La Ertzaintza afronta su mayor conflictividad laboral en tres décadas

Una cincuentena de agentes que se manifiesta, a mediados de junio en Zarautz, tras una pancarta en la que se lee “Esta jefatura putea y discrimina”, son multados por la Ertzaintza por excederse unos minutos en el tiempo autorizado para celebrar la protesta. La imagen se dio junto a la comisaría que la policía vasca tiene en la localidad guipuzcoana, justo al lado además de la casa de Gervasio Gabirondo, director del cuerpo. La concentración es una de los más de 25 actos de protesta, aproximadamente, que el sindicato mayoritario en la policía vasca, Erne, ha celebrado en lo que va de año.

La Ertzaintza, a la vista de las múltiples denuncias y quejas de las seis centrales con representación, vive en continua convulsión. Las críticas de los sindicatos a la gestión que el Departamento de Seguridad está haciendo del cuerpo tras el fin de ETA son innumerables y, aunque desde la consejería se apunta a una “sobreactuación” y “teatralización”, marcada por las elecciones sindicales que los agentes celebrarán el próximo 30 de octubre, desde Erne no dudan en apuntar a que el malestar en el cuerpo no había alcanzado tales cuotas en toda su historia.

El secretario general del sindicato, Roberto Seijo, ilustra con un dato el supuesto enfado de los agentes. La central ha acudido al Parlamento esta legislatura en tres ocasiones a petición de los grupos: la primera, por los incidentes del Euskadi-Bolivia de la Navidad de 2012; la segunda, por los disturbios durante la celebración del Foro Económico en Bilbao, y la tercera, para mostrar su parecer por el plan Horizonte 2016, el proyecto de reestructuración del cuerpo tras el fin de ETA. En los 30 años anteriores, el sindicato sólo había comparecido dos veces en el Legislativo, subraya Seijo. Y aunque el ruido de otras centrales es menor, las críticas a la gestión de Seguridad han sido enarboladas por todas.

La central mayoritaria llevará sus quejas a todos los actos de la consejera

Exageración o no, lo cierto es que el cuerpo siempre se ha caracterizado por un fuerte movimiento sindical, lo que Erne atribuye a que la Ley de Policía vasca es más garantista con los derechos de los ertzainas. La última manifestación, convocada por todos los sindicatos en marzo de 2012, reunió en las calles de Bilbao a cerca de 3.000 agentes, casi tantos como los que se encontraban libres de servicio. En la Ertzaintza hay seis sindicatos para un total de 8.000 agentes, una proporción, apuntan desde Seguridad, irreproducible en cualquier otro ámbito de la administración. Del total de ertzainas, entre 6.500 y 6.800, según datos sindicales, están afiliados y poco menos de la mitad a Erne.

“Una cosa es la situación de la Ertzaintza y otra el ambiente prelectoral entre los sindicatos”, puntualiza Iñaki Gurtubai, viceconsejero de Seguridad. La consejería defiende que el malestar en la Ertzaintza por los recortes a los funcionarios por la crisis es igual al de otras áreas de la administración y desmiente una a una las críticas sindicales contra la reestructuración del cuerpo. Ni cierre de comisarías, ni caos organizativo en el área de investigación, remarca Gurtubai, en alusión a las dos principales denuncias.

“En este momento hay 350 ertzainas más dedicados a las labores de investigación. Es un cambio muy importante pero si a eso le llaman caos... Eso es preparar un cuerpo policial a las nuevas circunstancias”, ilustra el viceconsejero, que destaca que quizás, tras las elecciones sindicales, el ambiente se calmará. Algo que se antoja improbable, puesto que Erne anunció ayer que celebrará una protesta en todos los actos públicos de la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, o de cualquiera de los altos mandos del Departamento.