Una tarta de 51.000 millones
Susana Díaz debe regresar de su cita navideña con Rajoy con un cheque de 13.255 millones y no con unos kilos de carbón
La primera (y única) vez que Susana Díaz visitó a Mariano Rajoy, salió de La Moncloa con las manos vacías. Entonces, el 10 de octubre del pasado año, le propuso un gran pacto contra la corrupción. Nada hubo.
En la segunda cita entre los dos presidentes, el próximo lunes 22, Díaz le presentará una detallada lista de peticiones, por un importe de 13.255 millones de euros, para inversiones en transporte, escuelas y hospitales. Una especie de carta a los reyes magos, avalada por sindicatos y patronal.
El presidente Rajoy dispondrá de efectivo para satisfacer las demandas andaluzas. Espera conseguir 51.000 millones del ansiado fondo Juncker, que contará con unos 315.000 millones de euros en tres años, para potenciar el desarrollo de los países más castigados de la Unión Europea.
Si las relaciones entre Díaz y Rajoy fueran las que deben ser, es decir, normales entre dos altas jerarquías del Estado, independientemente de su sesgo ideológico, lo lógico es que el inquilino de La Moncloa atendiera la petición de la presidenta andaluza. Pero no lo son.
Las relaciones son tensas y cargadas de recelos. Los desacuerdos se ventilan en el Tribunal Constitucional. Ministros y dirigentes del PP aprovechan cualquier oportunidad para golpear al Ejecutivo andaluz. Que, para más inri, está formado por una coalición de socialistas y comunistas, como dice poniendo cara de susto ese histrión de la política que es González Pons. Con perdón de los histriones.
Hay razones poderosas para que Rajoy atienda las peticiones de Díaz. Las mismas que tiene Rajoy para exigirle a Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, una importante porción de la tarta que cocina.
Sería imperdonable que los intereses de partido prevalecieran en la cita de La Moncloa. Con un paro en Andalucía del 35% -11 puntos más que la media nacional, diferencia que se mantiene a lo largo de décadas- urge un acuerdo entre los dos gobiernos para afrontar un gran plan de empleo extraordinario basado en una fuerte inversión pública que dé trabajo al millón largo de andaluces que están mano sobre mano, malviviendo de subsidios, cada vez más escasos, o de la caridad familiar. Un plan de empleo como el que en su día apoyó Rajoy para Extremadura y Canarias.
Rajoy podría tener la tentación de rebajar sensiblemente las peticiones de Díaz. Muchas veces da la impresión de que piensa que, cuanto peor le vaya a Andalucía, más munición tendrá su representante en esta tierra, Juan Manuel Moreno, para atacar al Gobierno de la Junta. “Obsesión morbosa” le llama Maíllo a esa figura.
No debería Rajoy cometer ese error, otro, en su relación con Andalucía. Díaz debe regresar de Madrid con un cheque de 13.255 millones y no con unos kilos de carbón.
@JRomanOrozco
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