El Gobierno catalán y la CUP alcanzan un preacuerdo para los Presupuestos

El Gobierno de Carles Puigdemont enviará en breve el borrador del anteproyecto la Ley de Medidas Fiscales y Financieras que acompañarán a los Presupuestos de 2017 al Consejo de Trabajo, Económico y Social de Catalunya, paso preceptivo antes de su aprobación y envío al Parlament. El documento incluye algunas de las medidas fiscales que en los últimos meses el Ejecutivo ha pactado con la CUP para sacar adelante las Cuentas del próximo año. Los anticapitalistas se negaron este miércoles a hablar de acuerdo definitivo al no estar ratificado por sus bases. Sí admitieron, no obstante, que existen “puntos de encuentro”. Fuentes de la Generalitat aseguraron que el documento se halla “en un estadio superior de la negociación”.

Tanto fuentes próximas al Gobierno catalán como de la CUP descartaron que la propuesta que se eleva primero al consejo técnico y posteriormente al CTESC pueda ser la última versión de la Ley de Acompañamiento, la norma en la que ambas partes trabajan para armar nuevos mecanismos fiscales a implantar el próximo año. En la mesa de negociación se ha abordado cómo gravar más las grandes fortunas mediante un impuesto sobre las propiedades de lujo o bien modificando el impuesto de Patrimonio, lo cual permitiría contentar a la formación anticapitalista. Además, se ha trabajado en la creación de nuevos tributos sobre las bebidas azucaradas o la contaminación que generan las nucleares o los centros comerciales, por ejemplo.

Según fuentes de las negociaciones, varias de estas propuestas estarán en el documento que Economía quiere remitir al Parlament la última semana de este mes. Sin embargo, ninguna de las partes quiso concretar las medidas que se incluirán en el texto.

El apretado calendario para aprobar los Presupuestos --el Govern empezará 2017 con otra prórroga presupuestaria-- es el que hace pensar a la CUP el hecho de que se haya remitido al CTESC para que pueda elaborar un informe que es preceptivo, pero que el Ejecutivo no tiene por qué acatar. Los anticapitalistas consideran que el acuerdo definitivo sobre fiscalidad se cerrará en dos o tres semanas por la premura del calendario. Ayer la formación decidió convocar para el sábado en Artès (Bages) una reunión de su consejo político para valorar los puntos de acuerdo alcanzado hasta ahora y los puntos que separa al Gobierno y a la formación.

De momento, y desde hace un par de meses, la CUP reúne a cada semana a sus asambleas para trasladarles cuáles son los avances de las negociaciones presupuestarias con la Generalitat. Pretenden abonar así el terreno para que, en el caso de que el Gobierno les presente un acuerdo últimátum como denuncian que sucedió en junio, puedan haber trabajado el documento y ser más rápidos en la respuesta. Evitan que todas las presiones de las negociaciones vuelvan a recaer sobre ellos, como sucedió en verano cuando vetaron los Presupuestos de este año.

Desencallar el marco fiscal no asegura la aprobación de los Presupuestos de 2017 pero sí la facilita. Sobre todo evita que se vuelva a repetir el bloqueo de los Presupuestos en el debate sobre las enmiendas a la totalidad, el mismo que obligó a Puigdemont a convocar la cuestión de confianza.

Conferencia de presidentes

Los Presupuestos del próximo año contarán con un aumento de los ingresos del sistema de financiación, aunque el incremento será más moderado que el del año pasado. La próxima Conferencia de Presidentes autonómicas debe abordar, de hecho, la reforma del modelo actual. Sin embargo, el presidente Carles Puigdemont no tiene intención de acudir a esa cita. El presidente catalán reiteró ayer esa negativa y reivindicó que el Estado asuma una relación de “bilateralidad” con el Ejecutivo catalán. Tras denunciar la judicialización del proceso político catalán, Puigdemont volvió a asegurar que “la mejor manera de mantenernos fieles al compromiso de la gente y al encargo del Parlament” es convocar el referéndum de independencia.