Los nuevos proyectos para Madrid tendrán que esperar a las cuentas
Mientra el Ejecutivo regional dice que aprobará el presupuesto en el primer trimestre, a Ahora Madrid le toca recuperar el apoyo del PSOE en el Ayuntamiento
Ya ha comenzado el año 2017 en el calendario, pero en Madrid, al menos en lo que se refiere a nuevos proyectos públicos, tendrá que esperar. La Comunidad y el Ayuntamiento de la capital han prorrogado su presupuesto, de tal manera que, aunque todos los servicios están garantizados, las iniciativas que no estuvieran contempladas en las cuentas de 2016 no se podrán hacer realidad, como el abono social de transportes acordado en la Asamblea o las nuevas inversiones escolares en la ciudad. El Ejecutivo regional dice que aprobará el presupuesto en el primer trimestre, pero el actual escenario de mayorías ajustadas puede obligarle a buscar nuevos acuerdos, del mismo modo que Ahora Madrid deberá recuperar el apoyo del PSOE.
Las prórrogas presupuestarias son un mecanismo habitual y perfectamente tasado que permite a las administraciones seguir adelante sin problemas con la gestión de sus servicios, garantizar el pago de los gastos corrientes, las nóminas de los empleados públicos y los gastos financieros. Además, permiten aprobar modificaciones puntuales, como el incremento salarial para los funcionarios o partidas excepcionales (como la de las celebraciones del Orgullo Gay, en el caso del Ayuntamiento).
Sin embargo, mantener los mismos “créditos iniciales” del ejercicio anterior limita casi por completo la capacidad de destinar fondos a nuevos proyectos o inversiones. En el caso de la Comunidad de Madrid, se quedarían en el limbo a la espera de presupuestos el plan de pobreza energética, el abono social de transporte para que las personas con pocos recursos puedan desplazarse por la región o nuevas medidas de la Estrategia de Madrid para el Empleo.
En el Ayuntamiento, algunos ejemplos son los aumentos de inversión acordados para los centros de enseñanza (un 14% más) y el reequilibrio territorial (con unos 400.000 euros más) o las nuevas partidas para viviendas sociales o cooperación internacional.
Pero lo cierto es que, más allá de las iniciativas concretas que se quedan en el aire, el bloqueo presupuestario resulta llamativa porque se produce al mismo tiempo en las dos grandes administraciones de la región y porque es la imagen más clara del nuevo escenario político de mayorías inestables que penden de apoyos tan ajustados como cambiantes.
La situación en el Ayuntamiento de Madrid tiene una explicación muy clara: el PSOE, cuyo voto favorable convirtió a Manuela Carmena (Ahora Madrid) en alcaldesa de la capital en junio de 2015, no ha apoyado esta vez los presupuestos presentados por el equipo de gobierno municipal. En los últimos meses se ha ido poco a poco haciendo más difícil para ambos cerrar acuerdos sobre los presupuestos de 2017. Hasta que, en la última semana de diciembre, a pocos días del cierre del plazo legal, la portavoz socialista, Purificación Causapié, declaró interrumpidas las negociaciones y obligó a Carmena a prorrogar las cuentas, algo inédito en el Consistorio.
En la Comunidad de Madrid, sin embargo, hay más de una interpretación de las causas del retraso. El Ejecutivo dirigido por Cristina Cifuentes (PP) asegura que el retraso en la formación de Gobierno central ha demorado también la publicación de los objetivos de déficit y el límite de gasto que han de guiar la redacción de los presupuestos autonómicos. Sin embargo, la oposición asegura que hay, además, estrategia política detrás de la prórroga, pues en otras autonomías (incluyendo la Región de Murcia, también gobernada por el PP) tienen ya aprobadas las cuentas de 2017.
Empate técnico
Y lo cierto es que si se votara ahora mismo el presupuesto de la Comunidad, el PP tendría un problema de apoyos, pues con la baja médica de su diputada Elena González-Moñux (en pleno conflicto con el grupo tras denunciar por acoso a su portavoz), a los populares no les bastaría el apoyo de Ciudadanos, socio de investidura de Cifuentes. Así, mientras no se resuelva es situación, necesitarían para pasar los propuestos el respaldo de PSOE o Podemos (que suman 64 diputados, exactamente los mismos que Ciudadanos y el PP sin González-Moñux).
Así, pese a que la presidenta Cifuentes aseguró la semana pasada que espera que la prórroga de presupuestos sea una situación muy fugaz y que los nuevos estén listos en el primer trimestre del año, lo cierto es que antes deberá resolver esa situación. Del mismo modo que Carmena deberá volver a ganarse la confianza del grupo municipal socialista.
El PSOE ha acusado al gobierno de Ahora Madrid de promover políticas equivocadas en empleo, cultura y urbanismo y también ha calificado de “decepcionante” el nivel de ejecución de las inversiones y de los proyectos pactados para este año. Además, exigen fijar un calendario de gasto. Las negociaciones se reanudarán oficialmente el día 9 de enero. A partir de este momento, los tiempos técnicos para lograr un acuerdo serán aproximadamente dos meses.
Tanto los socialistas como los representantes de Ahora Madrid se muestran abiertos al diálogo; su intención es lograr un acuerdo, aunque ambos reiteran que no retrocederán en los puntos fundamentales de su proyecto político.
La cuestión cambiante del voto telemático
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, anunció el pasado viernes, tras el último Consejo de Gobierno ordinario de 2016, que el PP propondrá a la Junta de Portavoces de la Asamblea aprobar la posibilidad de que los diputados voten de forma telemática, y hacerlo sin cambiar para ello el reglamento de la cámara. Preguntada por los periodistas, Cifuentes negó que esta iniciativa tuviera nada que ver con la baja médica de la popular Elena González-Moñux, sin la cual el grupo en el Gobierno pierde la mayoría que suman si votan juntos sus diputados y los de Ciudadanos. Cifuentes insistió en que sobre el voto telemático, que practica con normalidad en Congreso y el Senado, se lleva hablando mucho tiempo en la Asamblea y tiene más que ver con situaciones que se han producido, como la de una diputada que tuvo que ir a votar “recién operada” o la de un parlamentario que “no pudo acudir al entierro de su hermano”.
Sin embargo, esta argumentación contrasta con la posición que tuvo el grupo municipal del PP hace solo unas semanas, cuando se aprobó en el Ayuntamiento que los concejales puedan votar de forma telemática. El popular Percival Manglano lo rechazó por su “manifiesta ilegalidad” y por tratarse de “un parche con motivos de connivencia política”, dijo en referencia a que la baja de una concejal rompía la mayoría de Ahora Madrid y PSOE si no se le permitía votar a distancia.
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