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El Trueta extirpa de forma pionera una laringe por la boca

La operación, menos invasiva que la tradicional laringectomía, sólo se había realizado en tres ocasiones en dos hospitales de Madrid.

Un momento de la intervención, el 3 de febrero.
Un momento de la intervención, el 3 de febrero. Hospital Josep Trueta

A Flora, una vecina de Lloret de Mar de 59 años, le ha cambiado la vida. Después de un año y medio alimentándose a través de una sonda, volverá a comer con normalidad en los próximos días. La mujer se sometió hace unos días en el hospital Josep Trueta de Girona a una extirpación de laringe por vía bucal, una operación pionera en Cataluña y que sólo se ha realizado tres veces más en el mundo (en concreto, en los hospitales madrileños de Coslada y Móstoles). La intervención, menos invasiva que la laringectomía usual, ha facilitado la recuperación de la paciente que, en pocos meses y tras una nueva operación, también podrá volver a hablar.

La mujer había sufrido un cáncer años atrás y el tratamiento de radioterapia le dejó la laringe anquilosada y sin funcionalidad. La familia pensaba que nunca más podría volver a comer por la boca. “Estamos muy contentos porque ya habíamos perdido la esperanza de que volviese a comer nunca más”, recuerda su marido, Inocente Muñoz.

Sin embargo, un equipo de médicos del Trueta ha obrado el milagro a través de un innovador abordaje asistido por tecnología 3D y con la ayuda de unos bisturís de última generación. La extirpación de la laringe se hizo el pasado 3 de febrero con una cirugía ultrasónica vehiculada por un control endoscópico en 3D y bisturís específicos que minimizan el sangrado de la paciente. Con esta técnica, además de evitar la cirugía abierta y facilitar la cicatrización, los médicos cerraron la herida con un procedimiento innovador —un utensilio en forma de grapa— que sustituye la suturación clásica.

La aplicación de esta técnica, aseguran los expertos, permitirá recortar el tiempo de recuperación de la paciente, tanto para hablar, como para deglutir y respirar con normalidad. Con este procedimiento no se toca el esófago ni sus tejidos próximos, algo difícil de conseguir cuando se realiza la laringectomía tradicional por cirugía abierta. Además, uno de los facultativos que intervinieron en la operación, Marc Tobed, asegura que, gracias a esta técnica, “la paciente no tendrá ninguna cicatriz externa”.

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