Un excargo de la Xunta imputado admite que trabajó para Crespo

Odilo Martiñá Rodríguez, tras más de una docena de años alto cargo de la Xunta en formación, colocación y empleo, quiso desligar su dimisión por sorpresa hace seis meses de su implicación en la Operación Zeta, el abultado sumario por un supuesto fraude de subvenciones públicas para el fomento del trabajo. Pero pronto se supo que su destitución fue en vísperas de su convocatoria ante la policía, en la que se negó a declarar. Y ayer, ya ante la juez de instrucción número 6 de A Coruña y formalmente imputado por cohecho y tráfico de influencias, acabó por reconocer que fue asesor en nómina del empresario coruñés Gerardo Crespo, uno de los principales pilares de esta trama de corrupción. Tres de los cinco ex altos cargos de la Xunta que tuvieron que dimitir por su implicación en ese caso comparecieron ayer ante la magistrada al mando de la investigación.

A Martiñá, los agentes de Aduanas que llevan las indagaciones le atribuyen pagos por un importe de 18.000 euros, según la documentación intervenida en los sucesivos registros llevados a cabo en las empresas y el domicilio de Crespo. Martiñá, ante la juez, reconoció haber sido retribuido, con pagos constantes y habituales, por asesorar al empresario coruñés, también conocido por su activa militancia en el PP y su proximidad y excelentes relaciones —hasta destaparse la Zeta— con las cúpulas en Santiago y Madrid del partido de Alberto Núñez Feijóo y Mariano Rajoy. Pero el exalto cargo sostuvo en su defensa que dejó de cobrar de Crespo en cuanto fue “incompatible con el cargo de director general” de Traballo, en la consellería que dirige la también coruñesa Beatriz Mato. Antes de ese cargo, Martiñá ejerció otros puestos en ese mismo departamento.

El exalto cargo también se defendió en su declaración ante la juez de presuntas irregularidades en los cursos de formación que impartía Crespo con ayudas de la consellería. Cestas de navidad y décimos de lotería fueron los únicos “regalos de poca cuantía” que reconoció haber recibido otro exalto cargo de Traballo imputado en este caso, el exjefe de servicio de Gestión Administrativa de Formación para el Empleo Joaquín Vila Sampayo. Reconoció los obsequios pero se defendió asegurando que repartía las cestas con los demás funcionarios de su servicio. En la contabilidad de la 'caja B' de éste último, aparecen consignada la entrega a Vila de hasta 8.000 euros. Ante la juez, también declaró ayer como imputado otro exjefe de Traballo, Luis Alberto Álvarez Freijido, quien dimitió como director del área de Servicios Sociales de la Diputación coruñesa, un cargo a dedo que le dio el presidente del organismo y dirigente del PP, Diego Calvo.