Un castillo al mejor postor
La fortificación de Butrón, en Bizkaia, sale a subasta con un precio de partida de 3,5 millones El inmueble tiene siete plantas, biblioteca, bodega y una mazmorra
Se vende inmueble de siete plantas, con salón con chimenea, varios baños y salas de estar, biblioteca, bodega, pozo de agua natural, ascensor, calefacción y mazmorra. 2.400 metros cuadrados edificados rodeados por un parque de 35.000 con centenares de árboles de 70 especies distintas. El castillo de Butrón, en Gatika, un municipio vizcaíno a 19 kilómetros de Bilbao, busca nuevo morador, y hasta el 31 de octubre quien pueda permitírselo puede pujar por el inmueble, subastado en Internet, con un precio de salida de 3,5 millones.
El edificio, uno de los símbolos de Bizkaia y cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, cuando en el lugar se levantó una fortaleza, fue transformado en castillo a mediados del siglo XIV por el V señor de Butrón, pero su estilo actual, inspirado en los castillos bávaros, es obra de Francisco de Cubas y González-Montes, Marqués de Cubas, quien lo remodeló a finales del siglo XIX. Una oportunidad única porque, según reza la descripción del inmueble en la web de BNP Paribas Real Estate, la entidad encargada de su subasta, se trata del “único castillo de estilo romántico a la venta” en España.
Y si el edificio, reconocido como patrimonio histórico, fue en la Edad Media escenario de luchas entre familias de nobles, su historia reciente ha quedado un tanto deslucida. Los intentos de promotores y empresarios por explotar el castillo para la celebración de eventos, de bodas, de ferias medievales, no cuajaron. De hecho, la gestión del inmueble llevó a la quiebra a sus anteriores propietarios, y ahora, los actuales, la inmobiliaria Inbisa, han decidido subastarlo.
El edificio, del siglo XIII, es uno de los símbolos de la provincia y está a la venta en Internet
“Es un caso excepcional que inmuebles de esta singularidad salgan a la venta”, apunta Irene Valbuena, directora de subastas de BNP Paribas, que añade que, normalmente, en edificaciones de estas características, “se suele recurrir a la venta directa”. Pero el optar por una subasta a través de Internet multiplica la repercusión de la puja tanto en el mercado nacional como en el internacional, y, por tanto, entre los potenciales compradores.
“Llevamos haciendo subastas desde 1998 y por nuestra experiencia, durante la crisis, este canal de venta tiene su interés tanto para particulares como para entidades financieras por la gran repercusión mediática y porque consigues un precio de mercado, porque al tratar de tú a tú con un comprador no sabes si lo estás vendiendo bien o mal”, añade Valbuena.
Entre los potenciales compradores del castillo, según prevé la especialista, puede haber desde empresas turísticas, que quieran emplear el edificio con fines hosteleros, a algún fondo de inversión extranjero o “particular que tenga el capricho de poseer un castillo”. Valbuena prevé que, aunque la subasta no se haya querido acotar a algún país o zona, los compradores chinos y rusos serán los que de forma mayoritaria acudan a la subasta —todavía nadie, ni particular, ni empresa ha formalizado una puja—.
El castillo de Butrón encontrará nuevo inquilino siempre y cuando sea capaz de sacudirse la mala fortuna que le ha acompañado hasta ahora en el mercado inmobiliario. Inbisa lo adquirió en 2005 por 1,6 millones, tres veces menos del precio de salida, 4,9 millones, y después de que la primera subasta pública quedara desierta. Entonces, los dueños tasaron en 8,5 millones el inmueble y sus terrenos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.