La T-2 del metro solo se hará con fondos del Gobierno, dicen Puig y Ribó

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La línea T-2 de Metrovalencia, que el anterior Ejecutivo valenciano dejó a medio hacer, no podrá concluirse sin que el Gobierno aporte fondos para hacerlo. Lo han advertido este martes el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el alcalde de Valencia, Joan Ribó, que han mantenido una reunión en el Ayuntamiento.

En ella han acordado aumentar el sistema de medición de la contaminación en Valencia, en concreto en el centro de la ciudad, de donde el anterior equipo municipal alejó los sensores de polución.

Puig ha recordado que en las obras de la línea T-2 se invirtieron 200 millones de euros, y ha estimado que serían necesarios 130 millones más para terminar la primera fase de la línea, que tendría estaciones en lugares como el Mercado Central y la avenida del Reino de Valencia.

"La T-2 fue un enorme despropósito de planificación, uno de los mayores desastres de gestión que hizo el PP, que agujereó media ciudad sin saber cómo iba a financiar la conclusión de las obras. Ahora necesitamos el apoyo del Estado para que esos 200 millones no vayan a la basura", ha dicho Puig, que ha recordado la precaria situación de la Hacienda de la Generalitat, afectada por el déficit de financiación autonómica.

Ribó ha emplazado al Gobierno a incluir una partida para la T-2 en los presupuestos de 2017, y ha señalado que el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy apoya el metro en Sevilla y Málaga. El alcalde y el presidente de la Generalitat han anunciado que solicitarán una reunión conjunta con el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, para tratar la cuestión.

El portavoz municipal de Ciudadanos, Fernando Giner, ha reclamado a la Generalitat y al Ayuntamiento que asuman "su responsabilidad" de terminar la línea de metro y "dejen de echar balones fuera".

La T-2 no es la única reclamación conjunta al Gobierno formulada por Puig y Ribó. Ambos han recordado que ya se ha creado la Entidad Metropolitana de Transporte. Y por ello, en su opinión, el Gobierno no puede dejar de acordar un contrato programa para financiar la red pública de transporte, como hace en otras ciudades españolas, ya que la falta de esta agencia era la justificación que ha venido ofreciendo para denegar su apoyo económico.

Puig y Ribó han acordado igualmente desarrollar la ley de capitalidad de Valencia, que se recogía en una disposición transitoria de 2010 aprobada por el PP, la cual daba el plazo máximo de un año para que la norma fuera una realidad, pero no llegó a desarrollarse.

En la ley, de la que Ribó ha dicho que de momento solo dispone de un "preborrador", deberían incluirse según el alcalde "elementos patrimoniales, la lengua y la cultura, competencias en derechos participativos y sociales y recursos para desarrollarlas".