La Generalitat fía el fin de los recortes a la negociación con Montoro
El Gobierno no tiene aún los apoyos parlamentarios para sacar adelante las cuentas
El consejero de Economía y Conocimiento, Andreu Mas-Colell, llevará hoy al Parlament los Presupuestos para 2015, que por primera vez en un lustro no incluyen nuevas medidas de austeridad. Sin embargo, Mas-Colell acude a la cámara con más incertidumbres que nunca. El Gobierno de Artur Mas, para empezar, no tiene todavía garantizado el apoyo de ningún grupo parlamentario. Y además, el consejero fía el fin de los recortes a la negociación con el Ministerio de Hacienda de una serie de partidas que suman más de 2.000 millones de euros en un contexto de bloqueo institucional entre los ejecutivos central y catalán.
Desde que tomara las riendas de las finanzas catalanas, Mas-Colell ha realizado un tajo del 20% en el gasto no financiero de la Generalitat mediante medidas que han ido desde el cierre de camas hasta la reducción de la paga de Navidad de los funcionarios. Además, el Ejecutivo de Mas se ha visto forzado a introducir una batería de tasas y a recuperar el impuesto de Sucesiones, entre otras decisiones.
Mas-Colell se propone este año mantener el gasto de la Administración, recuperar la paga extra que los empleados públicos han visto congelada durante tres años y restituir el 100% de la jornada a los interinos. De hecho, los sindicatos ya han recibido un avance de los presupuestos del CatSalut y el Instituto Catalán de Salud, cuyo gasto vuelve a subir en 2015.
Para sufragar ese gasto, el consejero incluirá en las cuentas tres partidas que no tiene garantizadas: los 759 millones de la disposición adicional tercera de 2008; un anticipo por el fondo de competitividad de 2015, que estima que podría aportar 656 y 789 millones, y una compensación por el impuesto de depósitos bancarios, por el que esperaban ingresar 685,8 millones de euros. Fuentes del Gobierno catalán explican que, además, se incluirá alguna privatización, pero mucho más modesta que las realizadas hasta ahora.
La aprobación definitiva tendrá lugar a principios del mes de febrero
Mas-Colell ha decidido incorporar esas tres partidas a pesar de que en su primer año de mandato CiU rechazó recoger el fondo de competitividad —como proponía el PSC— al considerar que su cobro era dudoso. Es más, el consejero dijo entonces que jamás maquillaría los Presupuestos. Ahora Mas-Colell pretende negociar esos ingresos con el Ministerio de Hacienda para cerrar el boquete de cerca de 2.500 millones de euros que separaría las cuentas públicas del objetivo de déficit del 0,7% del Producto Interior Bruto (PIB). Aun así, el consejero aspira a que el Gobierno central corrija esa meta.
La dificultad de un acuerdo con el ministerio no será el único escollo de Mas-Colell. El consejero va al Parlament sin tener asegurados los apoyos necesarios para sacar adelante las cuentas. Los socios de ERC ya advirtieron a CiU de que no apoyarían más “presupuestos autonómicos”, al entender que Mas debe convocar elecciones de carácter plebiscitario. Tampoco los socialistas parecen dispuestos a dar el sí a las cuentas, puesto que estos reclamaban a Mas que diera un volantazo a sus prioridades políticas y agotara la legislatura. Ante esa falta de apoyos, ayer Convergència se mostró abierta a hablar con todos los grupos.
Pero además, Mas-Colell podría encontrarse con que los Presupuestos ni siquiera llegaran a tramitarse, dependiendo del calendario electoral. El pleno final de los Presupuestos se debería producir a comienzos de febrero, por lo que si el Ejecutivo de Mas quiere aprobar sus Presupuestos antes de unos comicios anticipados, estos tendrían lugar en abril de 2015.
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