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Pisos turísticos para mascotas

Varias aplicaciones permiten elegir cuidadores para sus animales a quienes se van de vacaciones

Dos perros juegan en la sede de Adiestcan, en Miraflores de la Sierra.
Dos perros juegan en la sede de Adiestcan, en Miraflores de la Sierra.víctor sainz

Félix tenía las patas quemadas por el asfalto caliente. Alguien le abandonó esta semana a 120 kilómetros de Madrid, sin chip. Durante días, en la gasolinera que lo alimentaba, se dedicaba a correr buscando a su dueño en todos los coches. Uno de ellos, un ‘blablacar’, paró para recogerlo. “Era un podenco muy juguetón, apenas ladraba”, explica Susann Mayer, su salvadora temporal. “Está algo asustado y busca hogar definitivo”. Esta escena es una postal recurrente en estas fechas. El pasado 2016, según cifras de Fundación Affinity, fueron abandonados más de 100.000 perros. Ciudades como Madrid lideran las cifras de abandono.

Es en estas urbes, sin embargo, es donde mejor funciona la acogida temporal; desde establecimientos y comercios privados a iniciativas individuales. Hay hoteles y residencias para perros y adiestradores que hacen de cuidadores en su propia casa. La economía colaborativa, por su parte, tiene también sus propias fórmulas. Existen plataformas que ponen en contacto a cuidadores y dueños de perros. Gudog nació en Madrid en 2012, y su competencia, Dogbuddy, un año después. Esta última cuenta con más de 500 canguros de perros sólo en la capital.

Funcionan de forma parecida; filtran perfiles –“suelen ser veterinarios, cuidadores con experiencia o adiestradores”, explican en Dogbuddy– y la comunidad de dueños valora a estos cuidadores, dejando un historial de ‘perros cuidados’. Como si de ‘Airbnb’ se tratase, éstos ofrecen su casa y todos los servicios de que disponen: piscina, jardín, terraza, compañeros de juegos… “La fundadora de Gudog había tenido una mala experiencia en una residencia canina”, explica una portavoz de la ‘startup’, “se pensó para ofrecer un trato más familiar y acabar con el abandono que en ciudades como Madrid es muy frecuente en verano”.

En estas aplicaciones se establece búsqueda por cercanía y calendario y se pone en contacto a dueños y canguros. “Solemos recomendar que se conozcan antes, por la afinidad con el cuidador y sus perros, si tuviera”, explica Rossella Fasoli, portavoz de Dogbuddy. “Suelen establecerse relaciones tan estrechas, ¡que incluso hemos tenido parejas unidas a través de la aplicación!”. Gudog cuenta una experiencia parecida. “Muchos dueños renuncian a una mascota porque viajan mucho y otros tienen ansiedad por las residencias y buscan un trato más personalizado”, relata la compañía madrileña. “Una persona con valoraciones y referencias y se van con la seguridad de que va a funcionar”. Estas dos plataformas ofrecen seguro veterinario y seguro de responsabilidad civil. “Que todos se queden tranquilos”, resume Fasoli.

La época estival es temporada alta para la empresa de adiestradores AdiestCan, afincados en Miraflores de la Sierra. Anika y Pablo son los responsables y se enfocan no sólo a educar perros sino a sus dueños. Ofrecen, además, ayuda y consultoría a hoteles. “En estas fechas todo se masifica, especialmente las residencias, muchas de las cuales nos piden ayuda”, apunta Anika. Celebra la existencia de nuevos modelos para evitar el abandono en verano aunque llama la atención sobre los “malos hábitos” de los dueños y pide que se revise bien que el cuidador tiene experiencia en adiestramiento. “Es un error culpar a las residencias”, explica, “claro que algunas son deficitarias, pero suelen lidiar con dueños que no han trabajado con su perro para que se quede tranquilo”. Los perros “llegan a dejar de comer y tienen problemas digestivos, miedo y ansiedad, son más difíciles que los niños”, cuenta la adiestradora. “Para dejarles 15 días hay que hacerlo paulatinamente, no esperar al verano”.

Y si la idea es irse de vacaciones y llevarse a la mascota, la Real Sociedad Canina de España anima a hacer búsquedas en establecimientos que los admitan “e integrarles en la rutina de los viajeros”, apunta Julián Hernández, presidente del organismo. “Hay que buscar la etiqueta ‘pet friendly’, localizar playas amigas de los perros, por ejemplo en Levante, Canarias, Costa Brava o Andalucía, ir de camping y hacer planes deportivos como el ‘canicross’ o el ‘frisbee”. Para los que prefieran hacer el viaje solos, Anika de AdiesCan ofrece este consejo: “Ahorra a tu perro el trauma de verte marchar y prepárale para tus viajes cuando cumpla cinco o seis meses, la gente comete muchos errores y eso empeora el nivel de estrés”.

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