Tapia admite que el coche heredero del Hiriko no se fabricará en Euskadi

El Gobierno vasco reconoció ayer en el Parlamento que una buena parte de los 17 millones de ayudas públicas que impulsaron la creación del innovador y finalmente fracasado coche eléctico Hiriko, se van a quedar en el camino, y la industria que estaba en el origen del despliegue económico público, también. La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia explicó, a preguntas de EH Bildu que “quizás la producción última del vehículo no se va a hacer en Euskadi”, pero se mostró más o menos convencida de que el heredero del Hiriko, se acabará montando en serie y se hará con una ingeniería made in Euskadi y con piezas “hechas aquí”. En su opinión “vamos a ser capaces de lograr un cierto retorno” de aquella inversión en I+D, pese a que algunas de las patentes que generó el proyecto liderado por la asociación sin ánimo de lucro Afypaida, se habían quedado liberadas por falta de pago.

Ayer aseguró que de las tres que desarrollaron dos siguen en manos de Afypaida “pese a ser untanto negligentes” por retrasarse con alguno de los pagos. La oposición no las tiene todas consigo. El hecho de que en las empresas que siguen adelante con el desarrollo de partes del proyecto, como Maser o Sapa confluyan socios que ya estaban en el anterior consorcio que lideraba Afypaida, y que al parecer esta no va a ejercer los derechos que tiene sobre el desarrollo industrial del proyecto, levanta susceptibilidades. Tampoco está muy convencida de cómo se han hecho las cosas la propia Fiscalía, que está estudiando ese movimiento de las patentes, debido a que fueron logradas con dinero público y ahora las siguen trabajando empresas privadas. Afypaida estaba liderada por el empresario próximo al PNV, Jesús Echave, y entre sus máximos responsables en la red de empresas que crearon alrededor del proyecto estaban el empresario de joyerías, José Luis Bengoechea, el constructor, Fernando Achaerandio, y para controlar los ingresos de dinero público, el miembro del PNV, Iñigo Antía.

El objetivo era

El objetivo era construir 20 prototipos del coche Hiriko, que luego se fabricaría en serie. Sin embargo, aunque las ayudas públicas llegaron regularmente, la iniciativa acabó quebrando y sin haber logrado sus objetivos. Del diseño inicial de hacer un coche revolucionario que pivotaba sobre ruedas robotizadas, una dirección drive by wire como la que llevan los aviones y no de cremallera con el resto de los coches, y del sistema de plegabilidad, —esos sistemas iban a ser sus señas de identidad— no se ha vuelto a saber nada de nada. No contaron con que los avances había que homologarlos antes de hacer un vehículo en serie, y en los últimos meses antes de cerrar se limitaron a desarrollar un coche eléctrico sin ninguno de esos avances. El proyecto del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) se quedó en nada. El portavoz de EH Bildu, Igor López de Munain, que había formulado las preguntas a la consejera, le advirtió de que van a seguir muy de cerca los movimientos de las patentes. La consejera quiso tranquilizarle y le invitó a visitar las empresas que siguen con el desarrollo, “estarán encantados de enseñárselos”.