Mosquera solo propone más vacunas para evitar otro colapso en urgencias
La oposición pide la dimisión de Mosquera y le reprocha la muerte de un enfermo de hepatitis C que esperaba por los nuevos fármacos
Nerviosa y cariacontecida, pero sin moverse ni un milímetro de sus posiciones, compareció ayer en el Parlamento gallego la conselleira de Sanidade para volver a culpar del colapso que han sufrido las urgencias de los hospitales en el último mes a la gripe que no avisa de su llegada y a los gallegos porque no se vacunan como debieran. Con la mayoría de los escaños de sus compañeros de Gobierno vacíos, incluido el del presidente de la Xunta, Rocío Mosquera insistió en desvincular de la falta de personal y del cierre de camas el hacinamiento de enfermos en los pasillos, denunciado por pacientes y médicos, pese a que cifró el aumento de las urgencias hospitalarias esos días en menos de un 4% con respecto al mismo periodo del año pasado. La oposición pidió su dimisión por la “reprobación generalizada” de profesionales y ciudadanos. Mosquera repitió que la asistencia sanitaria fue “correcta” y para “mejorar” de cara al futuro solo se comprometió a revisar el “plan de contingencias” y la campaña de vacunación contra la gripe. “Saben que somos autocríticos”, proclamó desde la tribuna.
Sin rectificaciones a la vista, para lo que sí sirvió la intervención de la conselleira fue para confirmar con cifras oficiales lo que vienen denunciando los trabajadores del Sergas en los últimos meses: que el histórico cierre de camas el pasado verano es además el más largo que se recuerda. Las cuatro semanas de masiva afluencia de pacientes a los hospitales en plenas navidades obligó a habilitar 769 camas que estaban bloqueadas, confesó la responsable de Sanidade sin abundar más en el tema, a firmar 931 “contratos o refuerzos” de personal —desveló este dato mientras insistía en que “no hay menos profesionales en las urgencias hospitalarias” que antes— y a derivar 348 pacientes a centros concertados. Mosquera volvió a asegurar que ahora mismo ya no hay “camas cerradas” en el Sergas. Pero evitó referirse a la falta de sustituciones de los trabajadores de la sanidad pública que enferman, se jubilan o cogen vacaciones, una de las causas que, según la oposición y los sindicatos, provocó la saturación de las urgencias.
“Ni los gallegos se han puesto de acuerdo para enfermar el mismo día ni es una enfermedad desconocida”, le reprochó la portavoz socialista Carmen Acuña, que tildó de “soberbios e ineptos” a los responsables de Sanidade. Eva Solla, de AGE, relacionó la situación sufrida por los pacientes en las urgencias con los recortes: “Puede echarle la culpa a la gripe o a que la gente no se vacuna pero están sustrayendo uno de cada cinco euros” del presupuesto sanitario, afirmó. “No le agradezca [su esfuerzo] al personal, póngale recursos”, le reclamó por su parte la nacionalista Montse Prado. En su intervención final, la conselleira, que no respondió a la pregunta de si visitó las urgencias en navidades para conocer la crisis de primera mano, deslizó otra petición de disculpas a los ciudadanos “por los trastornos ocasionados a algunas personas”.
Además de por el colapso de urgencias, Mosquera compareció ayer para explicar qué está haciendo el Sergas con los nuevos tratamientos que reclaman los enfermos de hepatitis C. La conselleira repitió punto por punto lo que lleva diciendo el Gobierno de Rajoy desde que estalló el problema: “Los pacientes que cumplen con los criterios están teniendo y tendrán acceso a la medicación que necesitan”. El pasado domingo murió en Caldas un miembro de la plataforma que reivindica que se den sin restricciones económicas estos medicamentos que, como recordó Carmen Iglesias, del Grupo Mixto, leyendo denuncias de los propios pacientes, se están denegando. “Fue un asesinato de la conselleira”, espetó Consuelo Martínez, del Grupo Mixto, una frase que la presidenta del Parlamento, la popular Pilar Rojo, decidió retirar del acta. “Fue una muerte evitable porque llevaba más de un año esperando por el medicamento. Esa muerte tiene responsables”, abundó Prado, del BNG, quien tachó de “restrictivos” esos criterios a los que se aferra Mosquera. Acuña, del PSOE, exigió sin éxito datos concretos: “¿Cuántos tratamientos se han dado desde el 1 de noviembre?”. Siempre nerviosa y cariacontecida, la responsable de Sanidade del Gobierno de Feijóo optó por no hablar más sobre el tema. Tras el pleno, el portavoz de los afectados, Quique Costas, anunció “acciones legales” por el fallecimiento de su compañero.
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