Más de 3.000 catalanas están en espera para una fecundación in vitro
Las mujeres que aguardan un tratamiento de reproducción asistida crecen un 7,5% en un año
Los cambios en los modelos familiares y el retraso de la maternidad mantienen en auge las técnicas de reproducción asistida. La demanda de estas prestaciones, recogidas en la cartera de servicios, es cada vez mayor y la lista de espera en la red pública sigue al alza. A diciembre de 2016, 3.016 mujeres aguardaban para someterse a un tratamiento de fecundación in vitro, la técnica de reproducción asistida más común, que permite fecundar un óvulo con un espermatozoide —ya sean propios o de donantes— en el laboratorio.
La lista de espera ha crecido un 7,5% en un año: en diciembre de 2015, eran 2.801. Y la demanda, lejos de bajar, tiende a crecer. El pasado julio además, la Generalitat universalizó el acceso a las técnicas de reproducción asistida a todas las mujeres, sea cual sea su orientación sexual, su estado clínico (si son fértiles o no) o de su situación afectiva (solas con pareja). Antes se limitaba a heterosexuales, con pareja y problemas de fertilidad.
Con todo, lo que sí ha mejorado es el tiempo de espera medio, que ha pasado de 22 meses a 15,4. Según una respuesta parlamentaria del consejero de Salud, Toni Comín, hay una fuerte variabilidad en las demoras según el hospital de referencia. Así, aunque el tiempo de espera medio en Cataluña es de 15,4 meses, la demora en el Josep Trueta de Girona es de 6,49 meses, mientras que en la Fundación Puigvert es de 10 meses. Los tiempos de espera en el hospital Clínic alcanzan, de media, los 13 meses y en Vall d'Hebron, donde se registran los mayores retrasos, las mujeres que quieren someterse a una fecundación in vitro tardan unos 25 meses de media en ser atendidas.
“Esas esperas no son aceptables en términos clínicos porque cuanto más tiempo pierdan es peor”, señala el doctor Pedro N. Barri, director del centro Salud de la Mujer Dexeus. El médico dirige uno de los centros privados de reproducción asistida con más volumen de pacientes. Según los expertos, el sector privado acumula el grueso de la demanda en reproducción asistida (alrededor del 80%).
Según Barri, el perfil de las mujeres que recurren a técnicas de reproducción asistida ha cambiado en los últimos 20 años y cada vez se retrasa más la edad para ser madre. De ahí que el facultativo alerte sobre el riesgo de mantener a las pacientes mucho tiempo en lista de espera. “Una edad materna avanzada también aumenta el riesgo de que sufran complicaciones durante la gestación y el parto”, señala el médico, que aboga por desplegar una vía de colaboración público-privada para “facilitar la equidad de acceso”.
Más de la mitad de las mujeres que recurren a la fecundación in vitro superan los 40 años
Según un estudio realizado por Salud de la Mujer Dexeus a partir de su propio registro histórico de pacientes (desde 1995), el perfil de los solicitantes de reproducción asistida ha mutado. “Hace 20 años eran un hombre y una mujer de 30 años que tenían problemas de fertilidad. Hoy el modelo de familia ha cambiado y también hay familas monoparentales y homosexuales. Además, la edad de la mujer ha ido avanzando”, señala Barri. Según su estudio, extrapolable al conjunto de la población, la edad media de las pacientes ha pasado de 35 a 39 años desde 1995. Más de la mitad de ellas, de hecho, ya supera los 40 años.
A partir de esa edad, el riesgo de aborto aumenta (es del 40%) y también las anomalías cromosómicas (se registran en un 50% de los óvulos). Por ello, los médicos realizan cada vez más técnicas de diagnóstico genético para descartar mutaciones o malformaciones que puedan afectar al feto.
Otra característica del nuevo perfil de pacientes, y que está íntimamente vinculada al aumento en la edad de inicio del tratamiento, es la infertilidad. “Un elevado porcentaje padece una esterilidad por problemas asociados a su edad avanzada.”, sostiene Barri, que augura que los problemas de fertilidad seguirán incrementándose en los próximos años, y no solo por cuestiones sociales como el retraso en la edad de la maternidad, sino también por elementos ambientales, como la polución. Un 40% de los tratamientos de fecundación in vitro que se hacen requieren óvulos de una donante, mientras que hace 15 años, la ovodonación solo se realizaba en el 4% de los casos.
Para preservar la fertilidad, se ha disparado la demanda de una nueva técnica: la congelación de óvulos. En los últimos cinco años, la demanda se ha multiplicado por 10. “Es una técnica muy eficaz. Empezó ofreciéndose a pacientes jóvenes con tumores que tenían que someterse a quimioterapia y querían preservar la calidad de sus óvulos. Pero ahora se ha extendido a todas las mujeres”, señala Barri.
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