado 1.076 millones por las estaciones cerradas de la L9
El Ejecutivo catalán pagó 6,3 millones de euros por cada estación inacabada en 2016
La Generalitat ya ha desembolsado 1.076 millones de euros por las estaciones vacías e inacabadas de la línea 9 del metro desde 2011. Según el Departamento de Territorio y Sostenibilidad, esos pagos a las empresas concesionarias se han efectuado en concepto de mantenimiento y vigilancia de esa infraestructura. Solo en 2016, por cada una de las 14 estaciones que están fuera de servicio el Ejecutivo catalán abonó más de 6,3 millones de euros. El Gobierno catalán estima que el coste de construcción de la línea 9 ascenderá a 6.000 millones.
El último gran proyecto de infraestructuras del Gobierno de Jordi Pujol, la construcción de una línea de metro transversal que conectará los dos extremos del área de Barcelona sin pasar por el centro de la ciudad, tiene una larga lista de gastos de la que ahora se conocen más detalles. Desde 2011, los pagos a las empresas concesionarias por el mantenimiento y la vigilancia de las estaciones vacías e inacabadas de la línea 9 ascendieron a 1.076,8 millones de euros, según el Departamento de Territorio. Solo en 2016, por cada una de las 14 estaciones fuera de servicio la Generalitat pagó a las concesionarias más de 6,3 millones de euros.
Cuando en 2002 el entonces conseller en cap Artur Mas puso la primera piedra del ambicioso proyecto de construir la línea de metro más larga y moderna de Europa, el presupuesto se cifró en 2.464 millones de euros y se anunció la inauguración para 2006. Han pasado 15 años y solo están en funcionamiento los extremos de la línea 9 y de la línea 10, la rama que llega al aeropuerto de El Prat. Tras muchas rectificaciones del trazado, que se ha convertido en una serpiente de muchas curvas para dotar de estaciones de metro a zonas que no la tenían, y tras revisiones del presupuesto, la estimación del gasto final por la construcción de la infraestructura asciende a más de 6.000 millones de euros.
No obstante, esta cifra no cuenta las cargas económicas que implica la financiación aplazada de la infraestructura. Estas cargas corresponden al pago de un canon anual a las empresas a las que se concedió el mantenimiento y la vigilancia de las estaciones de metro que todavía no se han acabado. Esta decisión se tomó cuando empezaron los problemas financieros de la línea 9.
En 2005, el túnel del alargamiento de la línea 5 hacia el barrio de El Carmel se desmoronó y dejó un socavón que puso en alerta a la Generalitat. Había que repensar todo el trazado de la línea 9 y proyectar nuevas medidas de seguridad para que ese episodio no se repitiese.
Presupuesto disparado
Fue entonces cuando se triplicó el presupuesto y, ante la imposibilidad de asumir el gasto por el inicio de la crisis, en 2007 el tripatito, con el entonces consejero de Política Territorial y Obras Públicas, Joaquim Nadal, decidió cambiar el sistema de financiación: concedió a empresas privadas la construcción, el mantenimiento y la vigilancia de las estaciones que todavía quedaban por hacer, y pidió a las compañías que pagaran una cantidad en concepto de la adjudicación otorgada.
Esta operación permitiría finalizar la línea. A cambio, la Generalitat se comprometió a pagar un canon anual a las empresas durante 30 años. De momento, la Generalitat ya ha pagado 1.076,8 millones, una cifra que se pudo conocer a raíz de la pregunta parlamentaria del diputado del PP Fernando Sánchez Costa. El margen de beneficio que se aseguró a las empresas concesionarias fue de un 8% anual. Estas facturas mensuales, no sujetas al paso de trenes o de pasajeros, acabarán costando 9.000 millones, según cálculos de los expertos.
Pese a lograr financiación de las empresas, el trazado todavía está inacabado. Sólo funcionan 29 estaciones de las 52 planteadas inicialmente y a estas alturas los trenes solo cubren 31 kilómetros: faltan 16,7 kilómetros. Mientras tanto, las compañías cobran el canon mensual y también hacen negocio con la adjudicación: en enero de 2016, una de las empresas a las que se cedieron unas estaciones del trazado, ACS, vendió una parte de su concesión de la línea 9 y obtuvo un beneficio de 70 millones de euros. También OHL, otra de las concesionarias, vendió su parte en marzo del mismo año por 42 millones.
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