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El Govern anula el último gran concurso de Mas por fallos técnicos

Salud prepara una nueva licitación para gestionar las terapias respiratorias a domicilio después de detectar deficiencias en los pliegos anteriores

Jessica Mouzo
Una mujer se somete a una prueba pulmonar en el Hospital del Mar.
Una mujer se somete a una prueba pulmonar en el Hospital del Mar.JOAN SÁNCHEZ

Las controvertidas adjudicaciones de la sanidad catalana persiguen al último Gobierno de Artur Mas incluso un año después de que abandonase la Generalitat. El Ejecutivo de Mas, con Boi Ruiz a la cabeza del Departamento de Salud, se fue con las botas puestas. Con el gobierno ya en funciones, en noviembre de 2015, sacó a concurso las terapias respiratorias a domicilio por 450 millones de euros. Sin embargo, un año después, el nuevo Ejecutivo de Salud ha anulado el concurso tras detectar “deficiencias técnicas”, como el elevado peso de la oferta económica o la falta de una memoria económica que justifique el precio de la licitación.

Después de una tumultuosa adjudicación del transporte sanitario, que incluso llevó a la Fiscalía a abrir una investigación, y la congelación de las licitaciones para privatizar ambulatorios —se llegaron a adjudicar a empresas ajenas a la atención primaria—, el Gobierno de Artur Mas vuelve a estar bajo sospecha con el concurso de terapias respiratorias. La gestión del servicio, que suministra tratamientos a domicilio a unas 129.000 catalanes para mejorar su estado respiratorio, es uno de los grandes concursos públicos de la sanidad catalana.

El Gobierno de Artur Mas ya levantó suspicacias al licitar la gestión del servicio cuando estaba en funciones, a pocas semanas de abandonar la Generalitat. Las sospechas han quedado ahora patentes después de que el nuevo Gobierno de la Generalitat, con Toni Comín al frente de Salud, revisase los pliegos del concurso y encontrase “defectos técnicos” que hacían “inviable” la correcta gestión del servicio.

El director del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), David Elvira, explicó ayer que, para empezar, el departamento no disponía de un informe económico previo que justificase el coste potencial del servicio. El anterior Gobierno lo cifró en unos 450 millones de euros en 10 años, pero Elvira criticó ayer “la ausencia de un estudio que justifique el precio de la licitación con el coste real del servicio”.

450 millones en terapias respiratorias

129.000 personas  eran usuarias de las terapias respiratorias a domicilio en 2016.

450 millones durante los próximos 10 años era el coste del servicio según la licitación que Salud acaba de anular.

Los neumólogos prescriben este servicio alternativo a la hospitalización.

La oxigenoterapia y la ventilación mecánica son las terapias más comunes.

Además, el director del CatSalut destacó la falta de previsión de la actividad real que tendrá que asumir este servicio. La cifra de pacientes que requerirán terapias respiratorias a domicilio tiende al alza y el volumen de actividad prevista en los pliegos no contempla este incremento.En 2016 eran 129.000 los usuarios de este servicio, un 16% más que en 2015 y más del doble que en 2008. “Se trata de tratamientos para tratar deficiencias respiratorias. Por ejemplo, la oxigenoterapia para pacientes con enfermedad obstructiva crónica (EPOC) o fibrosis pulmonar, la ventilación mecánica, las nebulizaciones para fibrosis quística, o los aparatos de presión positiva de vías aéreas para tratar la apnea del sueño. El envejecimiento de la población y el cambio de hábitos, como la obesidad, que se vincula a la apnea, favorecen el aumento de usuarios de estas terapias”, explica Cristina Nadal, directora de Atención Sanitaria del CatSalut. Según Elvira, esta falta de previsión de aumento de actividad “hace inviable el concurso a dos años”, por lo que, de seguir adelante, tendrían que licitar otro concurso nuevo en 24 meses para cubrir la demanda.

Bajas temerarias del 67%

La licitación, que estaba dividida en 18 lotes, daba especial importancia a la oferta económica (41 puntos del total). La valoración técnica y de calidad suponía 49 puntos y el resto era para la valoración de los equipos. “Queremos que el peso de las condiciones técnicas y cualitativas sea mayor. Lo económico no puede suponer más de 30 puntos”, dijo Elvira.

Cuando el pasado julio los responsables del CatSalut abrieron los sobres de la oferta económica, se encontraron con rebajas de tarifas de hasta el 67% con respecto a los precios aplicados en el concurso anterior. Una reducción de la oferta superior al 10% de lo que marca la licitación se considera baja temeraria, es decir, ofertas anormalmente baratas que pueden afectar a la buena gestión del servicio y que las empresas han de justificar. “En ese momento se piden explicaciones técnicas porque se aplica automáticamente una baja temeraria, ya que supera el 10% y esto requiere una explicación de las empresas”, apuntó Elvira. La alerta por bajas temerarias de entre el 13% y el 67% permitió detectar “falta de consistencia entre las ofertas técnicas y económicas”.

Los responsables del CatSalut también encontraron una fuerte variabilidad territorial y diferencias de recursos entre zonas que, aseguró Elvira, han de ajustar. “El nuevo concurso servirá para adecuar mejor la planificación de la actividad contratada y la variabilidad territorial, garantizando la máxima equidad de acceso en este servicio”, apuntó.

Una vez desestimada la anterior licitación, el CatSalut presentará en tres meses los pliegos de un nuevo concurso, que ya se presentará adaptado a la normativa europea, un extremo que tampoco contemplaba la fallida licitación del Gobierno de Mas. Los pliegos se presentarán en el Diario Oficial de la Unión Europea para facilitar la libre concurrencia y, conforme a las órdenes comunitarias, la vigencia del contrato pasará de 10 a 6 años.

En cualquier caso, Elvira matizó que todo esto se trata de un proceso administrativo que no tendrá ningún tipo de afectación para los pacientes.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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