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Otro curso en aulas dispersas y barracones

Los alumnos del colegio Sant Joan de Ribera vuelven de prestado en otros centros Las familias llevan años reclamando un nuevo colegio que sustituya el actual, de 1958

Vista del colegio Sant Joan de Ribera de Burjassot, con los barracones a la izquierda.
Vista del colegio Sant Joan de Ribera de Burjassot, con los barracones a la izquierda.Mónica Torres

Algunas aulas del colegio Sant Joan de Ribera distan entre sí casi tres cuartos de hora caminando. Otras, solo 15 minutos. El alumnado, la plantilla y las dependencias del centro han pasado todo un curso repartidos en tres colegios distintos, con barracones en cada uno de ellos para las clases de Infantil. Y a partir lunes repetirán curso en varias piezas alejadas entre sí y en las mismas condiciones. Las familias están en un ay por ver dónde le toca al niño o la niña que entra de nuevas. “Espero que sea en VP [por Villar Palasí], porque si no yo, lamentándolo mucho no llevaré mi peque, no puedo llevar un hijo cada punta”, escribe una madre en el Facebook de la asociación de padres y madres (AMPA).

 Contra lo que pudiera parecer, el Sant Joan de Ribera no es un colegio rural con aularios dispersos. Está en Burjassot, una población del cinturón metropolitano de Valencia de casi 40.000 habitantes. Es el decimonoveno municipio de la Comunidad Valenciana, donde no se ha hecho un colegio público desde los años setenta. El centro original del Sant Joan de Ribera es de 1958 y “se construyó con aportaciones populares”, recuerda Màrius Fullana, vicepresidente del AMPA. El hecho de que no se haya reformado nunca explica que todavía “los baños den a pozos ciegos”, añade Fullana, con quien realizamos un recorrido por las tres sedes prestadas del centro, y una cuarta que entrará en juego en enero si los planes anunciados por la consejera de Educación se llevan a efecto.

El primigenio “grupo escolar”, como se llamaba en los años cincuenta, consta de dos edificios; uno fue declarado en “ruina económica” a finales de julio de 2013. Ahora está clausurado y vallado, mientras que en el otro reciben clases los alumnos de Primaria que estudian en valenciano. Los de cuatro y cinco años de Infantil, de la misma línea lingüística, estudian en barracones en el patio.

No muy lejos, cerca del metro se encuentra, lleno de coches, el solar cedido por el Ayuntamiento para instalar provisionalmente a la comunidad educativa mientras se hicieran en el colegio las obras que nunca se llevaron a efecto. Más al sur, en el colegio Nuestra Señora de los Desamparados, están escolarizados de prestado desde 2004 los dos grupos de Infantil de tres años, valenciano y castellano. Siempre en barracones y a unos 25 minutos del colegio donde sus padres los han matriculado.

El resto de los niños de Infantil, los de cuatro y cinco años de castellano, están desde el pasado curso a unos 40 minutos caminando, en el colegio Villar Palasí. También están realojados en aulas prefabricadas, al igual que el secretario del Sant Joan de Ribera, que tiene su despacho en un barracón. Los de Primaria que estudian en castellano ocupan el aula de informática, un pequeño salón de actos y la biblioteca. El Villar Palasí no está para regalar espacio, tienen los seis grupos de Infantil propios a 30 niños por aula. Y es que “ha habido padres que han optado por matricular sus hijos aquí”, reconoce Fullana. “Desde que comenzaron las divisiones, no hemos parado de perder matrícula”, se resiente Teresa Jordan i Pla, presidenta del AMPA. “Y eso que en la evaluación diagnóstica de la consejería estamos a buen nivel, entre los cien primeros de la comunidad”.

Màrius Fullana asegura que cuando hizo el mismo recorrido en enero con funcionarios y técnicos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), no daban crédito a que estas condiciones de escolarización se dieran en un país avanzado. El directivo del AMPA había enviado una reclamación al BEI en agosto de 2013 porque la entidad europea tenía un acuerdo con la Generalitat para financiar el programa Crea Escola, del que formaba parte el Sant Joan de Ribera, para la modernización de infraestructuras educativas.

A los padres les consta que hace 27 años se empezó a hablar ya de un nuevo edificio. Hace 15 años, se abrió ya un expediente al respecto y en 2008 se adjudicó en el DOCV la redacción del proyecto de obra. El Síndic de Greuges ha requerido en dos ocasiones a la Generalitat para que actúe.

Finalmente, la Consejería de Educación anunció el 29 de julio que destinará cerca de 600.000 euros a la remodelación integral del colegio en su actual ubicación. Que las obras se licitarán en septiembre y se iniciarán en enero. Que durante la ejecución de las obras los alumnos de la línea en valenciano estarán ubicados en un centro social, el Ausiàs March. La AMPA ha manifestado “escepticismo” mientras el anuncio no se traduzca en hechos. En cualquier caso, el Sant Joan de Ribera repetirá curso fraccionado y en barracones.

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