¿Qué es lo peor de Madrid, Barcelona y París? ¿Y lo mejor?
Tráfico y suciedad frente a espacios verdes y culturales: defectos y virtudes de las tres ciudades
Las alcaldesas de Barcelona y París, Ada Colau y Anne Hidalgo, suscribieron el viernes un acuerdo entre ambas capitales para que los Estados y las instituciones europeas se alíen con las ciudades en la búsqueda de soluciones a los problemas globales. Barcelona y París, ciudad invitada a la fiesta de la Mercè, comparten con una tercera gran urbe, Madrid, retos vinculados a la población, el tráfico y la contaminación. Tiempo después de la investidura de sus alcaldesas, ¿cómo valoran sus habitantes la situación de las tres grandes ciudades y su gestión?
Anne Hidalgo, nacida Ana en San Fernando (Cádiz) en 1959, llegó primero. El 5 de abril de 2014 fue investida alcaldesa de París, la primera de la historia. Seis días antes las listas de la izquierda habían ganado la segunda ronda de las elecciones municipales, a las que habían concurrido con el eslogan "el París que se atreve", aunque la socialista había perdido en su propio distrito, el decimoquinto.
Ada Colau compartió el mismo logro que la parisina un año después. Desde junio de 2015 ostenta la alcaldía de Barcelona. Manuela Carmena, en cambio, es la segunda mujer en su puesto, tras Ana Botella, investida después de la dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón como alcalde de Madrid a finales de 2011.
En términos generales, las tres mantienen el apoyo mayoritario de los ciudadanos según las encuestas. Así le ocurre a la alcaldesa catalana, aupada por la coalición Barcelona en Comú, a juzgar por los resultados del barómetro municipal (un sondeo del Ayuntamiento de Barcelona) del pasado mayo. Colau obtuvo un 65% de aprobados entre la población y un 5,4 de nota, una décima menos que dos políticos de la oposición, Xavier Trias (candidato en 2015 por CiU) y Alfred Bosch (ERC). El 52% de los barceloneses consideró "buena" o "muy buena" la gestión municipal.
Colau y su formación se mantuvieron como la primera fuerza política en intención de voto, con un 17,9%, subiendo casi tres puntos con respecto a las elecciones. Una cuarta parte de los barceloneses, según el sondeo, apuntó al paro y las condiciones de trabajo como el problema más grave de la ciudad, seguido, pero ya por debajo del 7% de respuestas, de la pobreza, la gestión política municipal, el turismo, la inseguridad y el tráfico.
Manuela Carmena gobierna con el apoyo de 19 concejales que llegaron al Consistorio madrileño desde el activismo social y partidos de izquierdas. En una encuesta del pasado junio encargada por el grupo político que aupó su candidatura, Ahora Madrid, un año después de la llegada al poder, la alcaldesa obtenía un 5,9 de nota. La calificación subía a 8,2 entre sus votantes y un 7,3 entre los socialistas, que apoyaron su nombramiento como alcaldesa.
La mayoría de encuestados, algo más de mil, veían a Carmena como una persona cercana a la ciudadanía, que trabaja duro por la ciudad y que conoce sus problemas. Los aspectos de entre los preguntados que menos respaldo obtuvieron fueron el impulso de la economía o el empleo o la capacidad para acabar con el despilfarro. De los resultados del sondeo se colegía que la ciudad premiaba con un 5,3 la capacidad de escuchar de la exjueza en su gestión de la ciudad y también su ética, pero la suspendían con un 4,7 en comunicación y organización.
A los dos años de su llegada al Hôtel de Ville de París, Anne Hidalgo logró un 52% de satisfacción entre los parisinos, apenas un punto porcentual menos que un año antes, aunque con una brecha bien clara entre los votantes de izquierda (satisfechos en un 72%) y los de derecha (en un 70% descontentos). Los jóvenes la apoyan más; los mayores y los comerciantes, en especial, la rechazan. La suciedad es uno de los aspectos que más repudian de su gestión: en París solo un 39% estaba contento con la limpieza de las calles, y había sido un 45% un año antes.
La contaminación es el primer problema en común que más insatisfacción genera entre los ciudadanos de las tres ciudades, según el Eurobarómetro que en febrero midió la calidad de vida en las grandes urbes europeas y usó el mismo cuestionario para todas las ciudades encuestadas.
Un 73% de los parisinos y un 66% de los barceloneses y madrileños se muestran insatisfechos con la calidad del aire de sus ciudades. Tan solo otro aspecto, la dificultad por encontrar casa a precio razonable, y solo en París (95%), supera en grado de insatisfacción a los problemas de contaminación. Las carencias de limpieza de las calles son queja habitual de madrileños y parisinos, seguidos por los del ruido en Barcelona.
En el lado positivo, los parisinos valoran en primer lugar la calidad de las instalaciones culturales y los espacios verdes de su ciudad, y también el transporte público. Para los barceloneses, su primer motivo de satisfacción es poder sentirse seguros en las calles, el transporte público y las instalaciones culturales. Los madrileños, con menos entusiasmo, valoran la seguridad de la ciudad, el transporte público y los espacios verdes. En la siguiente tabla se pueden consultar los aspectos que generan más satisfacción y más insatisfacción en los ciudadanos. Las flechas señalan si el porcentaje mostrado es superior o inferior (o igual, en el caso en que se muestra el signo '=') al de una encuesta idéntica realizada un año antes.
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