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Padres por el bilingüismo: “El 25% de castellano en las aulas aún es poco”

Los críticos de la inmersión lingüística catalana consideran insuficiente la proporción de enseñanza de las lenguas dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña

Camilo S. Baquero

Cinco aulas del colegio concertado El Pinar de Nuestra Señora, en Sant Cugat del Vallès (Barelona), imparten matemáticas en castellano desde el pasado martes. El centro cumple así con una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que dio la razón a los padres de 15 niños que solicitaron la educación bilingüe. Detrás del alegato judicial está la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), una asociación con presencia en 14 municipios catalanes. “El 25% de castellano en la escuela es aún muy poco. Es lo mínimo pero no lo óptimo”, sostiene Ana Losada, portavoz de la asamblea.

La AEB nació en Sant Cugat, una de las poblaciones más acomodadas de Cataluña y tradicional feudo de CiU. Su primer encuentro oficial fue en junio de 2013 y reunió a unos 200 padres de familia. En ese grupo original está José Domingo, ex diputado en el Parlament por Ciudadanos. El núcleo duro está compuesto por 12 personas. “Somos un grupo de padres de diferentes tendencias ideológicas”, aclara la portavoz, de 45 años y técnica de Comercio Exterior.

Una de las sesiones informativas de la Asamblea por una Escuela Bilingüe
Una de las sesiones informativas de la Asamblea por una Escuela BilingüeAEB

La asociación establece que su fin último es un trato similar para el castellano y el catalán en la escuela. “Yo tampoco quiero que al catalán le den el trato de lengua minoritaria. También es mi lengua y no quiero que la traten así”, asegura Losada. La Asamblea califica de “mantra” la idea de que el modelo de inmersión, que funciona hace 30 años y genera un gran consenso en Cataluña, busque la cohesión social trascendiendo lo lingüístico. “¿Quién dice que eso se logra porque todos hablemos la misma lengua? Es una cuestión de compensar la diferencia de oportunidades. ¿Estados Unidos le parece a alguien un país descohesionado? Tiene sus diferencias sociales, pero no porque unos hablen castellano y otros inglés, sino por la desigualdad en el sistema educativo”, argumenta la portavoz, catalana, de padres gallegos.

“El principal muro que hay que saltar es el del miedo”, explica Losada, que pertenece a la asamblea de L’Hospitalet de Llobregat y que también se encarga de resolver las dudas de los padres a través de la web de la Asamblea y una línea telefónica. Ella misma está a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC)  le dé la razón para que su hija reciba la educación bilingüe. Ella no tuvo que pagar las tasas judiciales, cuenta, pero los padres de Nuestra Señora del Pinar, por ejemplo, tuvieron que pagar 400 euros por la demanda.

“El principal muro que hay que saltar es el del miedo”

Además de Losada hay otras cuatro familias asesoradas por la AEB a la espera de un fallo judicial (una en Barcelona, dos en Tarragona y una en Lleida). La Asamblea, que según la portavoz vive de las donaciones que se recogen en web, tiene un letrado que asesora a las familias interesadas en tirar adelante la demanda. Muchas se quedan por el camino. Es por eso que cuelgan los formularios para que los padres los utilicen de manera anónima y, si quieren, pidan asesoría después

“Recomendamos la vía judicial, eso garantiza que la sentencia llega, siempre nos dan la razón y tiene efectos para toda la vida escolar del menor en ese centro educativo”, dice Losada. Pero también explican el método para acceder a la ayuda económica para pagar un colegio privado con educación bilingüe si no hay oferta pública, establecida por la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). “Es una ley que puede derogar cualquier gobierno que entre o si el actual pacta con otro por lo que sea”, alerta la portavoz.

De hecho, la AEB apoyó en una de las primeras peticiones de la ayuda de la LOMCE, realizada en Tona (Barcelona) por Francisco Ribas, líder del PP en ese municipio. Losada dice que él ya tiene asignada la bonificación y que está a la espera de que el Ministerio de Educación le consigue el dinero. “Hubo un malentendido en su petición, porque el colegio que solicitó no tenía en su proyecto educativo el bilingüismo. Pero con una carta del director explicando que la mitad de las clases era en castellano se desencalló el expediente”, explica. Estos casos, (368 peticiones según Educación, 60 de acuerdo con la Generalitat), tienen menos seguimiento por parte de la Asamblea puesto que no necesitan de un letrado.

La Asamblea a veces trabaja en red con otras entidades que defienden el bilingüismo. El última vez, la semana pasada, cuando una sentencia similar a la del colegio de Sant Cugat llegó a la Escola Pía Santa Anna de Mataró. La familia había sido asesorada por Convivencia Cívica (CC). La comunidad educativa realizó una manifestación a favor del modelo de inmersión frente a la escuela, en la que participaron algunos padres y profesores del centro concertado, pero también políticos del municipio. Hubo gritos pidiendo desacato a la sentencia y también la independencia.

Losada dice que las pruebas PISA de castellano son más fáciles en Cataluña que en resto del Estado

Tanto la Asamblea como CC creen que hubo “acoso” a la familia en cuestión, si bien no se les mencionó. No se ha presentado ninguna denuncia. “El centro no hizo lo suficiente para mantener la intimidad de los menores y su forma de actuar aumentó la confrontación que de por sí ya se iba a generar”, sostiene Losada, que también afea que el director “permitiera que se usara el nombre del colegio en los carteles”. La AEB también ha llevado ante el Defensor del Pueblo Catalán  (Síndic de Greuges) y al del Estado sendas reclamaciones sobre la “utilización ideológica” de las escuelas en Cataluña. De hecho, también solicitó al Gobierno que se le retire la competencia en educación a la Generalitat.

Losada sabe que seguramente pronto tendrá que pasar por la misma situación que en Mataró. Por eso apela a que más padres pierdan el miedo y el efecto bumerán les haga de red de apoyo. “¿Por qué no hay científicos en Cataluña estudiando cómo nuestros hijos, con tres horas de castellano a la semana en la escuela, lo hablan como uno de Segovia que recibe 19? ¡Es que es como si fuéramos una raza superior!, ironiza. Y atribuye el buen nivel que muestran los alumnos catalanes en pruebas como Pisa a que los exámenes en castellano “son más fáciles”. Para ello cita artículos como los de la lingüista Sonia Sierra. Otro de los mantras, dice, es creer que ante el hecho de no tener otro sitio en el mundo donde se hable el catalán de manera extendida, el modelo de inmersión busque asegurar el manejo de ambas lenguas de manera correcta. “¿En la Cataluña central, donde el entorno es más catalanoparlante, no se debería educar más en castellano para asegurar la igualdad?”, se pregunta.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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