Artur Mas compara la ‘comisión Pujol’ con un ‘reality show’
La portavoz de CiU insiste en cada reunión en la inutilidad de los trabajos
Artur Mas verbalizó este miércoles la incomodidad que está provocando en las filas nacionalistas la comisión de investigación del Parlament sobre el supuesto fraude fiscal cometido por Jordi Pujol. Sin hacer alusión directa a ese grupo de trabajo, el líder de CiU argumentó ante los empresarios del Círculo de Economía que a la política se le pueden pedir “buenas prácticas, transparencia en su actuación y un poco menos de reality show”.
“Y punto final. Ya imagináis que quiere decir en función de los últimos días”, añadió Mas en medio de sonrisas, en lo que se interpretó como un reproche por cómo discurrió la comparecencia del pasado lunes Jordi Pujol, su esposa, y, en especial, de su primogénito, Jordi Pujol Ferrusola. Júnior, que declaró durante cuatro horas y media, afirmó ser “muy amigo” de Mas y que sabía que lo tendría “cuando lo necesitara”, aunque “no cenemos cada día ni vayamos a esquiar juntos”.
Estas afirmaciones no sentaron nada bien en el Gobierno catalán, que declinó valorarlas, asegurando que se trataba de “discusiones de EGB”. El rechazo que ayer verbalizó Mas coincide con el escepticismo que han mostrado los nacionalistas desde que se constituyó la comisión. La portavoz de CiU, Meritxell Borràs, se encarga de insistir en cada reunión y cada comparecencia en la inutilidad de la comisión.
El 'president' reclama "buenas prácticas políticas y transparencia"
En las filas de CiU se intuía que la comisión no beneficiaría en nada su estrategia política y eso explica el veto mostrado desde el inicio a las comparecencias de Mas, Jordi Pujol y sus hijos. El cambio de posicionamiento de Esquerra Republicana, que se alineó con el resto de la oposición, forzó esas comparecencias. “Yo estuve un buen rato”, se encargó de recordar Mas, en alusión a su declaración del 9 de febrero, cuando dijo que solo había ido a cenar en una ocasión con Pujol Ferrusola y las esposas.
Mas explicó en otro momento de su conferencia-coloquio que el nacionalismo catalán no quería romper con España, pero que la centralización del Gobierno ha abocado a buena parte de la sociedad a abrazar el independentismo como alternativa. “Nuestra apuesta era vivir en familia, con tu propia personalidad y tu cuota de libertad, en igualdad de condiciones, pero esto es lo que no pasa”, explicó. “Y la única manera que nos dejan de vivir en familia es decirnos 'paga, trabaja, no molestes y no te quejes'. Y si no lo aceptas tienes un problema”, ha añadido continuando con la metáfora.
Ante este panorama, Mas explicó que las elecciones del 27 de septiembre serán “un camino legal y democrático para darnos una oportunidad de saber si queremos convivir de manera diferente”. Añadió que “no se trata de romperlo todo”, pero que los comicios servirán para “podernos contar”, en alusión al porcentaje de la población que apuesta por la secesión.
"Con cada decisión del Consejo de Ministros perdemos una pluma", sostiene Artur Mas
Un empresario tomó la palabra para explicar que para desarrollar su actividad les gusta tener socios “fieles, solventes y discretos” y preguntó si ocurría lo mismo con Esquerra. “Soy el menos indicado para responde preguntas así, porque mi misión es intentar no romper las costuras no siempre fuertes del consenso político”, respondió Mas.
En otro momento, repasó la historia del catalanismo político, “desde Prat de la Riba hasta Montilla”, para justificar su apuesta soberanista. “Durante más de un siglo se ha intentado democratizar, europeizar y modernizar España”, con un resultado frustrante. En su opinión, “una parte importante de la sociedad cree que la situación es insostenible para desarrollar un proyecto singular”. Según su diagnóstico, en España funciona el concepto de “menos autogobierno para todos, igual para todo y a la baja”. Y remató: “Con cada decisión que se toma en el Consejo de Ministros o en el Congreso, cada día, cada semana o cada mes, perdemos una pluma de poder".
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