Teoría y práctica de la agricultura del pasado... y del futuro

A mediados del siglo XIX, un hongo llamado Phitophthora infestans atacó los patatales de media Europa, provocando una catastrófica hambruna. Solo Irlanda, cuya alimentación dependía especialmente de este tubérculo, vio morir de inanición a dos millones de sus habitantes, y emigrar a los EEUU a otros tres. Ningún pesticida químico conseguía aplacar la infección, así que los científicos acudieron a la cuna de la patata: los Andes. Allí descubrieron variedades que no solo tenían diferentes sabores, colores y formas, sino que habían superado la misma enfermedad hacía siglos. Eran inmunes. Es un ejemplo que suele utilizar José Esquinas Alcázar —considerado el padre del Tratado Internacional de Recursos Fitogenéticos para la Agricultura y la Alimentación, un convenio del nivel de Kyoto— para ilustrar la importancia de la biodiversidad de los cultivos para el futuro de nuestra especie. Este será el tema a tratar del 17 al 19 de octubre en la localidad valenciana de Agullent en la II Feria de la Biodiversidad Cultivada del País Valenciano.

El evento contará con autoridades en la materia como el Nobel Alternativo y coordinador de la organización internacional GRAIN Henk Hobbelink —cuya ponencia se titulará Derechos perdidos, variedades locales y soberanía alimentaria— o la doctora ingeniera agrónoma María Dolores Raigón, presidenta de SEAE (Sociedad Española de Agricultura Ecológica). El programa pretende ser ambivalente: combinar actos académicos con otros más lúdico-festivos; destinados a un público experto y a otro más lego en la materia; con conciertos, talleres de cocina, charlas, proyecciones o animaciones infantiles.

Pep Roselló, representante de la asociación Llavors d'Ací, ha comentado que "la voluntad de esta feria es contribuir a conservar el material genético propio, es decir las semillas, pero no para revivir el pasado, sino para plantear estrategias de cara al futuro".

Desde CERAI destacan que, además de poner de relieve el enorme valor de las semillas autóctonas valencianas, la feria busca demostrar que "desde la sostenibilidad y la conservación de la biodiversidad se pueden poner en funcionamiento nuevas estrategias económicas", como por ejemplo los mercados de proximidad.

"Se van a confrontar dos modelos", adelanta Juan Clemente Abad, de Plataforma per la Sobirania Alimentària del País Valencià, "uno agroecológico, basado en la biodiversidad y en la sostenibilidad, y otro de monocultivo, en el que lo que prima es el beneficio económico". Recuerda que, según la FAO, a lo largo del último siglo se perdió el 80 % de la variedad de semillas existentes.

La Red de Semillas organiza desde hace años ferias similares a nivel estatal —la última fue en Mallorca—. En la Comunidad Valenciana, donde se celebra la segunda edición del evento a nivel autonómico, quieren este tenga lugar en una provincia distinta cada año —el pasado, la sede fue Elche—. Una de las actividades será la ruta de la Diversitapa, en la que se ofrecerán platos con variedades autóctonas.

Entre mesas redondas, talleres y jornadas de trabajo, habrá tiempo para los conciertos —el sábado, con la actuación de Kontaminació Akústica y Besugo— o un mercado de productos agroecológicos, el domingo. La conferencia inaugural corre a cuenta de María Dolores Raigón, doctora ingeniera agrícola y Manuel Figueroa, agricultor, bajo el título La calidad en la alimentación. Importancia de las variedades locales.

Entrevista al doctor ingeniero agrónomo José Esquinas Alcázar. / CUT