Marta Pujol hizo 12 proyectos para la Generalitat cuando mandaba su padre
Cada hermano se llevó 62 millones de pesetas en 1992 por el legado familiar
Marta Pujol Ferrusola, de 55 años y arquitecta de profesión, abrió la sesión de la comisión de investigación sobre el fraude fiscal de Jordi Pujol, con un dato desconocido: entre 1988 y 1997, cuando su padre era presidente, realizó un total de 12 trabajos para diversos departamentos de la Generalitat. Fueron proyectos variados, entre ellos promociones de viviendas, dos centros de asistencia primaria, la reforma de un tercero, otro centro sociosanitario, un hogar de ancianos, o el proyecto de un archivo. Los municipios en los que se realizaron las obras fueron Calella, Blanes, Sant Cugat del Vallès, Vilafranca del Penedès, Llavaneres o Manresa, en muchos casos gobernados por CiU.
La estimación realizada por Marta Pujol es que estos proyectos representaron el 20 % de la actividad de su despacho en aquella época. “A veces me abren las puertas y a veces me las cierran por ser quien soy”, explicó. En el caso de esa docena de proyectos, todo fueron facilidades porque se adjudicaron de manera directa, excepto en una ocasión, que hubo concurrencia pública. “Me venían a buscar”, explicó.
La hija mayor de Pujol también reconoció que actualmente percibe 2.264 euros brutos mensuales por 15 horas semanales de trabajo en el Ayuntamiento de Sant Vicenç de Montalt (Maresme). Justificó esos ingresos con el argumento de que en el mismo ayuntamiento hay otros tres técnicos en esa misma situación contractual, que se inició en 1997, en el Ayuntamiento de Llavaneres. En su defensa, dijo que en ambos consistorios ha habido gobiernos de todos los colores y que nunca han cuestionado su trabajo.
Marta Pujol, junto con sus hermanos Jordi, Mireia y Pere, así como sus padres, están imputados en un juzgado de Barcelona por delito fiscal y blanqueo de capitales tras conocerse la fortuna oculta confesada en julio de 2014. La hija reveló que el supuesto legado que les dejó su abuelo Florenci y que sería el origen de aquella fortuna, fue repartido entre los siete hermanos en 1992 y cada uno se llevó 62 millones de pesetas de la época (unos 370.000 euros).
Ahora cobra 2.264 euros de Sant Vicenç de Montalt por 15 horas semanales
El dinero del supuesto legado fue gestionado entre 1990 y 1992 por el primogénito, Jordi Pujol Ferrusola, hasta que se repartió. Al producirse la partición, Marta Pujol abrió una cuenta en Andorra, que mantuvo hasta el pasado mes de julio, cuando trascendió que sus padres y varios hermanos tenían depósitos en el país vecino.
Fue entonces cuando Marta regularizó 558.000 euros con la Agencia Tributaria y explicó que no se acogió a la amnistía fiscal porque “sentía miedo”. En otro momento, reconoció que iba una vez al año a Andorra a recoger los intereses que le generaba el dinero. En una ocasión, admitió con ironía, viajó con su madre a esquiar, pero “sin pistolas" en la maleta, en referencia a los escoltas que les acompañaban en esas salidas.
Después de que su hermano Jordi se declarara “muy amigo” de Artur Mas, ayer se le preguntó por ese hecho y Marta declinó valorarlo. “Yo sí que no soy amiga del presidente”, dijo. La sesión concluyó pasadas las 22,30 horas con la declaración de otro hijo, Pere Pujol, quien se salió poco del guión y evitó dar nuevos detalles del legado porque ya ha declarado ante la juez. Sí que defendió los contratos con la Generalitat de la empresa Ertorn, de la que es socio desde 2007 y que anteriormente era una consultoría medioambiental en la que entró a trabajar en 1993. Al igual que Marta, alegó que ha trabajado para gobiernos de varios colores de la Generalitat y de la Diputación de Barcelona.
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