Estrella Galicia bate sus propios records en ventas y producción

Estrella Galicia batió todos sus récords el pasado año. La centenaria compañía Hijos de Rivera nunca había producido tanta cerveza (173,4 millones de litros), ni facturado tanto (279,9 millones de euros, un 22% más), ni tampoco había invertido una cifra tan elevada (110 millones en tres años), lo que le permitió ampliar su emblemática fábrica de A Coruña donde espera, de aquí a 2017, disparar la producción hasta los 200 millones de litros de cerveza y duplicar las ventas. Su beneficio bruto alcanzó casi 79 millones de euros, un 20% más en dos años. Otra cifra especialmente importante y también inédita en su historia: haber incrementado su plantilla en cien personas en un año. La cervecera gallega, con un total de 877 empleados (el 90% con contrato indefinido), prevé seguir aumentando su personal, un 8% este año. Su meta es tener en nómina en poco tiempo un millar de trabajadores.

Con un balance así, no es de extrañar lo mucho que repite la palabra “fantástico” el consejero delegado del grupo, Ignacio Rivera, al presentar esta mañana a los medios de comunicación las cifras de 2014 del conjunto de la empresa, sin contar sus cinco filiales en el extranjero. Que Estrella Galicia, cuarta cervecera del país, tenga un 23% de crecimiento, cuando el mercado nacional sólo un 2%, es para echar cohetes.

Pero nada de tener grandes proyectos de expansión y grandeza, de salir a bolsa o jugar a intentar ser de los grandes en un sector en el que sólo representan el 7% en volumen de ventas, destacó Rivera. No, el primer gran objetivo es ser líder en cultura cervecera, en seguir haciendo un producto de calidad y gallego. Y para ello continuará tratando de innovar con productos inéditos, tras los buenos resultados de su cerveza negra. Hijos de Rivera trabaja en producir una pilsen, recuperando y renovando la receta del hijo del fundador. Y proyecta sacar al mercado cervezas de temporada y otra específica para celíacos. Otro objetivo, aumentar su departamento de distribución con un acuerdo, ya cerrado, con un fabricante de cerveza de trigo. Hijos de Rivera continuará con su plan de internacionalización, centrando en sus avances en Brasil en cuyo mercado ya logró poner un pie y en el que facturó 12 millones de euros en 2014.

En cuanto a los demás negocios del grupo, como el del agua embotellada, la propietaria de la marca Cabreiroá ya se hizo con un tercer manantial, situado éste en Granada, con el fin de cubrir todo el territorio nacional.

Ignacio Rivera, consciente de que su empresa logró esquivar la crisis -sus ventas se dispararon un 69% desde 2009 y su beneficio bruto casi un 50%-, valoró que el conjunto de la economía gallega esté mejorando aunque sea sólo levemente. “La gente sale más a tomar una caña, se nota, aunque queda mucho recorrido, tardaremos años en recuperar el empleo perdido”, pronosticó. En su opinión, la “clave del éxito” de Hijos de Rivera fue, en contra de lo que le decían los consultores, “no haber dejado Galicia” para intentar crecer y ampliarse a otros horizontes. De hecho, el incremento de ventas el pasado año fue sobre todo fuera de Galicia, en el resto del país. Y esa galleguidad que tanto valoran en el grupo también se traduce en sus proyectos para intentar que crezcan las plantaciones de lúpulo autóctono. Apenas hay unas diez hectáreas de momento , pero Rivera ve realista que en tan sólo tres a cinco años la mitad de Estrella Galicia sea elaborada con lúpulo gallego.

Mientras, la empresa coruñesa seguirá con sus patrocinios al deporte, como el fútbol o la fórmula uno, así como sus apuestas por la música en directo. Está a punto de alquilar salas para conciertos en Londres y Sao Paulo con el fin de llevar de gira músicos de aquí con los de allá y viceversa.