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La memoria contra la historia

San Sebastián se dota de un consejo asesor para la Guerra Civil y la represión franquista con significativos nombres ligados a la izquierda ‘abertzale’

Juan Karlos Izagirre, alcalde de San Sebastián, participa en un acto por las víctimas en diciembre de 2012.
Juan Karlos Izagirre, alcalde de San Sebastián, participa en un acto por las víctimas en diciembre de 2012.JAVIER HERNÁNDEZ

El Ayuntamiento de San Sebastián, gobernado por Bildu, anunció la semana pasada la composición del Consejo Sectorial de la Memoria Histórica, “en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura franquista”, un organismo de carácter consultivo, según se recoge en el reglamento del mismo, y que fue impulsado a propuesta del PNV, con el respaldo del PSE.

El órgano, además de contar con un concejal por cada uno de los partidos con representación en el Consistorio (Bildu, PSE y PNV, excepto el PP, que no participa en la Comisión de Derechos Humanos ni en cualquier de las iniciativas que dependan de esta, como este Consejo, por lo que entiende el desprecio del alcalde, Juan Karlos Izagirre, hacia las víctimas de ETA), se compone de representantes de una serie de asociaciones y dos personas a título individual.

Un conglomerado en el que destacan significativos nombres ligados a la izquierda abertzale como la asociación Euskal Memoria Fundazioa, el sindicato LAB y el exconcejal de Herri Batasuna Félix Soto.

“La Historia no puede depender del poder”, afirma el profesor Luis Castells

“Es una vergüenza”, resume el catedrático de Historia Contemporánea de la UPV, Luis Castells, un ejemplo “burdo” de los intentos de Bildu por manipular la historia. El profesor advierte que la coalición busca construir una interpretación de la historia conforme a unos intereses políticos y pone como ejemplo los propósitos que guían a Euskal Memoria Fundazioa bajo la máxima de que Euskadi “se enfrenta a una historia manipulada, hecha por el Estado francés y español, que oculta la verdad del pueblo vasco”. “Recuperar la memoria colectiva de Euskal Herria es una tarea de plena actualidad. Ligada con la construcción de la nación vasca y con las garantías históricas de un proceso democrático aún pendiente”, explica la web de la asociación.

El profesor reivindica, en primer lugar, el papel de los historiadores profesionales, a los que, considera, se les ningunea, y aquí también incluye a la Secretaria de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, dirigida por Jonan Fernández. “Entienden que esto no es un proyecto que tiene que ser tratado con rigor, por la búsqueda de la verdad. Habrá historiadores con sensibilidades diferentes, pero todos tenemos un objetivo que es el contraste empírico de hechos”.

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Dos "víctimas directas"

Desde el punto de vista formal, la composición del Consejo Asesor de la Memoria Histórica del Ayuntamiento de San Sebastián es intachable, según lo establecido por el reglamento del organismo. La presidencia del órgano recae en el alcalde, además el Consistorio está representado por un concejal de cada partido: Bildu, PSE y PNV, a excepción del PP, que ha declinado participar.

El reglamento del órgano recoge que también habrá un representante de las entidades ciudadanas cuyo ámbito de trabajo sea la memoria histórica y estén inscritas en el registro municipal, siempre que “comuniquen su voluntad de participar en este Consejo”. Así, forman parte del mismo, la Asociación Víctimas del Genocidio Franquista, la Fundación Euskal Memoria, Aranzadi y Hamaika Bide Elkartea.

A estas se suman “personas o colectivos de especial relevancia social en el ámbito de la memoria histórica” que también hayan trasladado al Consistorio su deseo de participar. LAB, la asociación vecinal Aiete Lantxabe y la Fundación EDE han pasado la criba del Ayuntamiento. La composición del Consejo se cierra con la designación por sorteo de dos personas a título individual que tiene que ser “víctimas directas de persecución y violencia en el periodo histórico que abarca la Guerra Civil y la dictadura franquista” o familiares de estas. El exconcejal de Herri Batasuna Félix Soto y José Zato, natural de Salamanca y cuyo padre fue fusilado, cierran, por este cupo la lista.

Una máxima que para el historiador contrasta con el empleo de términos como “memoria” por parte de algunos sectores o asociaciones como Euskal Memoria Fundazioa. “La memoria colectiva son discursos que hacemos y estandarizamos. Son construcciones porque uno recuerda lo que quiere, no hay veracidad”, detalla el historiador, que pone como ejemplo las palabras del candidato a diputado general de Gipuzkoa por Bildu, Xabier Olano, al apuntar que la coalición recogerá “las distintas sensibilidades” en torno a la memoria. “Este no debería ser el enfoque, hablar con uno de la izquierda abertzale, otro del PNV, otro del PSE y otro del PP. Lo que hay que hacer es un trabajo riguroso, que no consiste en recoger opiniones partidistas”.

Porque para Castells más allá de la proximidad ideológica de algunos de los representantes del Consejo, además del uso de determinados términos sin discreción como holocausto o genocidio, la historia no puede depender bajo ningún concepto del poder, de la administración, cualquiera que sea. “Aquí, por ejemplo, hubo represaliados por parte de la República. Todo eso habrá que recogerlo, lo que pasó en un bando y en otro, sin discutir, en mi caso, que hubo unos sublevados, que fueron los franquistas y que no respetaron la legalidad republicana. Pero no puedo promover una interpretación conforme a unos intereses políticos, ni siquiera de carácter ético o moral”, resuelve el historiador, que añade que “los estados o el poder no debe determinar cuál es la verdad oficial”.

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