Girona reivindica a Enric Marquès
Una gran exposición reúne en la Casa Pastors un centenar de obras del polifacético artista y luchador antifranquista a fin de divulgar su memoria
Una exposición retrospectiva de toda la obra de Enric Marquès i Ribalta (Santa Eugènia de Ter, 1931-Girona, 1994) permite recordar y dar a conocer a las nuevas generaciones las creaciones de este polifacético artista y activista antifranquista gerundense. Enric marquès: La Colección del Artista (1948-1989)reúne en total un centenar de obras entre pintura, dibujo y grabado que se exponen desde el miércoles pasado hasta el 13 de septiembre en la Casa Pastors, el edificio que acogió hasta hace dos años la sede de la Audiencia Provincial de Girona.
Pintor, dibujante, cartelista, grafista, escritor y periodista. Todas estas facetas formaban parte de un todo en la figura del Enric Marquès artista. Su vida estuvo marcada desde los inicios. A los cuatro años quedó huérfano de padre y a los nueve los franquistas fusilaron a su tío, Francesc Ribalta. Ya de mayor, trabajaba en un banco de ocho a tres y pintaba por las tardes. Aunque tomó clases de pintura, su formación fue sobre todo autodidacta.
Tras unos años de incertidumbre, el pasado enero la viuda del artista, Anny Henry Marquès y el Ayuntamiento de Girona llegaron a un acuerdo para depositar el legado del pintor en el Museo de Historia de la Ciudad. Se trata de la cesión por un periodo de 4 años prorrogables a cambio de inventariar, catalogar y restaurar los cuadros que se han degradado con el paso del tiempo y de una contraprestación de mil euros al mes. En total quedan en depósito más de 800 pinturas, dibujos, litografías, acuarelas y grabados de uno los artistas con más talento y originalidad de la segunda mitad del siglo XX. En la consecución de este acuerdo intervino de manera decisiva el ex alcalde de Girona Joaquim Nadal, quien describió a Enric Marqués como “rebelde y doctrinario, obrero en el sentido más amplio de la acepción, encontró siempre un momento para el debate apasionado, para la discusión, para el diálogo, para la reflexión sobre los cambios vertiginosos que nos caen encima”. Este acuerdo también prevé un apartado de colaboración con el Ayuntamiento de Llagostera, donde todavía vive su viuda, y donde se quedará toda la obra referente a esta localidad para que también pueda exhibirse.
La muestra que se inauguró el miércoles reúne la obra de toda su carrera que conservó en su casa y que finalmente su viuda ha cedido al Consistorio gerundense. El recorrido por la exposición, con obras que van desde su inicio como pintor, en 1948, hasta las que presentó en su última exposición, en 1989, es, según el comisario de la muestra e historiador del arte, Jordi Falgàs, “un feliz reencuentro para los muchos gerundenses que lo conocieron y lo recuerdan con cariño, y un descubrimiento para aquellas personas que no han podido ver expuesta la obra de este artista, desde que murió”.
La figura humana y el paisaje del Gironès son sus dos grandes ejes temáticos
Las primeras salas de la muestra presentan una amplia recopilación de su obra de finales de la década de 1940 y de la de 1950, con un lenguaje visual que evoluciona desde el postimpresionismo y el fauvismo hacia el expresionismo. Coincide este momento de obras de pequeño formato, con la decisión de Marquès de abandonar su trabajo en el banco para dedicarse al arte e instalar su residencia en París, exiliándose así voluntariamente para evitar el ambiente opresivo que se respira en España. Permanece allí de 1956 a 1974 con viajes anuales o bianuales a Girona que le convierten en trasmisor de ideas y corrientes.
La figura humana y sobre todo el paisaje de Girona y en general del Gironès, son los dos grandes ejes temáticos de su producción. La exposición muestra como a lo largo de la década de 1960 su compromiso con el marxismo y la lucha antifranquista le llevaron a transformar su lenguaje para tratar temas de denuncia política y social. Fue en ese momento cuando produjo muchos grabados, sobre todo xilografías, con imágenes irónicas y punzantes sobre la guerra y el hambre, emparentadas a partes iguales con el grabado expresionista europeo y el Pop Art americano. En 1968 participó activamente en el mayo francés y en las protestas contra la guerra de Vietnam. Algunas de las obras que se podrán ver son por ejemplo Paolo Uccello (1968), cuadro inspirado en la obra de este pintor renacentista o La muerte de Che Guevara (1968), basada en la foto en la que aparece el cadáver del Che rodeado de militares que señalan su herida mortal.
El último apartado de la exposición presenta sus obras de las décadas de 1970 y 1980, cuando combinó series críticas con el capitalismo y el mundo de la comercialización del deporte, como Los atletas del consumo, con pinturas de paisajes del Gironès, por los que siempre sintió una fuerte atracción. En cada una de las etapas están expuestos autoretratos. “He puesto énfasis en que aparezcan sus autoretratos en las diferentes épocas porqué él mismo se auto-retrata en los diferentes estilos de su pintura y es una clara muestra de su evolución”, mantiene el comisario de la exposición.
Las obras de este apartado quizás "son peores técnicamente, menos conocidas y menos agradables, pero es una parte de su obra que vale la pena volverla a mirar. Tiene una mirada crítica y de reflexión sobre el mundo capitalista que hizo que fuera un visionario", asegura Falgàs.
Con la muerte de Franco en 1975 vuelve a las comarcas gerudenses y se instala inicialmente en Llagostera (Gironès). Pasa un tiempo en Girona y las últimas dos décadas de su vida se instala en una casa que hereda en Llagostera. A su regreso, fue dejando de lado la pintura para dedicarse al grafismo. Formó parte del equipo fundacional del periódico El Punt de Girona. Trabajó en la Diputación de Girona como de diseñador gráfico y en la Revista de Girona y fue uno de los impulsores de la Assemblea Democràtica d'Artistes de Girona. Falleció a los 63 años de un infarto a la salida de una reunión de trabajo.
En 1996 el Museo de Historia de la Ciutat de Girona le dedicó una exposición antológica y se llevó a cabo un inventario de su obra plástica en la que se registraron 1.163 obras pictóricas, 651 dibujos, apuntes y esbozos. Además se localizaron 243 obras que en manos de particulares. En aquellos momentos la obra conocida de Marqués superaba los 2.000 registros. Casi dos décadas después Con La Colección del Artista (1948-1989) sus organizadores, el Ayuntamiento de Girona en colaboración con el de Llagostera, pretenden que este artista, desconocido fuera de tierras gerundenses, reciba el reconocimiento que se merece.
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