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El alcalde de Trazo, en el juicio: “Firmo sin leer los papeles que me ponen delante”

El interventor adjunto de la Diputación de A Coruña declara que una de cada cuatro obras subvencionadas no se ejecutan

El alcalde de Trazo, ayer durante el juicio.
El alcalde de Trazo, ayer durante el juicio.OSCAR CORRAL

“No sé, no me acuerdo, no comprobé nada, firmo sin leer todos los papeles que me ponen delante”. Sentado en el banquillo de la Audiencia de A Coruña, acusado de un delito de falsedad documental por el que el fiscal le pide tres años de prisión y la inhabilitación total, José Dafonte, alcalde por el PP desde hace 12 años de Trazo (A Coruña), se escudó en la falta de tiempo y formación para defenderse de haber ordenado y pagado unas obras que no existían con el fin de obtener una subvención.

Los hechos ocurrieron hace cinco años. El PP eludió aplicar su código ético que obliga a dimitir a todo cargo público que es procesado antes de celebrarse el juicio. Incluso ratificó como candidato a su reelección en 2015 a Dafonte. Fue una denuncia del grupo municipal socialista la que llevó en 2010 a la justicia a investigar y procesar al regidor por unas gradas para el público en el campo de fútbol de Trazo. Su construcción, por valor de 26.500 euros, fue adjudicada en julio de 2009.

Pese a tener un plazo de ejecución de 18 semanas, el alcalde apenas tardó cuatro en firmar y pagar la factura, lo que sirvió para certificar como realizada la obra ante la Diputación de A Coruña y recibir una subvención de 18.500 euros, el 70% del total. El problema es que un notario, a petición de los socialistas, levantó acta dando fe que en septiembre no había grada alguna. Ya abierta la investigación en un juzgado de Ordes se erigió el graderío.

Dafonte insistió en su ignorancia sobre el estado de esa construcción. No sabía, aseveró, que no existía cuando firmó la factura que sirvió para certificar su realización. Un argumento que contradijo su abogado al reconocer en sus conclusiones que “no se discute que las obras se pagaron cuando no existían”. Pero negó que supusiera incurrir en una falsedad documental. No se manipuló a conciencia ningún papel, arguyó, tan sólo se dio por hecha antes de tiempo “para evitar el perjuicio de perder una subvención”.

El alcalde admitió que cuando se trata de obras menores, como era el caso, “nadie supervisa su ejecución”. “No hay un control, nadie me informó de cómo iba, no comprobé nada, no sabía qué suponía firmar la factura”. Su aprobación y firma en la junta local de gobierno, como explicó la secretaria municipal, implica dar conformidad a la obra.

Este caso no es una excepción. Una de cada cuatro obras públicas que subvenciona la Diputación de A Coruña no se realizan,como comprobó en inspecciones aleatorias el propio organismo provincial. Así lo confirmó ayer su interventor adjunto cuando le preguntó el presidente del tribunal si era posible dar una subvención para una obra que no existe, si nadie lo comprobaba. En el caso de las gradas de Trazo, la Diputación sancionó con 1.800 euros al Ayuntamiento por “inexactitud en la certificación de las obras”, esto es por darlas por hechas y pagarlas antes de hacerse. Una sanción “extremadamente leve que debía haber sido considerada como grave”, lamentó el fiscal.

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