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El Palau alcanza el superávit pese a la losa del ‘caso Millet’

La entidad obtuvo en 2016 un saldo positivo de 165.000 euros

Carlos Garfella
Los coros del Orfeó Català junto al director artístico Simon Halsey.
Los coros del Orfeó Català junto al director artístico Simon Halsey.

Hace unos meses, el director del Palau de la Música, Joan Oller, calificaba de “renacer” la transformación organizativa y financiera de la entidad tras el escándalo del caso Palau. Cuatro meses después del juicio, Oller presentó ayer las cuentas auditadas de 2016 con un saldo positivo de 165.000 euros, “una cifra un poco superior a la prevista”, dijo. En 2015, el ejercicio cerró con un déficit de 40.000 euros, lo que supone una significativa mejora en sus finanzas.

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El desfalco confeso (más de 20 millones de euros) del expresidente del Palau, Fèlix Millet, y su mano derecha, Jordi Montull, llegó a poner en situación de riesgo a la institución centenaria. El Palau tuvo que hacer frente a la devolución de subvenciones y a los costes del proceso judicial. Una losa que todavía pesa sobre los actuales gestores y que ha forzado a que la institución haya destinado, durante años, parte de sus ingresos a gastos relacionados con el proceso judicial y que Oller calificó ayer como “provisiones”.

En 2016, los ingresos se elevaron a 14 millones de euros, de los cuales un 46% se destinaron a gastos de actividad, a empleados (33 %), funcionamiento (19%) y extraordinarios (2 %). Esta última partida, de 280.000 euros, servirá para sufragar compensaciones a trabajadores que durante la época Millet fueron contratados de “manera no regular”, explican fuentes del Palau. La partida destinada al funcionamiento de la institución incluye una cantidad, no especificada por la institución, para pagar a sus abogados. “Actuamos con prudencia ante los riesgos”, añadió Oller.

En ejercicios anteriores, Oller explicó que el Palau acumuló un millón de euros en la partida de gastos extraordinarios para hacer frente al pago del IVA de las facturas que Millet y Montull desviaron presupuestamente a la contabilidad del Palau para reformar sus viviendas. Hacienda reclama ese dinero y la entidad es responsable subsidiaria del pago, por lo que si los anteriores gestores no pudieran hacerla frente la institución debería abonarla.

Con todo, el Palau ejerce de acusación particular en el proceso judicial y cabe la posibilidad de que la entienda sea indemnizada por el daño causado por sus antecesores. “Tenemos la expectativa de que se produzca, pero optamos por la prudencia. Esto va muy lento. No sabemos cuándo ni cómo”, dijo Oller. En cualquier caso, el presidente explicó que en caso de que el Palau fuera finalmente indemnizado, el dinero se destinará a “pagos relacionados con el proceso judicial, inversiones necesarias para el edificio y gastos extraordinarios”.

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Por primera vez, la institución encargó un estudio a la auditora KPMG para analizar el impacto económico de sus actividades en la economía española. Dicho informe refleja que la entidad generó un impacto económico de 96,8 millones de euros en 2016 y que creó 1.058 puestos de trabajo entre directos, indirectos e inducidos en torno a su actividad. Los impuestos pagados por la Fundación sumaron un total de 2,25 millones de euros, mientras que las subvenciones totales recibidas de las administraciones públicas supusieron 1,86 millones (un 13% de sus ingresos), recogen las cuentas.

El informe presentado ayer por Oller junto a la presidenta del Orfeó Català-Palau de la Música Catalana, Mariona Carulla, recoge que los espectadores en sala de 2016 fueron 441.500 frente a los 419.000 de 2015. “Es una ocupación altísima, lo que significa que sacamos el máximo rendimiento a las salas”, dijo Oller. Desde 2013, los espectadores han aumentado en más de 120.000. Los asistentes a las visitas guiadas también aumentaron un 4,55 % respecto a 2015.

Debut en Londres

El año pasado, el Palau de la Música cerró con 565 conciertos, de los cuales 275 fueron propios, una cifra que alcanza la meta de los gestores de lograr organizar uno de cada tres espectáculos, frente al uno de cada cinco de años anteriores. “Es una presentación de lo que somos y queremos ser: una de las instituciones culturales más relevantes de nuestro país”, dijo Carulla.

La temporada 2016-2017 ha sido la primera bajo la dirección artística de Sim Halsey. La ocupación media de los conciertos del ciclo estrella del equipamiento, Palau 100, fue del 86 %, mientras que otros ciclos como Palau Bach, Constelación, Grandes Voces, Piano y Palau Cambra registraron una media de casi el 80 %. Con Halsey como director artístico, l’Orfeó y el Cor de Cambra ofrecieron el Requiem de Fauré y estrenaron Oda infinita de Salvador Brotons. Este último formó parte de los conciertos conmemorativos por el 125º aniversario del Orfeó Catalá. El próximo 19 de agosto l'Orfeó Català y el Cor de Cambra del Palau cerrarán la temporada con su estreno en el festival BBC Proms de Londres.

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Sobre la firma

Carlos Garfella
Es redactor de la delegación de Barcelona desde 2016. Cubre temas ambientales, con un especial interés en el Mediterráneo y los Pirineos. Es graduado en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares, Máster en Periodismo de EL PAÍS y actualmente cursa la carrera de Filosofía por la UNED. Ha colaborado para otros medios como IB3 y Ctxt.

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